El Madrid no carbura en Lieja

El Real Madrid no carbura. El equipo dirigido por Mourinho volvió a ofrecer la mala imagen que plasmó la semana pasada en Alemania, demostrando su falta de ritmo y la necesidad de mejorar.

El conjunto blanco fue incapaz de pasar del empate ante un débil Standard de Lieja, sexto en su liga, que no se vio arrollado en ningún momento por el Madrid. De esta forma, el conjunto madridista cosechó su primer empate en lo que va de pretemporada, después de vencer en la gira por Estados Unidos al América, a Los Angeles Galaxy y, ya en Europa, y por penaltis, al Bayern.

El arranque del choque siguió la tónica de los últimos partidos de los blancos: sin ritmo ni continuidad, sin apenas presionar a la defensa rival, los de Mourinho, al igual que contra el Bayern, fueron incapaces de inquietar la portería rival. Una falta en la frontal del área a los doce minutos, lanzada por Van der Vaart, marcó la primera mitad. El jugador holandés, cuestionado tras la llegada de Özil, consiguió superar la barrera y marcó el primer gol, ayudado por el portero belga, que demostró por qué no es titular en liga al pecar de confianza y apenas estirarse para evitar el tanto del holandés. Con este solitario gol, y sin apenas pisar la meta contraria, se llegó al descanso.

En la reanudación, los seis cambios del técnico luso no tuvieron el efecto que esperaba. La entrada de, en teoría, los titulares, apenas se notó en el juego de los blancos, que, al igual que en la primera parte, fue muy pobre. Como consecuencia de la falta de intensidad y la relajación de los de Mourinho llegó el empate belga. A menos de un cuarto de hora para el final, un centro desde la banda derecha de Opare fue rematado en el centro del área por Benteke, que le ganó la partida a Carvalho. En los últimos diez minutos el Madrid intentó encerrar al equipo belga en su área, pero ni eso consiguió. El Standard de Lieja, con lo justo, fue capaz de empatar con este nuevo Real Madrid que deja una sensación agridulce. Desde luego, el equipo de Mourinho cuenta con un margen de mejora enorme. Pero el entrenador portugués tiene trabajo, y mucho.