SUCESOS
Vídeo: Cazados con un dron los dos guardas de una narcolancha en Doñana
Agentes de la Policía Nacional descubren escondidos a estos dos jóvenes de apenas 20 años que estaban listos con una 'goma' para ir a alijar
Habían camuflado la embarcación en uno de los caños del río y llevaban al menos dos días durmiendo acampados dentro de la lancha esperando órdenes
En la intrincada red de caminos y canales que conforman el estuario del Guadalquivir, en un paraje natural único, ahí, ocultos entre los arrozales, las cañas y las tierras de marismas de Doñana, en medio de esa húmeda y fría inmensidad pantanosa, llevaban al menos dos días durmiendo metidos en una lancha dos jóvenes de apenas 20 años. Custodiaban la neumática con la que, previsiblemente, en cuanto recibieran una orden iban a ir a mar abierto a por hachís para trasladarlo después río arriba a algún escondite seguramente ya previsto.
Estaban preparados y listos para traficar. Una práctica delictiva que desde hace muchos años persiste en la desembocadura del río (desde Sanlúcar, Trebujena, Isla Mayor...) pero que en los últimos meses ha vuelto a repuntar debido a la presión ejercida sobre los narcos del Campo de Gibraltar.
Y ahí estaban ocultos, con una 'quechua' encima de la goma, comiendo de latas y snacks y apurando el poco agua que les quedaba ya, cuando de repente todo cambió esta singular 'acampada'. Agentes de la UDEV y de la UDYCO de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Cádiz sabían que por estos sinuosos caños se estaban ocultando neumáticas listas para salir a por fardos a Marruecos y pusieron en marcha un operativo para dar con ellos. Sabían que no lo tenían nada fácil. Encontrar una de estas embarcaciones en esos laberínticos caminos, casi inaccesibles, llenos de maleza y juncos es harto complicado. La guarida perfecta. Casi imposible para el ojo humano. Por eso, se ayudaron de la tecnología y, sobre todo, de su incansable empeño recorriendo durante horas esos tortuosos caminos en busca de sus objetivos. De noche y de día. A pesar del coronavirus y a pesar de todo.
Hasta que confirmaron sus sospechas y este pasado sábado dieron con ellos. Para conseguirlo desplegaron un dron , lo lanzaron para que sobrevolara la zona y, con una gran destreza navegándolo, finalmente les chivó donde estaban. El robot detectó la 'goma' escondida en uno de estos caños. Y junto a ella a los dos chicos que se estaban encargando de custodiarla. Una vez localizados, rápidos y sigilosos fueron al encuentro. Tenían que actuar rápido. Los sospechosos nada más verse descubiertos intentarían huir.
Y así ocurrió. En cuanto se vieron cazados quisieron darse a la fuga pero, ya no tenían escapatoria por mucho que corrieran por la orilla y por el coto. La aventura había terminado para Ibrahim A. A. e Ismael A. M., 21 años recién cumplidos, ambos ceutíes y de origen marroquí. Engrilletados y llevados ante un juez por un supuesto delito de contrabando por tenencia de una semirrígida de dos motores fueraborda y diez metros de eslora cuyo uso se destina habitualmente al narcotráfico. La lancha intervenida contenía varias garrafas de combustible, prendas de abrigo, un GPS y comida envasada herméticamente para evitar su contacto con el agua.