Esta imagen de la televisión muestra cómo una multitud se reúne alrededor de los cuerpos de las víctimas, en la localidad de Dogo Nahawa, Nigeria, a unas tres millas (cinco kilómetros) al sur de la ciudad de Jos./ AP
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Asciende a 500 las víctimas en los enfrentamientos étnico-religiosos de Nigeria

El Vaticano está "preocupado" y "horrorizado" por los hechos, que achaca más a problemas sociales que de naturaleza religiosa

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El número de víctimas de los enfrentamientos étnico-religiosos que tuvieron lugar ayer en las cercanías de Jos, al norte de Nigeria, asciende a 500, según ha anunciado el portavoz de las autoridades del Estado de Plateau, Gregory Yenlong. Pastores musulmanes de la etnia fulani, armados con revólveres, fusiles, metralletas y machetes, asaltaron las viviendas de las localidades de Dogo Na Hauwa, Ratsat y Jeji en las primeras horas de ayer matando a todos los que encontraban en ellas, principalmente mujeres y niños.

Se cree que la masacre, que tuvo lugar a menos de dos kilómetros de la residencia del gobernador del estado de Plateau, Jonah Jang, fue la respuesta de los pastores a los enfrentamientos religiosos de la zona del pasado enero que dejaron 326 muertos, lo que ellos consideraron como una acción organizada para asesinar musulmanes.

El Gobierno de Plateau ha anunciado un funeral colectivo de las víctimas, mientras que el presidente interino de Nigeria, Goodluck Jonathan, se ha reunido con las agencias de seguridad del estado y ha afirmado que sus efectivos se encuentran en alerta roja. "Aunque es demasiado pronto para afirmar por qué se ha reavivado la violencia, queremos informar a los nigerianos de que las fuerzas de seguridad tratan de controlar la situación", declaró a través de un comunicado el portavoz de Jonathan, Ima Niboro.

Una veintena de detenidos

La matanza de ayer se produjo a pesar de que se había impuesto un toque de queda en la zona desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana después de la violencia del pasado enero en Jos. Los periodistas que han visitado la zona afirman haber visto cientos de cadáveres en las calles de las localidades atacadas por los fulani, en su mayoría de mujeres y niños, algunos de menos de dos años.

El Foro Cristiano de Consulta de Ancianos del Estado de Plateau ha acusado a los militares de la zona de haber sido cómplices de esta última matanza: "Avisamos a los militares de lo que estaba sucediendo, pero tardaron dos horas en reaccionar, cuando los musulmanes se habían ido". "Queremos que los soldados expliquen los motivos de esta tardanza intencionada que consideramos arte del plan, y queremos que el Estado de Plateau sepa que ya no confiamos en el ejército de Nigeria ni en las agencias de seguridad, porque están en contra de los cristianos", afirmó la organización a través de un comunicado.

Se cree que el motivo de los enfrentamientos de la zona es la lucha por la explotación de terrenos de cultivo entre los cristianos y los animistas de una parte, y los pastores musulmanes fulani por otra. Mientras que la policía ha arrestado a 22 sospechosos, el líder espiritual de Jos, Gbong Gwom, que ha visitado el lugar de los hechos, ha declarado que "la situación es triste, inaceptable e inhumana".

Primera víctima política

El presidente interino, Goodluck Jonathan, despidió este lunes al asesor de seguridad nacional (NSA), Sarki Mujtar, uno de los principales aliados del mandatario Umaru Yar'Adua, alejado del poder por enfermedad. Un comunicado de la oficina de Jonathan asegura que el dirigente 'de facto' "agradece al asesor de seguridad nacional saliente sus servicios a la nación, y le desea lo mejor para sus futuras empresas".

Sin dar una explicación de este movimiento, Jonathan sustituyó a Mujtar por el ex general militar norteño retirado Aliyu Gusau, que ya ocupó el cargo bajo la Presidencia de Olusegun Obasanjo. Hasta ahora, se mantenía como uno de los hombres fuertes del gobernante Partido Democrático del Pueblo (PDP).

La vuelta de Yar'Adua a Nigeria hace dos semanas, tras tres meses de ingreso en un hospital saudí, ha sumido al país africano en una nueva crisis de autoridad. El regreso del presidente, prácticamente en secreto, ha hecho temer un debilitamiento de Jonathan como principal autoridad.