Carnaval de Cádiz 2022
Ana Zamora: «Hemos vuelto a vivir un Carnaval como los de antes»
Este rincón de Cádiz vuelve a convertirse en el punto de encuentro de aficionados y agrupaciones en este Carnaval de febrero
Doce años lleva Ana Zamora al frente del ultramarinos y bar El Cañón, uno de los rincones más característicos del casco histórico de la ciudad para disfrutar del Carnaval de Cádiz.
Tras dos años de pandemia y una edición sin fiesta, este rincón ha vuelto a acaparar el protagonismo en una fiesta que ha llegado por febrero de forma ilegal. «Ha sido un Carnaval con letras mayúsculas, como si fuese un año normal. De hecho, a nosotros nos ha cogido a traspiés en el tema logístico. Para que te hagas una idea, el mismo sábado pasado acabamos con todo lo que habíamos comprado para todo el Carnaval. Fue una locura. Hasta los clientes de toda la vida nos tuvieron que echar una mano», asegura la empresaria, que ya muestra signos de cansancio tras las largas horas de trabajo acumuladas a lo largo de toda la semana.
«Han sido meses de incertidumbre, en los que no sabíamos si apostar o no por este mes de febrero, porque al ser ilegal pensábamos que iba a venir, sobre todo, un público más joven, que no es nuestra clientela», apunta ana Zamora. «En cambio, nos hemos encontrado con nuestro mismo público de siempre y con un ambientazo todos los días desde el sábado», apostilla.
Esta hostelera gaditana considera un acierto la celebración de este Carnaval de febrero «porque realmente como gaditana, lo de junio para mí no es Carnaval. Como hostelera, claro que lo aprovecharemos», apuntó, a la vez que puso de relieve los beneficios de esta edición.
«Hemos vuelto a vivir un Carnaval como los de antes. Con clientes de calidad y con la posibilidad de poder escuchar a las agrupaciones ilegales. Con gente dispuesta a escuchar Carnaval», explicaba esta gaditana y aficionada a la fiesta. «Eso es lo que me ha faltado este año, el poder escaparme a tomarme un moscatel con el vecino, pero que no he podido ante la cantidad de gente que ha venido y la poca previsión que hicimos ante la incertidumbre que había», explicó la empresaria, que como buena corista, ha echado de menos la presencia de la modalidad. «Se echa de menos el encanto de los coros, el momento de la gente esperando y los careos», rememoraba Zamora.