Rusia asegura ahora que no suministrará a Irán misiles antiaéreos S-300
El anuncio se produce justo un mes después de que técnicos rusos pusieran en funcionamiento la central nuclear iraní de Bushehr
MOSCÚ Actualizado: GuardarLas presiones de EEUU e Israel parecen haber hecho efecto. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, el general Nikolái Makárov, ha anunciado esta mañana que su país no venderá a Irán las cinco lanzaderas de misiles antiaéreos S-300 que prevé el acuerdo firmado con Teherán en 2007. "La decisión de no suministrar a Irán los S-300 se ha adoptado, ya que, sin duda alguna, están en la lista afectada por las sanciones" decretadas por la ONU el pasado 9 de junio, ha declarado Makárov.
Se trata de un cambio radical de posicionamiento de Moscú y surge justo un mes después de que técnicos rusos arrancaran el reactor de la central nuclear iraní de Bushehr. Distintos responsables rusos habían venido asegurando en los últimos meses que los cohetes S-300 no están afectados por las sanciones. El presidente del comité parlamentario de Política Exterior, Konstantín Kosachiov, dijo en junio que "en la resolución de la ONU no hay ni una sola palabra que mencione los S-300 (…) por tratarse de un arma exclusivamente defensiva".
Lo mismo vino a decir Mijaíl Dmítriev, director del Servicio Federal de Cooperación Militar (FSBC), señalando que "Rusia no se ve maniatada por la resolución de la ONU en relación con la venta de los S-300". "Los sistemas de defensa antiaérea, a excepción de los misiles portátiles, no están incluidos en la lista de la ONU", manifestó también el portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, Andréi Nesterenko.
La suma total del contrato firmado con Irán en 2007 asciende a 800 millones de dólares (unos 615 millones de euros). Pero los misiles no se llegaron a enviar a su destinatario por problemas de pago de la parte iraní, después por "razones técnicas" aducidas por Rusia y, finalmente, tras la mejora de relaciones entre Washington y Moscú. Ante la eternización del aplazamiento del envío de los misiles, el Ministerio de Defensa iraní anunció el pasado febrero que Teherán se dotaría de un misil de fabricación propia similar al S-300, en el caso de que Rusia continuara sin cumplir el contrato.
Material para afrontar un ataque aéreo
Los sistemas antiaéreos rusos S-300, conocidos en Occidente como SA-20 y similares a los Patriot norteamericanos, van montados en lanzaderas sobre camiones, tienen un rango de ataque de hasta 150 kilómetros, alcanzan una altitud de casi 30 kilómetros y son muy precisos. Moscú ya dotó a Teherán en 2007 de 29 plataformas de misiles Tor M-1, diseñados para ser utilizados también contra objetivos volantes. Aquella venta fue calificada por Israel de "puñalada en la espalda".
Tanto los Tor M-1 como los S-300 capacitan al Ejército iraní para hacer frente a un ataque aéreo masivo como los que sirvieron de preludio a las intervenciones que EEUU lanzó contra Irak y Afganistán. Ante la negativa de Irán a poner fin al enriquecimiento de uranio, Israel ha amenazado varias veces con la posibilidad de emplear su aviación para destruir sus instalaciones nucleares y ha solicitado al Kremlin encarecidamente que suspenda toda colaboración militar con el régimen de los ayatolás.
El experto en temas militares, Ígor Korótchenko, cree que la cancelación del acuerdo de venta de los SS-300 "hará que Irán rechace incluir a Rusia en otros proyectos, lo que puede conllevar pérdidas para nuestro complejo militar industrial de entre 11.000 y 13.000 millones de dólares".