Fuerzas Armadas

Vídeo: En el último vuelo de los helicópteros 'Morsa' de la Armada

La Armada ha jubilado a los dos SH3 ‘Sea King’ de la Quinta Escuadrilla de Aeronaves que quedaban en servicio

Antes de apagar para siempre sus rotores estos helicópteros pusieron punto y final a 56 años de servicio sobrevolando la Bahía

Dentro del último vuelo de los SH3 'Sea King' de la Armada. Fotos: Francis Jiménez / Vídeo: Verónica Sánchez

Verónica Sánchez

Son las 9 horas del lunes 27 de junio y el hangar número 4 de la Flotilla de Aeronaves de la Armada , en la Base Naval de Rota, reluce. Brilla engalanado con banderas náuticas y una gran enseña nacional, porque hoy la Quinta Escuadrilla, que tiene allí su ‘casa’, vive un día grande en el que se mezclan tristeza y alegría, como dice el capitán de fragata Fernando Pérez Silva, comandante de dicha escuadrilla. El vacío de despedir a un amigo con la satisfacción de haber podido caminar (o volar) una parte de tu vida a su lado (o dentro de él). Los homenajeados están en el centro del hangar. Son los dos últimos helicópteros SH3 ‘Sea King’ (conocidos como ‘Morsa’ en la Armada) que quedan en servicio. En un rato alzarán el vuelo para después apagar sus motores para siempre.

El primero de ellos llegó a Rota en junio de 1966 y llegaron a ser 18 . En sus hélices las muescas de misiones antisubmarinas, de rescate, de asalto anfibio y de transporte. En territorio nacional, Afganistán, Líbano, Irak,Bosnia-Herzegovina, Haití o el océano Índico. Más de 100.000 horas de vuelo y 56 años de servicio a España.

En todo eso, probablemente, pensarían los pilotos de sendos helicópteros (uno de ellos el comandante de la Quinta Escuadrilla), realizando las comprobaciones de antes de iniciar el último vuelo de los ‘Morsa’. «Tenéis mucha suerte de vivir esto» , nos dice un oficial de la Escuadrilla al fotógrafo y la redactora de este periódico mientras nos pertrechamos con chaleco y casco antes de subir a uno de los ‘Morsa’. Somos conscientes de ello. Viviremos desde dentro el último vuelo de los SH3 ‘Sea King’.

Despegamos a las 9.20 horas y los siguientes 40 minutos hasta que volvemos a pisar tierra son como un espectacular sueño. Vemos Rota y El Puerto desde el cielo. Surcamos la Bahía junto al otro ‘Morsa’ al lado , como dos hermanos que dicen adiós para siempre al lugar que les vió despegar tantas veces, con la promesa de que volverían con todas las almas que llevaban en su interior intactas. Y recuerdan las veces que no pudieron cumplir esa promesa, con nueve militares fallecidos en acto de servicio a bordo de los SH3 ‘Sea King’.

Detrás y a veces al lado, uno de los helicópteros que les tomará el relevo. «Tranquilos, nosotros nos quedamos aquí e intentaremos hacerlo, al menos, tan bien como vosotros», parece que les dice el Sikorsky SH60-F que les acompaña durante su último vuelo. Es uno de los cuatro con los que ya cuenta la Quinta Escuadrilla. Llegarán a ser ocho y constituyen el relevo generacional de los ‘Sea King’.

Esplendorosa Cádiz

Entonces vemos el Puente de la Constitución de 1812. ‘La Pepa’ nos da la bienvenida para sobrevolar Cádiz por última vez. De Torregorda a la Caleta, pasando por Cortadura, la Victoria y Santa María del Mar . Un vuelo lento, de disfrute, en el que la majestuosidad de la Catedral, bella, brillando como el sol desde su posición privilegiada nos vuelve a recordar las palabras de aquel oficial que minutos antes nos había mencionado nuestra inmensa fortuna.

Cuando pisamos tierra los rotores de los ‘Morsa’ siguen sonando y alzan el vuelo de nuevo. Fuera del hangar el centenar de componentes de la Quinta Escuadrilla se preparan para el adiós final. Van a dar la pasada final. Y vienen volando bajo, con una bengala que lanza humo de color rojo cada uno . Aplausos, gritos y silbidos para despedir a los ‘Morsa’.

Una vez en tierra, mientras se acercan al hangar por la pista, dos camiones uno frente al otro les hace un paseíllo de agua. Y ya frente a su casa, «la ‘Morsa’ cierra escucha y para». Se apaga el ruido de los motores y pliegan las hélices. Los pilotos y la tripulación baja. Es el momento de los abrazos y las lágrimas, homenaje a los que se van y bienvenida a lo que llega. Porque parafraseando el lema de esta escuadrilla, ‘no hay quinta mala’.

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