GIRA POR ESPAÑA

La Copa más querida

Miles de personas esperaron largas colas para fotografiarse junto a la Copa del Mundo

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A las 8:30 de la mañana, el bullicio, los cláxones, el tráfico, en definitiva, el caos habitual, reina en Madrid. En el centro de la ciudad, en la Puerta del Sol, Manuel, de 27 años, llega el primero a la fila. La ocasión lo merece: poder ver, y si se puede, tocar la Copa del Mundo de fútbol que ganó 'La Roja' en Sudáfrica.

Este joven madrileño, ataviado con la camiseta de la selección, ha decidido madrugar e ir una hora antes de que abran las puertas de la Real Casa de Correos para hacerse una foto con el trofeo y rememorar el triunfo: "Es la mayor alegría que me he llevado en mi vida. La Eurocopa era algo inmenso, pero con el Mundial mucho mejor". No es el único que llega a la cola a primera hora de la mañana. Tras él, una niña malagueña, Alicia, se acerca junto a su familia para ser de las primeras que posen junto a la Copa. Es una oportunidad inmejorable para fotografiarse con el trofeo. Por ello, durante todo el día, gente de todos los puntos de la geografía española verán la Copa de cerca.

Una hora más tarde, a las 9:30 horas, las puertas se abren para que las decenas de personas que aguardan el momento puedan disfrutar brevemente con la Copa, guardada en una vitrina y con un gran cartel de fondo que da la enhorabuena a los campeones del mundo. Durante todo el día, todos los asistentes tienen un denominador común: hacerse una foto con la Copa. Según van pasando las horas, al calor sofocante que golpea a los que aguantan en la cola se suma la llegada incesante de personas que propician que, en torno a la una del mediodía, se roce las dos horas de espera para acceder al trofeo.

Pasadas las 12 de la mañana, dentro del edificio de Correos, a escasos minutos de hacerse la anisada foto, Jorge, de 7 años, está "para cumplir el sueño de estar al lado de la Copa" después de "acabar llorando con mis padres" la noche de la final. Unos metros más atrás, dos hermanos, Jaime y Álvaro, de siete y cinco años, han llegado una hora antes con la camiseta de la selección y acompañados por su madre para "hacernos una foto con la Copa" y "celebrarlo después en la piscina como la noche de la final". Las horas pasan y, ante la avalancha de gente, la organización decide cambiar el horario de visitas, que estaba establecido de 9:30 a 14:30 horas y de 16:30 a 20:30 horas, para poner un horario ininterrumpido de 9:30 a 20:30 horas que se mantendrá durante este jueves y viernes. Después, el trofeo más deseado abandonará Madrid para recorrer una gira por otras ciudades del país.

Dos horas de cola

Muchos niños entre los asistentes, y también muchos mayores. Pilar, una señora de la capital que lleva esperando más de una hora, asegura entre risas: "Hemos venido a hacer unos recados y ya hemos aprovechado. Ya que estábamos aquí, los recados pueden esperar perfectamente hasta esta tarde". Pilar puede sentirse una afortunada por haber tenido una hora de cola. Pablo y Diego, de 20 años ambos, han estado esperando "prácticamente dos horas". A pesar de ello, los dos creen que "ha merecido la pena" ya que "no teníamos nada mejor que hacer".

También acude mucha gente de fuera de Madrid. Alba, de Toledo, ha cambiado su turno de trabajo para "ver la Copa, echarme la foto, y en cuanto termine, de vuelta a trabajar." No sólo hay españoles entre las decenas de personas que esperan pacientemente su turno. El título de los pupilos de Del Bosque ha traspasado fronteras.

Julio, nacido en Perú, asegura que vivieron el triunfo "como si lo hubiéramos ganado nosotros mismos, con nuestros pies. Fue maravilloso. Hace tiempo que vivimos aquí y uno se encariña. Es como si lo hubiese ganado nuestro país, fue increíble", por ello "hoy estamos aquí para inmortalizar un momento histórico". Son apenas unos de las "20.000 personas que pasarán al lado de la Copa durante este jueves y viernes", según la organización.

Pero no todo son buenas palabras. En la salida, Rosa se muestra algo escéptica al ver a tanta gente en busca de una foto: "A mi si me dan de comer por verla, entro, pero estar en la cola pasando calor por una foto para eso lo veo tranquilamente por la tele". Unos pasos más allá, dos jóvenes chicas se lamentan: "Es una faena. Después de esperar casi dos horas, la instantánea no ha salido bien". ¿Tendrán la oportunidad de repetir la foto dentro de cuatro años?.