La hija de Juan Carlos R. G., dueño de la cervecería Carvi, recibe el consuelo de un allegado. /JOSÉ SIMAL
Un hombre de 45 años

Muere apuñalado el propietario de una cervecería de Gijón

El cadáver fue hallado sobre un charco de sangre por un empleado que había ido a abrir el establecimiento a las siete de la tarde

GIJÓN Actualizado: Guardar
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Apuñalado en su propio local. Un empleado de la cervecería Carvi de Gijón, un establecimiento «de los que llevan aquí toda la vida», situado junto al portal número 51 de la calle de Ezcurdia, en pleno centro de La Arena, se encontró ayer por la tarde con el cadáver del dueño, Juan Carlos R. G., de 45 años, quien podría haber muerto horas antes del hallazgo y yacía sobre un gran charco de sangre. Agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y violenta de la Comisaría de Gijón tratan de esclarecer las circunstancias de su muerte.

La alarma saltó poco antes de las 19 horas. Un amigo del finado, que llevaba tiempo trabajando con él en la cervecería, se sorprendió al encontrarse la luz encendida cuando fue a abrir el local. Al asomarse tras la barra se encontró con la dantesca escena de Juan Carlos R. G., ya fallecido, tumbado boca abajo sobre un suelo ensangrentado y con heridas provocadas por un cuchillo de grandes dimensiones. Al menos presentaba una cuchillada en el cuello, que según las primeras investigaciones fue la que pudo causarle la muerte.

El empleado alertó de forma inmediata al 112 Asturias, que activó el protocolo pertinente y comunicó los hechos tanto a los servicios sanitarios como a la Policía. Los primeros tan sólo pudieron certificar la muerte de Juan Carlos R. G. y confirmar que mostraba signos de violencia, por lo que fue requerida la presencia de la comisión judicial y de los miembros de la Policía Judicial y la Policía Científica, que realizaron una pormenorizada inspección ocular del lugar de los hechos y recogieron pruebas para intentar esclarecer el crimen.

En torno a las 20.30 horas llegó al lugar de los hechos el juez forense, quien autorizó el levantamiento del cadáver pasadas ya las 21 horas. Los restos mortales fueron trasladados al Anatómico Forense, donde hoy le será realizada la autopsia para determinar la hora exacta del fallecimiento y las causas de su muerte.

«Mataron a Carlos»

La cervecería Carvi, a diferencia de otros establecimientos hosteleros vecinos, carece de acristalamiento exterior y tan sólo comunica con la calle con una puerta opaca de madera, lo que impidió que nadie pudiera ver lo que había ocurrido en el interior hasta que el mencionado empleado fue a abrir el negocio. De hecho, vecinos y comerciantes de este tramo de Ezcurdia sólo tuvieron constancia de lo que había ocurrido al ver cómo frente al local se concentraba un gran número de coches de policía. «No hemos oído nada, ningún ruido ni ningún grito. Sólo nos enteramos al ver llegar a la Policía», explicaba sorprendida aún por los hechos una trabajadora de un comercio anexo a la cervecería. Según pasaban los minutos, y especialmente tras la llegada del furgón de los servicios funerarios, la expectación fue creciendo en la calle, y decenas de personas se arremolinaban en la acera situada justo frente a la cervecería para seguir la intervención.

Las más afectadas por el crimen eran la mujer del fallecido y su hija, que se lamentaban sin consuelo posible. «Mataron a Carlos, apuñalaron a Carlos», repetía al teléfono, entre lágrimas, la hija. También vecinos de la zona recibían impactados la noticia cuando llegaban a los portales cercanos y preguntaban el motivo del tumulto.

A pocos metros del lugar de los hechos, en un local de alterne de la calle de Canga Argüelles, fue asesinado hace ocho años, la noche del 19 de enero de 2002, el ovetense Avelino Poladura, que recibió un disparo del sevillano José Manuel V. S., tras una discusión. Un jurado popular determinó la culpabilidad de este último, que fue condenado a 12 años de prisión.