El Papa pide perdón público a las víctimas de los abusos y promete trabajar para que no se repitan
El Obispo de Roma afirma que "era de esperar" que al "enemigo", como ha llamado al demonio, no le guste que el sacerdocio "brille de nuevo"
CIUDAD DEL VATICANO Actualizado: GuardarEl Papa Benedicto XVI ha pedido perdón público a Dios y a las víctimas de los sacerdotes pederastas y ha prometido que la Iglesia hará "todo lo posible para que semejantes abusos jamás vuelvan a suceder". El Pontífice ha pedido perdón ante 15.000 sacerdotes de todo el mundo y varias decenas de miles de monjas y seglares, con los que ha clausurado en la plaza de San Pedro del Vaticano el Año Sacerdotal, durante el que "han salido a luz", según ha dicho con esas palabras, los escándalos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos en numeros países.
El Obispo de Roma ha afirmado que "era de esperar" que al "enemigo", como ha llamado al demonio, no le guste que el sacerdocio "brille de nuevo" y que prefiere verlo desaparecer, "para que al fin Dios fuera arrojado del mundo". "Y así ha ocurrido que, precisamente en este año de alegría sacerdotal, han salido a la luz los pecados de los sacerdotes, sobre todo el abuso a los pequeños, en el cual el sacerdocio, que lleva a cabo la solicitud de Dios por el bien del hombre, se convierte en lo contrario".
Mea culpa de Benedicto XVI
En estos meses se han conocido abusos de curas pederastas durante años en Irlanda, Alemania, Austria, Italia, Holanda y Bélgica, así como nuevos datos de casos ya sabidos en EEUU. Por estos escándalos el Papa ha destituido a varios obispos y numerosos sacerdotes. "También nosotros pedimos perdón insistentemente a Dios y a las personas afectadas, mientras prometemos que queremos hacer todo lo posible para que semejante abuso no vuelva a suceder jamás", ha afirmado el Pontífice, de 83 años, cuyas palabras han sido fuertemente aplaudidas.
Benedicto XVI, en ese mea culpa, ha prometido que en la admisión al ministerio sacerdotal y en la formación que prepara al mismo (seminarios) "haremos todo lo posible para examinar la autenticidad de la vocación". Y agregaba que la Iglesia quiere acompañar "aún más a los sacerdotes" en su camino, para que el Señor los proteja y los custodie en las situaciones dolorosas y en los peligros de la vida.
También ha apuntado que si el Año Sacerdotal hubiera sido convocado para una glorificación de los logros humanos de los clérigos, "habría sido destruido por estos hechos". El Papa Ratzinger considera lo ocurrido "como una tarea de purificación, un quehacer que nos acompaña hacia el futuro y que nos hace reconocer y amar más aún el gran don de Dios".
A la misa han asistido sacerdotes de 91 países, de los que algo más de 600 eran españoles. Al término de la ceremonia, el Papa ponía en manos de la Virgen a los 400.000 sacerdotes esparcidos por el mundo.