TENIS

Una mente inquebrantable

Nadal ha cimentado su trayectoria en la capacidad de levantarse después de cada tropiezo

MADRID Actualizado: Guardar
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La palabra que mejor define a Nadal es constancia. Sin ella no habría superado sus lesiones. No habría mejorado en su juego. Habría sido incapaz de remontar partidos adversos, de llegar a bolas imposibles, de convertirse en el mejor tenista del mundo.

Pero la confianza y seguridad en su calidad le han servido para levantarse después de cada tropiezo. Paradojas de la vida. Nadal comenzó este 2010 con una derrota en semifinales del Open de Australia que no sólo le impedía revalidar el título sino que le desplazaba al cuarto lugar del ranking ATP. Las dudas se extendieron. ¿Era el final de Nadal? Pocos confiaban que en menos de nueves meses el manacorense firmaría la mejor temporada de su vida al conquistar Roland Garros, Wimbledon y US Open y se convertiría en una leyenda viva del tenis. Lo que algunos agoreros vaticinaban como el declive de su carrera ha demostrado ser el comienzo de una hegemonía firme y duradera.

La vertiginosa velocidad de los acontecimientos es impresionante. Tras ganar su primer Wimbledon en 2008 y el Abierto de Australia en 2009, Nadal parecía afianzado en el primer puesto del ranking ATP. Sin embargo, una tendinitis en sus rodillas se cruzó en su impresionante trayectoria. El manacorense, diezmado, cayó ante Soderling en Roland Garros, su torneo predilecto. Fue la primera derrota en la arcilla de París tras cinco participaciones.

Una lesión también es una cuestión mental

La lesión le obligó a estar varios meses parado. Después llegó la ardua tarea de recuperar la forma y el nivel anterior. Entonces, surgió la gran pregunta. ¿Sería capaz Nadal de volver a lo más alto del tenis mundial? Recuperarse de una lesión no sólo es una cuestión física. También mental. La lista de jugadores echados a perder tras una lesión es larga. Los ejemplos de Kuerten o Ferrero, dos ex números uno incapaces de volver a su nivel, estaban presentes.

Pero Nadal confiaba en su capacidad para evitar ese problema. La constancia le sirvió para progresar en su juego y no quedar estancado en la arcilla. Sus apabullantes victorias en tierra batida no se extrapolaban al resto de superficie. "Tenía una derecha muy 'liftada' que arrinconaba el revés del rival", asegura Tati Rascón, ex jugador de tenis. Su estilo era demasiado defensivo. Se apoyaba en exceso en su fortaleza física. En correr detrás de cada bola. En devolver cada golpe. "Ahora desplaza a los rivales, está más metido en pista y busca puntos ganadores", confiesa Rascón. Su juego es más ofensivo. Por si le faltaba algo, también ha mejorado en el saque. Su talón de Aquiles. Pero en el US Open ha sido capaz de alcanzar los 216 kilómetros por hora. Rascón tiene claro que el balear es el jugador que más ha progresado en los últimos años.

"Seguiré trabajando con humildad para seguir viviendo días como éste". Esa es otra de las características del balear. Su calidad no le impide mantener los pies en el suelo. ¿Superar a Federer? "No me lo he planteado en la vida", aseguró tras conquistar el torneo estadounidense. La experiencia le ha enseñado que debe orientar su planificación hacía los 'Grand Slam' y prescindir de torneos menores para evitar la saturación mental y la lesiones. Con tan solo 24 años, el presente y el futuro son suyos.