LIBROS | PRESENTACIÓN

«No somos provocadores, queremos que la gente piense»

Albert Boadella y Fernando Sánchez Dragó escriben al alimón ‘Dios los cría...’, una obra en la que los conocidos polemistas hablan de España, los toros, el sexo y de casi todo lo divino y lo humano

MADRID Actualizado: Guardar
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Si algo molesta sobremanera al director de teatro y dramaturgo Albert Boadella y al escritor y periodista Fernando Sánchez Dragó es que les tilden, una y otra vez, de ‘provocadores’. Ambos han rechazado con énfasis este calificativo durante la presentación, en la Plaza de Toros de las Ventas, de la obra Dios los cría... (Planeta), que han escrito al alimón y en la que abordan los más variados asuntos: la situación de España, los toros, el sexo, las drogas, la corrupción... y muchos más que aluden a lo divino y a lo humano.

“Nos cabrea mucho que nos llamen provocadores, como si montáramos una estrategia publicitaria. Yo, en mi vida, he dicho siempre lo que pensaba y eso tuvo sus consecuencias. Yo siempre me expreso con franqueza”, enfatizaba Boadella. Dragó, por su parte, expresaba que “no me ofende que me llamen hijo de p..., porque mi madre era una santa, pero me molesta que me tilden de provocador. Somos personas y decimos lo que pensamos. Y lo que son provocadoras son las ideas, porque un provocador es un impostor que falsifica sus ideas. No nos anima ningún afán de proselitismo. Sólo queremos que la gente piense”.

Ha tildado el escritor la obra como un “libro de fusión”, en las que se expresan dos maneras de ir por la vida, “pero absolutamente complementarias”: la del dios Apolo, representada por Boadella, y la del dios Dionisos, ejemplificada por Dragó. “Hemos llegado prácticamente a las mismas conclusiones”, ha refrendado este último, en la que uno de los puntos de disidencia, sino el principal, ha sido el referente al sexo, tal como ha confirmado el dramaturgo.

Momento apocalíptico

La línea medular del libro, ha aclarado Dragó, se basa en tres grandes ideas: “La sensatez y el sentido común, y mal vamos si suenan nuestras ideas como transgresoras; la impavidez ante el peligro, porque no pasa nada si eres valiente y dices en alto lo que muchos dicen en voz baja por corrección política; y la acción de libertad, sin ninguna cortapisa y sin tapujos”. “Con sentido del humor, todo se pone en solfa: el pacifismo, el feminismo, la política, las leyes, internet.... Pero en el fondo es un libro de buenos sentimientos”.

Desde la obra conjunta, constata el dramaturgo, “miramos el mundo con la idea de construir algo”, aunque acto seguido no ha ocultado su pesimismo por el “momento apocalíptico que vivimos; es el final de una etapa”. “Me gustaría -ha dicho el director de Els Joglars- haber nacido en el Renacimiento con una Seguridad Social. Éste es un momento de enorme degradación. La educación es absolutamente nefasta para la juventud y sus consecuencias son que se vaya constituyendo este mundo desaforado. Además, los ancianos tampoco dan muestras de cierto pensamiento profundo”.

Referentes morales

Esta etapa sombría a la que alude Boadella se caracteriza por la “desaparición de referentes morales. Eso ha desaparecido. Esa ausencia de referentes ha promovido esta sensación de caos y está promoviendo cada vez más una situación caótica en la que lo que cuenta son las masas. No la búsqueda de la excelencia, sino lo que quiere el conjunto de la gran masa”.

El periodista ha coincidido con la filosofía de fondo expresada por el dramaturgo. “Han desaparecido los líderes, los intelectuales, los filósofos investidos de autoridad moral. La literatura, por ejemplo, se concibe como entretenimiento”. A ello se une, a escala planetaria, un mundo repleto de humanos: “Somos seis mil millones de personas, camino de siete -puntualizaba Dragó-. No cabemos en el planeta, estamos condenados a la extinción. Si no mueren dos de cada tres personas en catástrofes, guerras y epidemias, todos pereceremos”.

Ante esta situación los líderes mundiales, ha agregado el escritor, “nos llevan a la sociedad del autocontrol”. “Y no creo en la democracia -añadía Dragó-, sino en la ‘aristocracia’ de los mejores, el Gobierno de los mejores. El pueblo tiene que ser gobernado por los mejores, no gobernar él. No puede valer igual el voto de Belén Esteban que el de Boadella, porque para votar hay que tener criterio y recta intención”.

La situación de España

¿Se rompe España?, se ha preguntado a los dos intelectuales. Para Boadella, “España se deshace, no tanto por los nacionalismos sino por la aquiescencia del conjunto de los españoles. Me da la sensación que es bastante indiferente mientras que Cataluña y el País Vasco van tomando sus propios caminos. Los sociedad española no está beligerante y en este tema tienen una gran responsabilidad los mismos españoles”.

Sánchez Dragó ha ido aún más allá y ha dicho que es más pesimista, si cabe. “España no existe. Yo la denomino 'Ex paña', es un destino ineluctable, no hay nada que hacer. La lengua española y los toros son el hecho más profundo que existe en el globo terráqueo” para que España exista. Pero, insistía, “política y socialmente, España no existe”. Como botón de muestra, ha criticado que los jóvenes se han convertido “en unos pijos que quieren comprarse un piso y una segunda vivienda, hipotecarse de por vida y convertirse en funcionarios para tener un trabajo fijo. Esas personas son, en realidad, viejos”.