Los ruandeses eligen presidente
Lo harán por segunda vez desde el genocidio de 1994 en el que murieron más de 800.000 tutsis y hutus
KIGALI Actualizado: GuardarMás de cinco millones de ruandeses podrán ejercer hoy su derecho de voto en las segundas elecciones presidenciales que celebra el pequeño país centroafricano desde el genocidio de 1994, en el que murieron más de 800.000 tutsis y hutus moderados en 100 días.
Cerca de 1.500 observadores supervisarán los más de 16.000 colegios electorales, que abrirán sus puertas a las 06.00 hora local (04.00 GMT) y cerrarán a las 15.00 hora local (13.00 GMT), mientras que la Comisión Electoral asegura que los resultados de los comicios serán publicados antes del 11 de agosto.
Según los analistas locales, la elevada asistencia de ruandeses a los mítines de Paul Kagame, presidente del país y líder del Frente Patriótico Ruandés (RPF) que frenó la matanza, junto con la sólida financiación de su campaña electoral, indican que el actual jefe de Estado ganará la reelección con facilidad.
Cuatro candidatos
Kagame se enfrenta en estos comicios presidenciales a otros tres candidatos, dos de los cuales están estrechamente vinculados a la actual Presidencia, tras haber formado parte del Gobierno de coalición durante 16 años.
Los seguidores de Kagame apuntan que los comicios serán pacíficos y que un renovado código electoral asegura un proceso más transparente que el de 2003, cuando el presidente obtuvo un 95% de los votos, aunque sus críticos afirman que las elecciones de este lunes se desarrollarán en un clima de tensión y represión.
El pasado mes de abril, dos periódicos ruandeses fueron suspendidos y en junio un periodista crítico del Gobierno de Kagame fue asesinado de un tiro en la cabeza, mientras que un prominente miembro de la oposición fue decapitado.
Por otra parte, tres de los partidos opositores no pudieron registrarse para participar en los comicios presidenciales, y dos líderes de otros partidos políticos fueron arrestados y acusados de incitar el odio étnico y negar el genocidio, por lo que la oposición ha quedado dividida e intimidada.