La fe madridista acaba con un desafortunado atlético
Necesitó remontar, pero con casta y pegada, fue muy superior a un equipo rojiblanco que se adelantó demasiado pronto y dio una pobre imagen en su campo maldito
MADRID Actualizado: GuardarNo hubo sorpresa, el Atlético sólo le duró un asalto al Real Madrid y los blancos recuperaron un día después el liderato para reforzar sus aspiraciones al título en un derbi trascendental en su pelea con el Barça. Más decisivo será el del 10 de abril en el Bernabéu contra los azulgrana, pero los madridistas salvaron frente al Atlético un escollo importante.
El Atlético es un equipo rendido de antemano al Madrid, por mucho que se adelante en el marcador. Los de Quique Flores dieron una pobre imagen en su campo maldito en un derbi que en esta ocasión resultó pobre en emoción y fútbol. El 'Atleti', que soñaba con amargar la carrera hacia el título de su eterno rival, no pudo devolver el favor al Barça. El Madrid sigue lanzado, más gracias a su eficacia ofensiva que a su juego, aunque éste fue más que suficiente para imponerse al Atlético.
Ya lo pasó muy mal el Atlético para defender el gol de Reyes, de lo poco que tuvo el Atlético, tras un saque de banda y una gran jugada rojiblanca, en la que falló Albiol, Agüero dio un pase genial y el sevillano culminó de forma magistral con la zurda donde Casillas no podía llegar. Más daño aún con un golazo de un ex madridista, que ya no saldría en la segunda parte por una lesión muscular. Sufrió el 'Atleti' para ir con ventaja al descanso, pero entonces salió airoso porque el Madrid perdonó dos goles cantados, uno de Higuaín que sacó Tiago en la línea de forma milagrosa, y otro de Cristiano con un cabezazo a puerta vacía cuando el Atlético pedía el descanso a gritos. No salió el Madrid a morder desde el principio y lo pagó con un gol tempranero que le puso muy nervioso y que provocó que el equipo sólo buscase a Cristiano como salvador.
Le echó coraje y asedió a los rojiblancos, pero acusó su falta de fluidez, su ausencia de juego por las bandas, y muchas veces su atasco por el centro de un ataque que sucumbió ante Ujfalusi y Domínguez. Quique Flores apostó por los mismos centrales que frente al Athletic y acertó, aunque la lesión de Valera le obligó después a sacar a Perea, en quien no confiaba frente a la velocidad de Cristiano.
Se arriesgó demasiado el Madrid en la primera parte cuando se volcó sobre la portería del segurísimo De Gea dejando muchos espacios al contraataque rojiblanco, pero el Atlético también se echó muy atrás a defender y apenas pudo crear más ocasiones que el gol en un primer tiempo en el que faltó claridad, apertura a los costados y profundidad por parte de los locales. Además, el Atlético, muy tranquilo y muy bien colocado, hizo un esfuerzo suplementario intentando equilibrar la lucha en el medio campo, con la posesión de balón blanca pero con un fútbol local muy espeso, sin capacidad para sorprender. Arriba, como es muy habitual, sólo metía miedo Cristiano. El Madrid acarició el empate, pero después de tanto sacrificio, le faltó puntería.
Aparece la pegada
Todo lo contrario que lo que ocurrió tras el descanso, porque entonces ya no sirvió para nada la apuesta defensiva del Atlético, que se llevó tres goles en poco más de un cuarto de hora por sus errores atrás, no olió el balón y sucumbió ante el potencial ofensivo madridista. Tras el empate a balón parado, el Madrid ya abrió el juego por las bandas con las subidas de Arbeloa y Marcelo, y precisamente el lateral salmantino fue el encargado de certificar la remontada tras un extraordinario pase de Xabi Alonso desde su propio campo. Arbeloa recortó a Domínguez y se sumó a la fiesta que ya se vivía en el Bernabéu.
Porque el Atlético, asustado ante el acoso local, había desaparecido y el Madrid había crecido no sólo en actitud, sino también en juego. Además, su pegada había vuelto a funcionar, culminando con gol dos ocasiones, y por si no había suficiente, también, para no perder la costumbre, hubo regalo de Tiago a Higuaín en el tercero. El argentino acababa de mandar un remate al larguero cuando peor lo pasaba un Atlético roto y superado en todas las facetas del juego y también en físico por un rival con más hambre.
El Atlético había acusado la ausencia de Reyes, y ya tenía encarrilada la victoria el Madrid , que con el liderazgo de Xabi Alonso en el medio campo no perdía la pelota y podía haber vivido una segunda parte muy plácida. Sin embargo, al centrocampista guipuzcoano que buscaba la amarilla para no ver peligrar su presencia en el derbi ante el Barça se le fue la cabeza con el penalti que cometió, cuando el Atlético estaba entregado. Ahí cundió algo de intranquilidad madridista, aunque el Atlético no conseguía cruzar el medio campo, y aún pudo caer algún gol más del Madrid , si no llega a ser porque Raúl, el que quizás haya sido su último derbi madrileño, fallase en boca de gol el cuarto. Al final, el triunfo por la mínima fue corto para los méritos madridistas.