La guerra de Irak es el conflicto «más mortífero» para la prensa desde la II Guerra Mundial
Entre 2003 y 2010 han muerto 230 profesionales de medios de comunicación, más que en 20 años de guerra en Vietnam o que en la guerra civil de Argelia
MADRID Actualizado: GuardarLa segunda guerra de Irak ha sido el conflicto "más mortífero" para los periodistas desde la II Guerra Mundial, según el informe 'Guerra de Irak: Una hecatombe para la prensa' de Reporteros sin Fronteras (RsF). Entre 2003 y 2010 han muerto 230 profesionales de medios de comunicación, más que en 20 años de guerra en Vietnam o que en la guerra civil de Argelia.
Dos semanas después de la retirada de Irak de la última brigada de combate del Ejército estadounidense, RsF ha presentado un informe que hace balance del impacto del conflicto en la prensa y reclama que se abra una investigación para que los autores directos e intelectuales del asesinato del último periodista muerto, Riyad Assariyeh, de la cadena Al-Iraqiya, sean arrestados y rindan cuentas ante la justicia.
Denuncia contra la impunidad
La asociación señala que sería deplorable que la "impunidad permanezca en este caso, como ha ocurrido desgraciadamente en 99 por ciento de los 230 casos de profesionales de los medios de comunicación que han muerto desde el inicio de la intervención estadounidense en marzo de 2003". El informe concluye que si bien la intervención de Estados Unidos puso fin al régimen de Sadam Husein y permitió un desarrollo importante de los medios de comunicación iraquíes, "el balance humano de la guerra y de los años de violencia política y étnica que siguieron es simplemente catastrófico".
A este número de muertos hay que sumar el fenómeno de los secuestros de periodistas durante el conflicto. Más de 93 profesionales de los medios de comunicación han sido secuestrados en Irak, lo que, a juicio de RsF, convierte al país en "el mercado de rehenes más grande del mundo". Además, en diversas ocasiones los periodistas iraquíes han sido víctimas de numerosos arrestos por la nueva Administración iraquí o por el Ejército estadounidense por ser sospechosos de colaborar con los grupos insurgentes.