MAREA NEGRA EN EEUU

Las fugas detectadas en el Golfo de México corresponden a otro pozo

El Gobierno autoriza a BP a que continúe durante 24 horas más las pruebas que efectúa para comprobar que se ha frenado el derrame

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La fuga detectada en las cercanías de 'Macondo', el pozo de petróleo averiado en el Golfo de México, corresponde a otro pozo en desuso, según ha señalado el coordinador federal para la lucha contra el vertido, el almirante Thad Allen.

El almirante del Servicio de Guardacostas ha autorizado a la empresa propietaria del pozo y responsable del derrame, BP, a que continúe 24 horas más las pruebas que efectúa para determinar la solidez de la estructura de 'Macondo' tras la instalación hace diez días de una nueva campana de contención.

Las cinco fugas de menor importancia detectadas en la boca del pozo son "más parecidas a un goteo" que a un escape de importancia, según Allen, que ha asegurado que esa filtraciones no indican que la estructura del pozo haya sufrido daños. La fuga más importante, registrada a tres kilómetros de 'Macondo', y que había suscitado preocupación entre los equipos de lucha contra el vertido, "está en realidad más cerca del otro pozo abandonado que de 'Macondo'", ha precisado Allen. "Eso, y que no es raro que haya filtraciones en las cercanías de los pozos abandonados" ha convencido a los equipos de que esa fuga no tiene nada que ver con el pozo averiado, ha agregado Allen.

Un respiro para BP

Las declaraciones de Allen se producen después de que BP revelara que se plantea un nuevo método para sellar el pozo averiado, mediante la inyección de lodo pesado en la boca del pozo desde la superficie marina. Ese método, al que se ha dado en llamar 'Static Kill' (algo así como 'Eliminación estática') se estudiará durante los próximos dos días, tras lo cual la empresa británica tomará una decisión.

La compañía ya había probado a inyectar una mezcla de cemento y lodo pesado para sellar el pozo, sin éxito, en mayo, y éste sería un procedimiento similar. La diferencia es que ahora BP cuenta con una campana de contención sobre el pozo que por el momento lo mantiene cerrado y que permitiría a los equipos inyectar la mezcla a baja presión y baja velocidad, con mayores probabilidades de éxito.

Cuando se cumplen 92 días del accidente en la plataforma de BP, la principal preocupación del Gobierno es que la estructura subterránea del pozo esté dañada y que el crudo se filtre a través de las rocas y acabe fluyendo en múltiples puntos del suelo marino. Desde el 20 de abril y hasta el jueves de la semana pasada el manantial ha expulsado entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo por día a las aguas del Golfo, causando la mayor catástrofe ecológica en la historia del país.