Europa se resiste a despegar porque el espacio aéreo sigue cerrado por completo en el noroeste del continente
Eurocontrol limita las prohibiciones a Dinamarca, Estonia, Irlanda, Letonia, Suecia y Reino Unido
BRUSELAS Actualizado: GuardarEl tráfico aéreo europeo ha comenzado a recuperar buena parte de su actividad, aunque sigue cerrado por completo en seis países -Dinamarca, Estonia, Irlanda, Letonia, Suecia y Reino Unido- y parcialmente en dos -el norte de Francia y de Italia- por la alta concentración de ceniza volcánica. Estas ocho áreas configuran de momento la 'franja roja' en la que está prohibido volar, según informó la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol).
Las zonas libres de partículas, en las que está permitido volar, son España, Portugal, Bélgica, Holanda, Alemania, Austria, la región balcánica, Bulgaria, la República Checa, Grecia, Noruega, Polonia, Rumanía, Suiza y Turquía, así como el centro-norte de Italia y Francia y el norte de Suecia. Los demás países europeos forman parte de un tercer espacio en el que existe contaminación, pero a un nivel tan bajo que no resulta peligroso volar, por lo que las autoridades nacionales podrán permitir que se reanuden los servicios aéreos.
El espacio aéreo europeo se encuentra dividido en estas tres zonas desde las 06.00 GMT de hoy, un enfoque "más pragmático" que su cierre total del espacio aéreo de todos los países en los que se ha detectado una mínima presencia de ceniza volcánica, según ha valorado la Comisión Europea. En la práctica, la vuelta a la normalidad está resultando lenta, aunque sí se ha detectado una actividad superior a la de ayer. Eurocontrol confiaba en que hoy llegaran a operar en Europa hasta 14.000 vuelos (frente a los 9.169 de ayer), la mitad que un día normal.
Ayudas a las aerolíneas
La Comisión Europea anunció ayer que está dispuesta a habilitar un marco similar al aprobado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU con el objetivo de permitir a los estados miembros que concedan ayudas, pero recalcó que son los países lo que tienen que dar el paso y presentar sus solicitudes ante Bruselas. De momento, ningún país comunitario ha recurrido a esta mecanismo, según confirmó un portavoz de la CE.
El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, ha aclarado que los estados que concedan ayudas deben garantizar que no haya discriminación y que la financiación se destine a cubrir las pérdidas vinculadas al cierre del espacio aéreo y no a reestructurar aerolíneas dañadas antes de esa crisis. Almunia reconocía que hay otros sectores económicos afectados y recalcaba que "no todo el mundo puede demostrar pérdidas directas" por la suspensión del tráfico aéreo para justificar la concesión de ayudas de estado como pueden hacerlo las aerolíneas.
En un debate extraordinario sobre la cuestión celebrado en Estrasburgo, la Comisión y la presidencia de turno española de la UE han mostrado su confianza en que las medidas adoptadas por los Veintisiete permitan retomar la mayoría de los vuelos en Europa y han defendido su gestión de la crisis aérea provocada por la erupción del volcán islandés. España ha urgido a los Gobiernos europeos a hacer "todo lo posible por poner a disposición de los ciudadanos medios de transporte alternativos", en palabras del secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido.
La CE ha recordado que, aunque se trata de una situación excepcional que escapa a la responsabilidad de las aerolíneas y, por tanto, la concesión de indemnizaciones adicionales a los pasajeros no está justificada; los afectados sí tienen derecho a la recibir el importe total del billete, incluidas las tasas aeroportuarias. Los viajeros que elijan continuar su viaje tendrán también derecho a recibir comida y alojamiento a cargo de la aerolíneas hasta que puedan llegar a sus destinos.
Persisten las cancelaciones
Europa empieza a "despegar" aunque las consecuencias de esta crisis todavía se dejan notar: sólo en España han sido cancelados más de 1.100 vuelos de los 5.249 programados. Eurocontrol ha señalado que las perturbaciones en el tráfico aéreo han provocado la cancelación de más de 95.000 operaciones. Las pérdidas económicas se calculan en más de 140 millones de euros diarios, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que ha criticado duramente la gestión de esta crisis.
La normalización completa del tráfico aéreo en Europa se espera de aquí al jueves, siempre y cuando la erupción no se intensifique, porque las nubes de finas partículas, peligrosas para los motores de los aviones, siguen siendo amenazantes. Lo que dicen las previsiones meteorológicas es que el cambio del tiempo hacia el fin de esta semana, con la llegada de bajas presiones a Islandia, incrementará el viento y empujará la nube de cenizas volcánicas hacia el Ártico, según ha informado la Organización Mundial de la Meteorología (OMM). Además, las lluvias asociadas con esas bajas presiones servirán de "especie de lavado" de las cenizas a altitudes más bajas. Hasta el momento, el anticiclón que reina en toda la zona y los vientos débiles no han ayudado a dispersar la nube.