El Inter gana el primer asalto
Sneijder, Maicon y Diego Milito ha dado la vuelta a un partido que comenzó ganando el Barça con un tanto de Pedrito
Actualizado: GuardarEl Inter fue un Espanyol a lo bestia, con más físico, con once colosos, con un ariete excelso como Diego Milito, con otras grandes individualidades y con una pegada descomunal que dejó al Barça contra las cuerdas, pendiente de sólo de una remontada heroica en el Camp Nou. Es cierto que el colegiado portugués realizó un arbitraje lamentable, muy casero, pero bien harían los azulgranas en no quejarse y hacer autocrítica porque concedieron demasiado atrás y les faltó rapidez en la circulación de balón. Nada que ver este duelo con el de la primera fase de la 'Champions', donde los de Mourinho todavía no habían arrancado. Y aquel 2-0 del Camp Nou valdría pero será muy difícil de repetir porque este Inter te mata al contragolpe.
La soñada final del 22 de mayo en el Bernabéu se aleja para los azulgrana, que sufrieron su peor derrota de la era Guardiola. Nunca habían caído por más de un gol y encima lo hicieron tras ponerse por delante. Insólito.
La supuesta final anticipada cumplió el guión en el arranque. El Barça quería el balón a toda costa y al Inter no le importaba regalarlo y esperar. Es cierto que Mourinho planteó un partido similar al del de Pochettino el pasado sábado. Eso sí, en cuanto roban los italianos son rápidos, profundos y con una pegada demoledora. Por algo tienen a Eto'o, al ariete ex zaragocista y hermano del central azulgrana, al final suplente en San Siro, y al macedonio Pandev. Ciertamente, se asemejan en su fútbol al Real Madrid. Pero con mucho más rigor táctico y mejor preparación física.
El Barça se sabía mejor, más vistoso al menos, pero quizá no asumió como era debido que no podía arriesgar en los pases horizontales porque los contragolpes podrían ser mortales si los lombardos cogían la espalda a los centrales culés. Menos mal que en uno de ellos el asistente observó un fuera de juego de Milito más que dudoso. Y en otro Víctor Valdés se lució a disparo de Eto'o. El Barça manejaba el balón pero apenas llegaba a los dominios de Julio César. Hasta que Maxwell sorprendió como si fuera Alves. Se internó como lateral izquierdo, Maicon y Lucio le dejaron vía libre y su pase de la muerte lo convirtió en vida para el Barça Don Pedro. Así, con mayúsculas, porque el canario ya suma cuatro goles en ocho partidos de esta 'Champions'.
Cambio en el guión habitual
Con el resultado a favor, los de Guardiola suelen ser letales. Pero el primer problema es que les duró poco la ventaja, apenas 11 minutos. Lo que tardaron Eto'o, Milito y Sneijder en trazar una acción de tiralíneas que dejó en mal lugar a la zaga catalana. Los centrales se fueron tras el argentino, Alves cerró con Pandev y todos se olvidaron del ex medio punta madridista. Explotó San Siro con ese empate pero el Barça supo gobernar la situación hasta el descanso. A base de toque, aunque fuera sin mordiente, silenció a los transalpinos.
La segunda mitad fue un suplicio para el Barça, incapaz de romper la férrea resistencia 'neroazzurri' y un coladero atrás. Fue siempre a remolque, desde el primer instante. Movió el balón con excesiva lentitud, se perdió en protestas y mostró enormes desajustes defensivos que aprovecharon los gladiadores de Mourinho.
En dos pases encontraban a Milito y éste se buscaba la vida para permitir la incorporación de sus compañeros. Así llegó el gol de Maicon, a los tres minutos de la reanudación. El Barça cayó en la trampa, se desmelenó, obligó a lucirse a Julio César en un par de ocasiones pero atrás se mostró como un equipo menor. Tanto que permitió dos remates francos y consecutivos que acabaron en el polémico gol de Milito, en más que probable fuera de juego. La deseada fiesta del Bernabéu se complica. Y Florentino igual sueña con Mourinho.