Más de 130 países aprueban una declaración sobre biodiversidad y economía verde
Se trata del primer gran acuerdo en materia ecológica adoptado tras la decepción de la Cumbre de Copenhague
NUSA DUA (INDONESIA) Actualizado: GuardarMás de 130 países han acordado la Declaración de Nusa Dua sobre Medio Ambiente, que subraya la importancia de preservar la biodiversidad y la necesidad de adoptar una "economía verde" baja en carbono que frene el cambio climático. El texto, pactado durante el Foro Ministerial Global sobre Medio Ambiente que se ha clausurado en Indonesia, es el primero con rango de declaración dentro del marco de Naciones Unidas que aprueban los ministros del ramo en la última década.
"Poco después de (la conferencia de) Copenhague y de la gran frustración que generó, los ministros de Medio Ambiente de más de 130 países han vuelto a encontrar una voz colectiva. El mundo debería estar orgulloso de esto", ha asegurado el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unida para el Medio Ambiente (UNEP), Achim Steiner. "Ésta era la primera prueba después de Copenhague y el sistema ha demostrado su capacidad de respuesta", ha añadido.
Creación de un panel intergubernamental
La Declaración de Nusa Dua aborda una amplia variedad de temas, que abarcan desde la conservación de la biodiversidad a la gestión de residuos electrónicos, pasando por la necesidad de adoptar una "economía verde" y de globalizar las políticas medioambientales.
Según Steiner, el documento aprobado servirá para proteger mejor la salud de las personas y el entorno natural de la basura electrónica y el tráfico ilegal de residuos tóxicos. Además, fomentará una "arquitectura de gobierno" global que busca facilitar una lucha más eficaz contra el cambio climático y los peligros que afronta el Medio Ambiente.
La declaración promueve la creación de un panel intergubernamental que acerque los avances científicos a la comunidad política, para que ésta pueda legislar en consecuencia y con rapidez. El texto aboga, además, por incorporar las cuestiones medioambientales a la agenda de prioridades del proceso de reconstrucción de Haiti, tras el devastador terremoto de enero que mató a más de 200.000 personas.