BALONCESTO | EUROLIGA

El Barça se corona campeón en la excelencia

Juan Carlos Navarro ha liderado al equipo español con 21 puntos en una final que ha dominado en todo momento

PARÍS (FRANCIA) Actualizado: Guardar
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Segunda Euroliga de su historia en París, en la misma ciudad en la que el equipo de fútbol conquistó su segunda Liga de Campeones. El Barça, el equipo prácticamente perfecto, fulminó al Olympiacos (86-68) en un gran partido de los de Xavi Pascual que dominaron de principio a final.

Fue la noche de Juan Carlos Navarro, el máximo anotador de la final, elegido mejor jugador de la final, el primer español en conseguirlo. Fue la de Ricky Rubio, que se ha convertido en el jugador más joven que levanta esta Copa, pero sobre todo fue la noche del Barça, que firmó un baloncesto de ensueño, el mismo que le había llegado hasta aquí. Y por encima de todos, la dirección del entrenador, de Xavi Pascual, que ha dejado su impronta en este equipo, un conjunto que se ha convertido en la referencia del baloncesto europeo esta temporada.

Con una defensa perfecta y un ataque certero; desde dentro y desde fuera. Controlando el rebote y cerrando el aro con el carácter intimidador de Fran Vázquez. Si Olympiacos, el mejor equipo ofensivo de la Euroliga, pretendía ganar al Barça, el mejor defensor, pronto se demostró que eso era imposible.

Imposible para el Olympiacos

Salvó un triple inicial de Kleiza, todas las ventajas fueron para los azulgrana, que firmaron un primer cuarto espectacular, en cuanto a intensidad y acierto. Sólo Milos Teodosic aguantó el tipo en el primer cuarto, de nada sirvió que Schortsanitis intentara imponer la fuerza bruta, la noche parisina iba a ser para el Barça.

Además, Juan Carlos Navarro (21 puntos, 23 valoración) volvió a lucir y cuando eso ocurre, si los de Pascual son un equipo complicado de batir, con 'La bomba' a pleno rendimiento, son imbatibles.

Y Pete Mickeal estuvo resolutivo e intenso, y Ricky, el jugador que le da el plus necesario al equipo. El invitado fue Fran Vázquez, espléndido en el juego interior, hasta cuatro tapones regaló a los rivales y así, poco a poco, se fue difuminando Olympiacos y fue creciendo el Barça.

Antes de que la bocina final sonara Ricky ya estaba cortando la red de una de las canastas. Los jugadores se fundieron entre sí y con los cinco futbolistas (Xavi, Puyol, Busquets, Bojan y Piqué) que vinieron a acompañarles. Muchas lágrimas y Xavi Pascual, como tantas veces vivió Guardiola el año pasado, elevado a los aires en un apoteósico final de fiesta blaugrana.