EEUU declara catástrofe nacional el vertido de petróleo en el Golfo de México que amenaza las costas de Luisiana
La decisión permite al Gobierno movilizar más recursos para afrontar la situación
WASHINGTON Actualizado: GuardarEl Gobierno de Estados Unidos ha declarado "catástrofe nacional" el vertido de petróleo en el Golfo de México, frente a las costas de Luisiana, que amenaza con ser uno de los mayores desastres ecológicos de la historia del país. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ha asegurado en rueda de prensa que el decretar el estado de "catástrofe nacional" permite al Gobierno movilizar más recursos para afrontar la situación.
Esta decisión se ha concretado después de que British Petroleum (BP), propietaria de la plataforma petrolera que explotó y se hundió, aceptara la oferta de ayuda del Ejército de EEUU para intentar controlar el derrame de crudo, que avanza cinco veces más rápido de lo previsto. Según los últimos datos, el derrame crece a un ritmo de 5.000 barriles diarios (795.000 litros).
Napolitano ha insistido en que BP "es responsable de los costes que impliquen las tareas de limpieza" de la marea negra. Los responsables del servicio de Guardia Costera han informado en la misma comparecencia de que la multinacional británica está poniendo todos los medios a su alcance para frenar el desastre ecológico. "Estamos preparados para el peor de los escenarios", ha declarado Sally Brice O'Hare, contraalmirante de la Guardia Costera, que ha hecho hincapié en que se trabaja a contrarreloj para evitar que esta catástrofe "se convierta en otro Exxon Valdez", el petrolero que vertió millones de toneladas de crudo en Alaska en 1989.
La marea se aproxima a las cosas de Luisiana
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, había hecho un llamamiento al Gobierno para recibir ayuda de emergencia y tratar así de impedir un desastre ecológico en las sensibles marismas del estado, que se ven seriamente amenazadas debido a un cambio en la dirección del viento. Una circunstancia que está dificultando los trabajos para contener la marea negra y cerrar el pozo, situado a 1.500 metros de profundidad, que quedó abierto tras la explosión de la semana pasada.
Las autoridades de Luisiana han instalado más de 30 kilómetros de barreras flotantes en el mar para intentar contener el derrame, aunque el gobernador ha admitido que no será suficiente. En la plataforma, de la empresa Transocean, había 126 personas trabajando y después del hundimiento de la estructura continúan desaparecidos once trabajadores.