Zapatero: «En breves semanas se presentará una subida impositiva a las rentas altas»
El presidente del Gobierno asegura que se gravará a las personas con una "alta capacidad" económica, sin afectar al "99,99% muy largo" de la población
MADRID Actualizado: GuardarTras el turbulento debate de ayer en el Senado, con PSOE y PP disparándose gritos de "Gürtel" y "Zapatero dimisión", el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, han bajado hoy el pistón y se han enfundado el guante blanco de una paz relativa.
El hacha de guerra la han empuñado las lugartenientes de ambos, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría, pero ni siquiera este cuerpo a cuerpo ha enardecido al hemiciclo, por cierto, un tanto mermado por eso de que eran las 9.00 horas. Es de imaginar que el presidente del Congreso, José Bono, habrá suspirado de alivio al comprobar que las tropas del PSOE y del PP no se encendían tanto como en el Senado, donde su homólogo, Javier Rojo, se las vio y se las deseó para calmar los ánimos, y hasta tuvo que abroncar a los parlamentarios.
Hoy Bono no ha tenido que torcer tanto el gesto, si bien se ha visto obligado a intervenir cuando el murmullo del hemiciclo se hizo un clamor tabernario: "Se puede ser firme y duro en la defensa de los principios, pero sin dejar de ser correctos como piden los españoles. Pido a todos, todos, que respeten el reglamento y al orador". Con respeto ha transcurrido el cara a cara de Zapatero y de Rajoy, donde cada uno ha proclamado su fe en su modelo económico, especialmente en la idoneidad o no de subir los impuestos.
El presidente del Gobierno ha defendido la necesidad del "esfuerzo colectivo" de los ciudadanos ahora que hay que ahorrar por todos lados, aunque ha hecho hincapié en que ese esfuerzo será "equitativo", y por ello, quienes tengan "más capacidad económica" pagarán un poco más gracias a la creación de un nuevo impuesto. Una tasa que ha asegurado que presentará "en breves semanas" y que gravará a las personas con una "alta capacidad" económica, sin afectar al "99,99% muy largo" de la población.
Rajoy, tras criticar la ausencia de concreciones sobre esa nueva figura fiscal, ha esgrimido la conveniencia de políticas que potencien el consumo, de modo que ha deplorado la posibilidad de que suban otra vez los impuestos. La munición crítica del líder de la oposición ha sido música de viento comparada con el armamento pesado que ayer soltó el portavoz en el Senado, Pío García-Escudero, y así, ha censurado "las contradicciones, la incertidumbre y la desconfianza" del presidente del Gobierno, quien, a su juicio, "cambia de opinión demasiadas veces".
Rifirrafe de las 'número dos'
En la contrarréplica, Zapatero ha elevado el volumen de voz y ha pasado al ataque: "Todos los Gobiernos están anticipando decisiones, tienen que ser rápidos y hay que cambiar de opinión. Usted no puede cambiar de opinión porque sencillamente no tiene ninguna". No ha habido más roce que éste, como si la bronca de ayer de Rojo les hubiera servido de ejemplo. Sin embargo, esa "puya" de Zapatero ha allanado el camino de Sáenz de Santamaría, quien, con su estilo combativo, ha definido el "decretazo" para el recorte del gasto como la prueba solvente de que en el Ejecutivo ya no hay quien tenga "ideas o ideología". "Es ya un Gobierno de circunstancias", ha sentenciado. Después, se ha mostrado más contundente: "Zapatero prefiere bajar la pensión a un jubilado antes que quitarle la cartera a un ministro".
De la Vega, entonces, se ha lanzado a tumba abierta. Para ella, el PP se ha metido de lleno en una "carrera electoral", y por ello, mientras el Gobierno busca salir de la crisis, "Rajoy toma caracoles", los populares "se van de fiesta a Valencia" y "montan circos como el de ayer". No ha parado aquí, pues De la Vega se ha recreado en símiles que a los populares han sentado fatal: "Son como la amenaza fantasma; nunca están donde deben" y "son pájaros de mal agüero". Algunos diputados del PP, terminado el cara a cara, han hecho su lectura en los pasillos del Congreso: "Han venido a provocar, a buscar lo que pasó ayer en el Senado, pero no hemos entrado en sus provocaciones". Sea por la razón que sea, quizá porque no conviene enervarse en ayunas o nada más terminar el café, el caso es que no ha habido tanto follón en el Congreso como ayer en el Senado, y así, sosegadamente, la sesión de control avanzaba hacia su final.