Los ministros de Exteriores de la UE dan luz verde al futuro servicio diplomático europeo
El acuerdo político alcanzado tendrá que ser ahora negociado con el Parlamento Europeo
LUXEMBURGO Actualizado: GuardarLos ministros de Exteriores de la Unión Europea han logrado este lunes un acuerdo político para respaldar la última propuesta de la Alta Representante para la Política Exterior y Seguridad Común, Catherine Ashton, sobre el futuro servicio diplomático europeo, una herramienta contemplada en el Tratado de Lisboa para hacer visible a Europa en la escena internacional.
"El servicio exterior nos ayudará a construir la respuesta de la Unión Europea y nos ayudará a que las instituciones europeas respondan a los retos a los que nos enfrentamos", ha declarado Ashton al término de una maratoniana jornada de negociaciones. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, se ha mostrado particularmente satisfecho y ha destacado que se trata de "un día importante para la nueva UE". Ambos confían ahora en que el Parlamento Europeo tendrá un papel "constructivo" y dará su visto bueno definitivo al texto.
Los principales grupos de la Eurocámara han venido mostrado sus reticencias al considerar que el modelo planteado por la Alta Representante primaba demasiado el interés de los Estados en detrimento del europeo ya han llegado a amenazar con hacer uso del veto para bloquear el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
Podrían aprobarlo en junio
De salvar el escollo de la Cámara de Estrasburgo, los jefes de Estado y de Gobierno podrían aprobar el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) en la cumbre del próximo mes junio y el Parlamento Europeo lo ratificaría en el pleno de julio, con lo que podría empezar el proceso de selección de personal durante el verano. A partir de octubre se pondría en marcha la infraestructura necesaria para que el Servicio Exterior alcance su velocidad de crucero a mediados de 2011.
Los principales asuntos objeto de divergencia entre las delegaciones este lunes en Luxemburgo eran la financiación, el sistema de nombramiento de los jefes de delegación, el organigrama definitivo y las relaciones entre la Comisión Europea y el Servicio Exterior en el área de la política de defensa.
No obstante, el acuerdo adoptado hoy es, como ha recordado Ashton, "de principios" y algunos temas tendrán que ser desarrollados y ajustados. Moratinos puso de relieve además que se ha cumplido con el plazo que fijaba como fecha límite el mes de abril para aprobar la propuesta de Ashton. "No ha sido fácil, pero al final lo hemos conseguido", destacó.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, destacaba horas antes del final de la reunión que el acuerdo permitiría "dar un paso de gigante" y ha dejado claro que Francia quiere que este instrumento de los 27 permita adoptar medidas "más rápidas" en la acción exterior. "Hemos franqueado una etapa", ha señalado el jefe de la diplomacia gala.
Aspiraciones españolas
Por otro lado, España tiene 30 candidatos para ocupar otras tantas jefaturas de delegación y sus aspiraciones no se centran exclusivamente en las plazas Latinoamericanas sino que pretende situar a españoles en otras zonas, como el Magreb o Asia, según fuentes diplomáticas españolas.
El futuro Servicio Exterior tendrá una dotación económica de 50.000 millones de euros hasta 2013 y unos 7.000 funcionarios. En su estructura se integrará la política europea de seguridad y defensa; la gestión de crisis; la planificación de las misiones civiles y el personal militar. La toma de decisiones seguirá en manos del Consejo y de la Comisión, que mantiene también la competencia para la aplicación técnica de las acciones enmarcadas en este ámbito.
Tendrá una naturaleza 'sui géneris' separada del resto de instituciones y gozará de autonomía en la gestión de su personal y la administración del presupuesto, separado del presupuesto comunitario. Sus equipos trabajarán en coordinación con los servicios diplomáticos de los Estados miembros y contarán con personal de la secretaría del Consejo, de la Comisión y un tercio procedente de los propios Estados.