D’Or Fischer: En el nombre del padre
La policía israelí sospecha que al nuevo pívot del Real Madrid procedente del Maccabi, le rajaron la cara el año pasado para vengarse de su progenitor
MADRID Actualizado: GuardarLa policía israelí sospecha que a D’Or Fischer, el nuevo pívot del Real Madrid procedente del Maccabi, le rajaron la cara el año pasado para vengarse de su padre. El jugador estadounidense se encontraba en un local nocturno de Tel Aviv cuando al salir del establecimiento fue atacado de madrugada por un grupo de individuos y uno de ellos le cortó la cara con una botella de cristal rota. Con el nervio facial afectado y tras ser operado de urgencia, estuvo hospitalizado cerca de un mes. Los doctores que le intervinieron dudaban “de que volviese a sonreír y cerrase el ojo como lo hacía antes”. Aventuraron un período entre tres y seis meses para recuperar la movilidad normal de la cara.
Fischer aseguró que no conocía de nada a las personas que se le echaron encima a principios de marzo de 2009. Según la policía, fue una pelea alimentada por el alcohol, pero provocada porque los agresores la pagaron con él porque antes habían tenido una riña con su padre. “Le estaban esperando en el aparcamiento y le atacaron”, afirmó entonces un amigo de Fischer, que vio a cuatro hombres huyendo en la oscuridad. Otra hipótesis que se barajó, aunque sin demasiada base, fue que el ex jugador del Maccabi se vio involucrado en una pelea después de intercambiar insultos con varios clientes borrachos. El padre del D’Or había llegado una semana antes a la capital israelí para visitar a su hijo y abandonó el bar-restaurante en el que se produjo el incidente a las cuatro de la mañana, dejando allí a su hijo en compañía de un amigo. Entonces fue víctima de una espeluznante agresión que podría haber sido bastante más grave.
Sufrió varios cortes en la frente y en la mejilla, pero se recuperó y ahora, a punto de cumplir los 29 años, estima que se encuentra “en el mejor momento” de su carrera profesional, después de haber pasado también por equipos de Polonia, Alemania y Bélgica, aunque el único grande que ha conocido antes de fichar por el Madrid es el Maccabi. “Ahora tengo más experiencia y he sabido adaptarme a lo que han querido mis entrenadores”, apunta este ‘center’ de Filadelfia por el que se interesó el Real Madrid después de “agujero” que les hizo en Vistalegre -13 puntos, con cinco canasta de seis intentos, ocho rebotes, y ¡25 de valoración!-, para obligar a los blancos a un mortal duelo de cuartos de final contra el Barça. Es decir, para despedir a los madridistas de la ‘Final Four’.
Fischer quedaría marcado en la cara, pero no en su cuerpo de 2,11 que la pasada temporada le llevó a ser uno de los pívots más destacados de la máxima competición europea. “Físicamente está sano. No hay nada que temer”, garantizaron los médicos del Madrid a finales de julio cuando fue sometido al pertinente reconocimiento. Su envergadura de brazos también es impresionante. En la Universidad de West Virginia batió en récord de tapones en un partido (13), a sólo uno de la plusmarca de la NCAA en posesión de, entre otros, el mítico David Robinson. También ha jugado en la NBA, aunque sólo disputó cuatro partidos de preparación con Charlotte, y tras la decepción decidió continuar su trayectoria en Europa, para despuntar en el juego interior con el Maccabi, con el que ganó una Liga y una Copa. Ahora ha dado otro salto y, para no escapar de los tópicos, dice estar encantado de jugar “en el mejor club de Europa” y a las órdenes “del mejor entrenador de Europa”.