El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, habla a sus seguidores del Partido Moderado./ Efe
elecciones en suecia

El centro-derecha gana pero los ultras le privan de la mayoría

Entra de nuevo en el Parlamento el partido ultraderechista, tras un paso fugaz de tres años a principios de la década de 1990

COPENHAGUE Actualizado: Guardar
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La Alianza de centro-derecha del primer ministro conservador, Frederik Reinfeldt, ha repetido triunfo en las elecciones legislativas suecas, pero ha perdido la mayoría absoluta debido a la entrada en el Parlamento de la ultraderecha, escrutado más del 95% de los votos.

El primer ministro sueco ha señalado que la Alianza de centro-derecha que encabeza seguirá gobernando y ha abierto la puerta a colaborar con el Partido del Medio Ambiente para asegurar la mayoría absoluta perdida en los comicios. "El resultado electoral aún no es seguro. Pero la alternativa más votada debe seguir gobernando Suecia, y ésa es la Alianza", ha dicho en la sede electoral de su partido el líder conservador, que se ha mostrado esperanzado de que los ecologistas acepten su invitación.

La pérdida de la mayoría absoluta ensombrece la victoria de Reinfeldt, que supo convencer a los suecos de su capacidad para superar la crisis económica, que ha afectado seriamente al país el último año.

El bloque gubernamental de conservadores, liberales, cristianodemócratas y centristas obtuvo el 49,3%, 1,1 puntos más que en 2006, pero la irrupción en el Parlamento del ultraderechista Demócratas de Suecia, con el 5,8%, le hace retroceder y situarse con 173 escaños, a dos de la mayoría absoluta. El bloque opositor de izquierda, liderado por el Partido Socialdemócrata y formado también por el Partido de la Izquierda y el Partido del Medio Ambiente, perdió 2,6 puntos y bajó al 43,5%.

Pactos puntuales

Con este resultado, Demócratas de Suecia ejercerá de árbitro tras los comicios, aunque su influencia se podría ver minimizada por la negativa de ambas coaliciones durante la campaña a cualquier tipo de colaboración con la ultraderecha, insinuando la posibilidad de hacer pactos puntuales rompiendo las coaliciones.

El Partido Socialdemócrata fue el ganador de los comicios con el 30,8%, pese a caer 4,1 puntos y obtener el peor resultado en un siglo, lo que podría cuestionar el liderazgo dentro del partido de Mona Sahlin, que aspiraba a ser la primera mujer en gobernar Suecia. En su discurso en la sede electoral de su partido, Sahlin ha prometido seguir luchando y pese a admitir el mal resultado, ha incidido en que habían sido "unas elecciones sin ganador".

El Partido Moderado (conservador) de Reinfeldt, el primer líder de la derecha en revalidar triunfo en unas elecciones, fue segundo, con el 29,9 -3,7 puntos más-, el mejor resultado de su historia. Lo mismo puede decirse del Partido del Medio Ambiente, que pasó del 5,2 al 7,2 y se convierte en la tercera fuerza parlamentaria.

Regreso de la ultraderecha

El Partido Liberal obtuvo el 7,1%, 4 décimas menos, mientras que sus aliados del Partido de Centro se quedaron en el 6,6 -1,3 peor- y el Partido Cristianodemócrata bajó 0,9 puntos hasta el 5,6%. El Partido de la Izquierda pasó del 5,9 al 5,6, dos décimas menos que Demócratas de Suecia, que hace cuatro años se había quedado con el 2,9, lejos de la barrera mínima del 4%. Su entrada en el Parlamento marca el regreso de la ultraderecha, tras un paso fugaz de tres años a principios de la década de 1990, representada entonces por la formación Nueva Democracia.

El líder de Demócratas de Suecia, Jimmie Åkesson, ha señalado ante sus partidarios que el partido ha escrito hoy "historia política", pese a la "censura y el boicot de los medios", y ha destacado que tiene cuatro años por delante para influir en la política sueca. "No vamos a causar problemas, debemos asumir responsabilidades, es mi promesa al pueblo sueco", ha dicho Åkesson.

Demócratas de Suecia había conseguido acaparar buena parte de la atención en el tramo final de la campaña electoral gracias a la negativa del canal privado TV4 a emitir por racista un anuncio electoral suyo y a la posibilidad que apuntaban los sondeos de que pudiera convertirse en el árbitro tras los comicios. Ese protagonismo no oscureció sin embargo el debate sobre otros temas centrales como el empleo, las rebajas fiscales, la educación y los servicios sociales.