PROVINCIA
Así viven los presos de ETA los ecos de la reagrupación en las cárceles de Cádiz
Más de 40 miembros de la banda cumplen actualmente condena en las prisiones gaditanas, entre ellos, el combativo Iñaki Bilbao, que recientemente llamó en una carta a las armas
Bilbao, 'experto' en amenazar a los jueces, cumple pena en Puerto III
En las últimas semanas el nombre de ETA ha vuelto a la actualidad con fuerza. Cierto es que siempre está ahí, que esas siglas serán difíciles o imposibles de olvidar sea cual sea el futuro de la banda, pero, en estos días ha regresado a la mesa del juego político el hecho de si es conveniente o no acercar a los presos al País Vasco. El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, lo ha dejado bien claro. Ha asegurado que cualquiera de ellos podría ser trasladado de cárcel si cumple con los criterios de la ‘Via Nanclares’, es decir, si el condenado asumiera lo que hizo, se arrepintiera y pidiera perdón a sus víctimas. Pero, de momento, poco ha cambiado. Las posturas son las que son. Desde el Gobierno, el ministro del Interior lo condiciona todo a la disolución de la banda y la entrega de las armas. Al otro lado, Podemos, cuya portavoz en Euskadi si ve bien el traslado al considerarlo como una vía de «reinserción», mientras que el PNV se sigue agarrando a este asunto como una de las llaves maestras de su estrategia política yBildu no esconde su cercanía. Muestra de ello es que ha sido el único partido que ha participado este sábado en la manifestación anual que la izquierda abertzale organiza en apoyo a los presos de ETA.
La provincia de Cádiz no es ajena a todo esto a pesar de que nos separen unos mil kilómetros del País Vasco. De hecho, es una de las provincias consideradas como de ‘castigo’ por su lejanía con el norte del país. Aquí, en El Puerto y en Algeciras cumplen condena un gran número de presos etarras. Más de cuarenta reos procesados por pertenencia a banda armada y con varios delitos de sangre en ese negro historial cumplen largas condenas en Puerto I, Puerto III y Botafuegos. Otros han logrado poner fin a su encierro penitenciario en estos años tras la polémica resolución de octubre de 2013 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo que puso fin a la llamada ‘doctrina Parot’, que había alargado el cumplimiento de condena a más de 60 de estos presos.
Así ocurrió por ejemplo con el histórico José Antonio López Ruiz, 'Kubati', quien abandonó Puerto I en medio de los insultos y protestas de un grupo de familiares de víctimas que aquella noche se citaron en las puertas del centro penitenciario para increparle y mostrar su rechazo a la decisión judicial. Kubati estaba condenado a penas que sumaban 1.210 años de cárcel. Cumplió 26. Había participado en 13 asesinatos consumados y en 16 frustrados.
El 'pistolero', en el módulo 15
En estas semanas también saltaba a los titulares de todos los medios de comunicación otro nombre propio, el de Iñaki Bilbao Goicoetxea. El etarra fue expulsado de la banda supuestamente en 2014 por su disidencia al respecto del cese de la violencia, pero sigue manteniendo ciertos vínculos. Así se entiende que recientemente se le haya interceptado una carta en la que pedía la vuelta a la lucha armada y acusaba de traidores a los actuales cabecillas. Ahora, Bilbao cumple una condena de 45 años de internamiento en Puerto III como autor de la muerte del concejal socialista de Orio (Guipúzcoa) Juan Priede Pérez, en marzo de 2002, a quien asesinó de varios disparos cuando se encontraba tomando café en la entrada de un bar de esa localidad. Aprovechó que ese día a Priede no le acompañaba su escolta.
Bilbao Goicoetxea alias ‘Txikito’ escribió la misiva titulada ‘La guerra se gana a tiros’ desde la celda que ocupa en el módulo 15, el de aislamiento.Es un preso de primer grado. En argot carcelario, «de especial seguimiento». Su restricción pasa por tener cuatro horas de patio al día que gasta por la mañana ya que por la tarde lo tiene prohibido. Además, los efectos que puede tener son contados y sus comunicaciones con el exterior están controladas, una medida que se toma bien por orden judicial o porque se trata de internos con una especial trayectoria delictiva.
La carta que le pillaron a Bilbao se remitió desde Puerto IIIal Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional. Durante su interrogatorio por un presunto delito de enaltecimiento de la violencia por esta misiva, el ‘pistolero –como también le llaman– amenazó al juez Fernando Andreu. «Usted es el diablo del País Vasco y si le pillo le voy a matar», le dijo por videoconferencia desde la prisión portuense. ‘Txikito’ es un experto ya en amenazar a jueces. También se envalentonó con Baltasar Garzón y, justo el día que se enfrentaba a otro tribunal por hacerlo, le hizo lo mismo al magistrado Alfonso Guevara. En la sala, desde la cabina blindada, dando golpes al cristal y simulando con su mano una pistola, le señaló: «¡El día que te eche mano te voy a meter siete tiros!».
Los gaditanos que puedan dar luz a 300 asesinatos
La noticia que avanzó la pasada semana ABC sobre la reapertura del caso de ‘los novios de Cádiz’– la pareja que fue asesinada por ETA en 1979– ha dado esperanza a más de 300 familias que han visto en esta decisión de la Audiencia un poco de luz para que se haga justicia por fin a sus seres queridos, víctimas cuyas muertes a manos de la banda no se juzgaron y terminaron prescribiendo.
La madrugada del día de Reyes de 1979, el guardia civil tarifeño Antonio Ramírez, de 24 años, y su novia, Hortensia González, de 20 y natural de San Roque, volvían a casa tras pasar unas horas bailando en una sala de fiestas de Beasain (Guipúzcoa). Cuando Antonio detuvo el coche, un Renault 5 naranja, en un stop, dos etarras con una metralleta y una pistola le acribillaron a él y a su pareja. Antonio recibió ocho balazos; Hortensia, diez. Tras una exigua investigación, el Juzgado Central de Instrucción número dos sobreseyó el caso en dos meses por «falta de autor conocido». Ahora, tras la solicitud cursada por la Asociación Villacisneros, el juez Ismael Moreno ha reabierto la investigación. 38 años después.
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