ASALTO A TIROS

El secuestrador y ocho rehenes mueren en el asalto a un autobús de turistas en Manila

La Policía pone fin a las más de doce horas de secuestro

MANILA Actualizado: Guardar
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Ocho rehenes y el ex oficial de policía que ha mantenido secuestradas a 25 personas en un autobús de Manila durante más de doce horas han muerto por disparos durante la operación de rescate, según han informado fuentes policiales. Otros dos turistas chinos han resultado heridos de gravedad y seis más han tenido que ser hospitalizados. El secuestrador, Rolando Mendoza, ha muerto al ser alcanzado por un disparo en la cabeza efectuado por un tirador con un arma de precisión, ha señalado la Policía.

El ex policía abrió fuego con su fusil ametrallador M-16 cuando los miembros de las Fuerzas de Seguridad llevaron a cabo el primer intento de penetrar en el vehículo, ubicado cerca de la plaza Rizal, uno de los lugares más visitados de la capital filipina. Cerca de una veintena de agentes se situaron a ambos lados del vehículo y a mazazos rompieron la luneta delantera al mismo tiempo que trataban de forzar las puertas.

La Policía identificó al sospechoso como un antiguo inspector con el grado de capitán que fue apartado del cuerpo en 2008 tras verse implicado en un turbio asunto de robo, extorsión y tráfico de drogas. Mendoza exigía que se le absolviera de los cargos que pesan contra él y ser readmitido en el cuerpo, del que le quedaba sólo un año para jubilarse.

Los mensajes del secuestrador

En los primeros momentos de la negociación, el secuestrador colocó una cartulina en una ventana del autocar en la que escribió las condiciones para la poner en libertad a los rehenes, y que incluían la de que debía ser absuelto por la defensora del Pueblo de Filipinas de los cargos que pesaban sobre él.

Mendoza también había hecho llegar mensajes escritos en pequeños trozos de papel a los agentes desplegados en la zona, mientras que la Policía se puso en contacto directamente con él llamando al teléfono móvil del conductor. Las imágenes de televisión mostraron al autocar con todas las cortinas echadas y a negociadores de la Policía hablando con el secuestrador sentado en el asiento del conductor.

Aunque en un primer momento una fuente policial indicó que los pasajeros eran de nacionalidad surcoreana, el jefe policial de Manila, Rodolfo Magtibay, señaló después que son chinos, la mayoría de Hong Kong, y que con ellos viajaban al menos tres filipinos: el conductor, un guía y un fotógrafo. El autocar, perteneciente a la agencia Hong Tai Travel, ha estado todo momento rodeado por las fuerzas de seguridad cerca del parque de Rizal, uno de los lugares más visitados de la capital filipina. Comandos policiales fuertemente armados y tiradores de élite del cuerpo se desplegaron en las cercanías.

Cordón policial

El suceso ha atraído la atención de decenas de curiosos que, desoyendo los consejos de las autoridades, se han aglomerado en las inmediaciones del cordón policial. Un ciclista logró incluso saltarse los controles y pasó junto al autobús antes de que fuera interceptado por varios agentes. Tras la gente que observaba lo que ocurre estaban preparadas para una posible emergencia varias ambulancias y un camión de bomberos.

Según los datos policiales, el inspector Rolando Mendoza fue expulsado definitivamente del cuerpo el pasado enero junto a otros cuatro agentes por la Defensora del Pueblo de Filipinas. El ex inspector extorsionó hace dos años a un ciudadano filipino, Christian Kalaw, al que exigió 20.000 pesos (unos 444 dólares, 349 euros) por permitirle aparcar en un lugar prohibido, conducir sin licencia y consumo de drogas. De acuerdo con el informe policial, el ex oficial y otros tres agentes obligaron a Kalaw a tragarse un sobre lleno de metanfetamina hidroclórida, una droga alucinógena de extendido consumo en el sudeste de Asia.

En septiembre de 2007 ocurrió un hecho similar al de hoy, en el que un persona, que finalmente fue detenida, secuestró en Manila un autobús con unos treinta niños que se dirigían al colegio.