VISITA MINISTRA A ROTA

La 'vuelta al cole' de las Fuerzas Armadas

La ministra de Defensa, Margarita Robles, visita la Base Naval de Rota para agradecer a los efectivos su trabajo tras la Operación Balmis, desarollada a consecuencia de la pandemia.

La ministra Robles atendiendo a los ejercicios de adiestramiento del CASI en la Base de Rota Francis Jiménez

Elena Carmona

Con una agenda muy marcada, la ministra de Defensa, Margarita Robles , llegaba a la Base Naval de Rota en lo que denominó como «una visita obligada para reconocer el trabajo de las Fuerzas Armadas » tras la Operación Balmis , que se pusiera en marcha como consecuencia del confinamiento y del Estado de Alarma por el coronavirus . Se trataba de una «manera simbólica de agradecer el papel de estos efectivos, su generosidad, su sacrificio a favor de los intereses ciudadanos. Es una deuda de gratitud a las Fuerzas Armadas en esta etapa difícil donde se ha podido salir gracias en parte al esfuerzo de estos efectivos». Asimismo, subrayó la « fusión y la hermandad » de los ciudadanos con la Armada, a los que también se les exigía «responsabilidad» para salir de la situación.

Ahora, explicó Robles, se va a poner en marcha un proceso de rastreadores militares para luchar contra el Covid-19. El Ejército cuenta con unos 2.000 rastreadores formados y durante toda esta semana ha habido reuniones de preparación con las comunidades autónomas que los han pedido (13 comunidades y Ceuta y Melilla). Los rastreadores se van designando de manera escalonada, según la previsión del Ministerio, desde donde indicaron que «Andalucía ha solicitado 360 rastreadores y ya tienen preparados 140». La labor de rastreo es «esencial para evitar que haya más riesgos de contagio», puntualizó la ministra de Defensa.

Puso de relieve el nivel de preparación que tienen las Fuerzas Armadas para hacer frente a situaciones de pandemia, a la vez que atendió y saludó a personal que ha intervenido en las operaciones: un piloto de la 5ª Escuadrilla, un oficial y un cabo de Sanidad en el buque Galicia, y cuatro miembros del Tercio de la Armada, que explicaron cómo llevaron a cabo su labor durante los meses del confinamiento. Según los datos facilitados por Defensa, en la Operación Balmis, en la provincia de Cádiz se realizaron más de 400 acciones, destacando su labor en municipios como Cádiz, Jerez de la Frontera, San Fernando, Rota o Puerto Real.

El Tercio de Armada actuó en Andalucía, monopolizando las actuaciones en la provincia de Cádiz, con 444 visitas a localidades, 490 acciones de desinfección y donde participaron 1.138 infantes de Marina , que recorrieron más de 184.000 kilómetros. También Cádiz estuvo muy presente en el Mando del Componente Marítimo, que recayó en el Almirante de la Flota desde el Cuartel general de Rota, desde donde se establecieron cuatro mandos subordinados en San Fernando, en Ferrol, y en Rota con el Grupo de Proyección y la Flotilla de Aeronaves. Se contó con la Unidad de Seguridad de Canarias y el equipo de Infantería de Marina de Madrid.

Según explicaban desde la Oficina de Relaciones con la Prensa, «la Operación Balmis nos cogió con la misma experiencia que al resto, con ninguna; aunque contábamos con la organización estable y la capacidad de reacción para acometer los trabajos». Realizaron labores de presencia, reconocimiento y desinfecciones generales , a las que se unieron posteriormente las desinfecciones integrales de residencias, instalaciones hospitalarias , centros de asistencia y otras dependencias de administraciones locales.

A todo ello hay que sumar que en esos meses se mantenían los compromisos de presencia en operaciones, como son la operación Atlanta , la presencia en Mali o las actividades de Vigilancia y Seguridad Marítima , entre otras acciones, centrando el esfuerzo de adiestramiento y certificación y priorizando el mantenimiento.

Tras la Operación Balmis, a la que se destinó de apoyo logístico más de 2.000 camas para aislamiento y alojamiento del personal, así como ambulancias, autobuses, paqueteras y camiones y donde se llegaron a alcanzar los 2.826 efectivos, se indica que «no ha habido ni un solo brote de Covid-19 en ninguna unidad de la Armada», apelando a la responsabilidad del personal y al seguimiento. Como ejemplo pusieron la salida del crucero de instrucción del Juan Sebastián de Elcano , que cuentan con 200 hombres y mujeres, que previamente a embarcar se hicieron en dos ocasiones las pruebas y permanecieron dos semanas confinados en sus domicilios o en dependencias antes de partir.

El Covid-19 también obligó a cambiar drásticamente la actividad ordinaria de la flota y ahora están volcados en recuperar la plena capacidad operativa de las unidades. «Mantenemos la musculatura porque no se perdieron unidades, pero estamos recuperando habilidades». Las Fuerzas Armadas no han vivido situaciones de este tipo, a excepción de cuestiones paralelas relacionadas con las crisis económicas o cuestiones de índole operativa, pero esa reducción de la actividad «es la primera vez que nos la encontramos». Ahora se ha iniciado un ciclo de adiestramiento de todas las unidades , aunque en condiciones más restrictivas que hasta la fecha, como es por ejemplo el ejercicio básico de adiestramiento Adelfibex que se realiza con los buques atracados en puerto.

La prioridad inmediata es garantizar que las unidades mantengan su capacidad operativa en las diferentes zonas de actuación en las actuales condiciones, priorizando siempre las medidas de seguridad sanitarias.

Durante la visita, la ministra asistió a un par de simulacros del Centro de Adiestramiento de Seguridad Interior (CASI) de la Base Naval de Rota, donde los efectivos atendían a un incendio en torno a un helicóptero, así como a una operación de rescate. Este centro, según explicaron sus mandos, se ponía en marcha en 2013 y ofrece los cursos de adiestramiento a los buques de la flota, a la UME, a los buques americanos, a los del Ferrol, a la Guardia Real, incluso ahora comenzaban el adiestramiento del personal destinado a Arabia Saudí . El personal se quejó a Margarita Robles de que se ha ido incrementado la actividad del CASI (con controles de averías y más barcos) mientras que se ha reducido la plantilla de 27 a 21 efectivos. En estas instalaciones se enseña a «funcionar por instinto, porque a la hora de salvar un barco o una situación de riesgo, no se piensa», explicaba uno de los jefes del centro.

Una escenificada ‘vuelta al cole’ en este mes de septiembre después de los meses de Operación Balmi, provocada por el Estado de Alarma y la presencia del coronavirus.

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