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Un hombre muere a navajazos en Murcia tras discutir en plena calle con su agresor

Las cámaras de seguridad de una cafetería registran el ataque mortal de un vecino

MURCIA Actualizado: Guardar
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Cuando las imágenes hablan, las palabras se quedan en agua de borrajas. La grabación registrada por las cámaras de seguridad de la cafetería 'K'Manolo' muestra, mejor que ningún relato, el crimen de Roldán. La crueldad de las cinco puñaladas que Antonio M.V. le asestó presuntamente a Francisco Prieto. Cinco puñaladas muy rápidas, que apenas ocupan unos segundos de esta grabación, pero que se llevaron por delante los 50 años de vida de este vecino de Balsicas.

La grabación comienza poco después de las 19 horas del sábado. Un iracundo Antonio discute acaloradamente con Francisco a las puertas de la cafetería. El presunto homicida, que se encuentra en búsqueda y captura desde el sábado, es calvo, de complexión fuerte y se parapeta tras unas gafas oscuras.

Según afirma Manuel, propietario del local, la disputa comenzó en el interior del mismo, pero pronto se trasladó a la calle. «A Antonio se le veía bebido y muy agresivo. Violento». No hace falta ser muy ducho en comunicación verbal, para sopesar el cabreo que Antonio tenía encima. En las imágenes se puede observar que gesticula muchísimo, se muestra nervioso y, en varias ocasiones, apunta con el dedo a Francisco, que, tras tratar de hablar con él, intenta volver a entrar en el bar. La tensión entre los dos se puede tocar con los dedos.

En busca del asesino

Tras salirse de plano, Francisco vuelve a acercarse a Antonio y, es en este momento, cuando éste presuntamente saca una pequeña navaja de su llavero. Es un arma blanca de apenas unos centímetros, pero se la clava con rapidez en la cabeza, el pecho y la espalda. Cinco puñaladas. Un árbol obstaculiza la visión de la agresión desde la cámara del local, pero sí se observa como Francisco cae al suelo con su agresor encima. La novia de Francisco, una joven inglesa, entra entonces en juego, tratando de liberar a su pareja de la agresión.

Apenas unos segundos después, Antonio se incorpora y deja escapar a su víctima. La camisa de Francisco está bañada de sangre, pero éste logra ponerse en pie y, acompañado de su novia, entra en la cafetería. Minutos después, muere sentado en uno de los taburetes del local. En la última imagen de esta grabación Antonio está ya de espaldas, escapando del lugar del crimen. Es el inicio de una huída a la que, pese a los esfuerzos, la Guardia Civil no ha logrado aún ponerle fin.