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Windsurf vs Kitesurf: ¿vela o cometa?

Tarifa es la capital del viento y de todos los deportes que lo necesitan para su práctica, ¿cuál es el tuyo?

Dos ‘riders’ de experiencia afincados en la localidad gaditana explican las diferencias entre ambas modalidades y dan las claves para iniciarse en ellas

SARA CANTOS

Las velas y las cometas son para el verano, sobre todo si se acompañan de una tabla, mar y viento. Primero el windsurf y luego el kitesurf surgieron para navegar con la fuerza del viento. Tienen muchas cosas en común pero cada uno su técnica y sensaciones propias. Pese a la similitud, con el tiempo llegaron las diferencias entre sus aficionados y esas desavenencias saltaron del agua a la política. Hoy el kitesurf está en la sala de espera de los Juegos Olímpicos.

A 8.000 kilómetros del lugar donde se han celebrado los últimos, Río de Janeiro, está Tarifa, la meca del windsurf y el kitesurf gracias a sus dos mares: « la mare que parió al levante y la mare que parió al poniente», como dicen los tarifeños . En verano triplica su población y sus playas se llenan de cometas, velas y gente atraída por estos deportes. Aquí el enfrentamiento windsurf contra kitesurf se lleva con buen rollo y navegar con cometa o vela es cuestión de gusto y nudos. Entonces, ¿de dónde viene el ‘pique’ entre windsurf y kitesurf?

Cada año mucha gente ajena a los defensores y detractores de uno y otro se quieren iniciar en alguno de estos dos deportes y eligen Tarifa para hacerlo. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre ambos deportes? ¿Cómo saber cuál elegir? Dos riders de referencia en Tarifa explican las dos caras de la moneda. Los dos dejaron todo para irse a la capital del viento.

M ichel Figuera hace windsurf desde los 80 y es una institución de este deporte en Tarifa. Le enseñó hace casi cuarenta años el alcalde de Madrid de 1978, José Luis Álvarez, en el pantano de San Juan (Madrid). En 1982 pisó Tarifa por primera vez y en 1984 se instaló allí y abrió la primera tienda-taller de tablas de windsurf del pueblo, Fun works, en una época en la que en Tarifa las buenas vibraciones sólo se encontraban en los discos de vinilo de los Beach Boys. Vendió la tienda en 2007 y en la actualidad trabaja por libre, y por pura pasión, reparando tablas. También hace kitesurf desde hace muchos años.

Juan Mora es responsable de la escuela de kitesurf Ozu, en Tarifa . Como Michel, practica los dos deportes. Cuando hace once años la empresa de la que era gerente en Madrid cerró, decidió tomarse un año sabático y se fue a Tarifa. Empezó a montar a velas a cambio de recibir clases de kitesurf. De ahí pasó a sacarse los certificados oficiales, después a ser monitor y desde hace dos años lleva la escuela de kitesurf, de las escasas en Tarifa que abre todo el año.

Uno los puntos a debate entre el windsurf y el kitesurf es la dificultad del aprendizaje. ¿Cuál es más difícil? Para aprender kitesurf «no hace falta nada, sólo tener ganas. Es un deporte más técnico que físico, no requiere tener preparación física concreta, lo que sí es muy importante es la relajación para controlar bien la tabla», explica Juan.

En el caso del windsurf «debes tener un fondo físico mínimo y una fuerza de voluntad y perseverancia por encima de la media porque es un deporte muy lento y muy duro de aprender, no tanto físicamente como mentalmente. La técnica es fundamental porque tú tienes que ser barco, vela, driza y botavara. Son deportes parecidos, los dos usan el viento y dan sensaciones parecidas pero el windsurf exige más conocimientos», opina Míchel.

¿Cuánto tiempo necesito?

El kitesurf es mucho más rápido que el windsurf. A los alumnos que van a la escuela de kite, Juan recomienda inicialmente hacer un curso de cinco días (15 horas) «tras el cual el 70% de las personas son autosuficientes para practicar en la playa lo aprendido con seguridad y seguir avanzando poco a poco».

El windsurf es más exigente y requiere de mucho más tiempo. Míchel lo define como un deporte de «largo plazo» porque «se compone de muchos pequeños pasos que son aprendizajes y cada aprendizaje requiere de varios años». Para hacernos una idea, «el primero paso es aprender a planear (navegar tan rápido que da la sensación de ir por encima del agua) y de media se tarda 2 ó 3 años».

¿Hay límite de edad?

En ambos casos no existe una limitación de edad. Las marca las exigencias de cada deporte y cada persona. Por ejemplo, el alumno más joven de la escuela de kitesurf de Juan tiene 9 años y el más mayor 65 años . «Pero en general hay mucha gente joven y la mayoría tiene entre 25 y 45 años», destaca el experto .

Para hacer windsurf la edad mínima de inicio es similar, desde los 9 años se puede iniciar «porque los mástiles son de carbono y son más ligeros que hace unos años, cuando lo aconsejable era empezar a partir de los 12 años».

Perfil

«No hay un perfil tipo». Respuesta tajante en los dos casos. No obstante el perfil del kitesurf es más joven porque es un deporte que empezó más tarde. Lo que también se da mucho es que windsurfistas, que comenzaron en los 90, también hacen kitesurf en la actualidad.

¿Cuánto cuesta?

Es otra de las preguntas clave a la hora de iniciarse en un deporte. Y estos no son precisamente baratos. El windsurf requiere mayor inversión. El desembolso económico es determinante para elegir uno u otro. «Para hacer kitesurf necesitas cierto poder adquisitivo para las clases y el material, en torno a 2.500 euros» , calcula Juan. En el windsurf el listón se eleva a unos 7.000 euros como mínimo, «sin contar que necesitas un sitio donde guardar el material (tablas, velas, mástiles, etc) y transportarlo», matiza Míchel. «La elección del windsurf modifica un poco tu modo de vida porque necesitas hacer una inversión, tener un garaje y un coche grande y todo eso te puede limitar», explica.

¿El kitesurf es una moda?

Es una de las principales críticas al kitesurf que Mora rebate «porque el kitesurf es mucho más que una moda, es un deporte en auge, genera mucho movimiento económico y cada vez tiene más seguidores », expone. «Tarifa vive del kite y del windsurf. Todo está enfocado a estos deportes, sobre todo al kite: los alojamientos, las tiendas, bares, escuelas, etc. El 80% de la gente que viene a Tarifa entre mayo y septiembre está relacionado de alguna manera con el kitesurf». Míchel comparte esta opinión y recuerda que en «los años 80 Tarifa era un pueblo sin proyección turística y hoy vende windsurf, kitesurf y un modo de vida». Sostiene que el kitesurf llegó para quedarse: «Ya no se le puede llamar moda, los primeros cuatro o cinco años sí, pero ya no. Es cierto que hubo mucha gente de wind que se pasó al kite porque estaba de moda y por probar, pero después lo han dejado y se han vuelto al windsurf o hacen los dos».

En definitiva, windsurf y kistesurf son dos deportes para un mismo viento. Relájate, coge las chanclas, busca tu paraíso para navegar y elige: ¿vela o cometa?

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