TRIBUNALES
«Tuvieron que piratear mis claves, no les conozco de nada»
Una de las acusadas por una estafa en la venta masiva de billetes de avión desde una agencia de viajes de San Fernando declara su inocencia
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz acogía ayer uno de los juicios de la causa que se mantiene abierta contra varios imputados por un caso de estafa en la venta masiva de billetes de avión. En el banquillo se sentaba una de las acusadas, propietaria de una agencia de viajes ubicada en Alicante, de la que, presuntamente, los procesados hicieron uso para poder reservar los citados billetes y después emitirlos por medio de otra agencia que compraron, esta última situada en San Fernando.
Según se recordó durante la vista a través de las testificales, los hechos tuvieron lugar a finales de 2011. Varias personas se pusieron de acuerdo para llevar a cabo el plan que habían urdido: la compra simulada de una agencia de viajes que tuviera acceso a la plataforma informática que necesitaban para poder emitir los billetes. Así, una vez que obtuvieron dichas claves que utilizaban las dos agencias citadas (una para reservar y otra para emitir) pudieron hacer una compra masiva de pasajes cuyo importe se apropiaron. Se estima que en esta operación consiguieron en total unos 160.000 euros que nunca abonaron a las compañías afectadas, personadas como acusación particular. El mismo ‘modus operandi’ siguieron en otros lugares como Barcelona, Orihuela y Málaga.
El plan
«La única respuesta que les puedo dar es que ‘hackearon’ mi sistema». La acusada citada ayer en esta causa que se está juzgando por piezas separadas, defendía rotundamente su inocencia ante el tribunal al considerar que accedieron «de algún modo» a las claves a las que sólo ella tenía acceso para hacer las reservas.Este mismo código lo usaron después para emitir los billetes desde otra agencia de San Fernando, que, a diferencia de su empresa, sí estaba autorizada por el sistema tanto para reservar como para emitir los pasajes.
Previamente habían comprado la agencia isleña desde la que presuntamente operaron de manera fraudulenta. El antiguo dueño de ésta, personado como acusación particular tras los hechos, se ratificaba en su testimonio y aseguraba haber sido víctima de la operación tramada por el grupo de estafadores ya que tras haberse puesto en contacto con él y haber ejecutado toda la operación de venta de la agencia, sólo le dieron una «parte mínima» del importe acordado, tras lo que no supo más de ellos. Al parecer los procesados, ciudadanos de origen chino y pakistaní, lograron su objetivo una vez que ya tuvieron en sus manos las claves que les hacían falta, por lo cual, desistieron de seguir adelante con la compra de la compañía.
Ninguno de los testigos citados ayer reconoció a la acusada como miembro de este grupo criminal. Ella misma aseguró a preguntas de su defensa que nada tenía que ver, que nunca tuvo relación ni conocía a ninguno de los implicados ni tampoco a la empresa que emitió los billetes y que ni siquiera durante esa época trabajaba con el sistema que habían utilizado. Afirmó que simularon hacer las reservas desde su agencia para después emitir los billetes desde otra que estaba autorizada para ello y que jamás recibió ningún dinero relacionado con esos billetes. Por otro lado, añadió que no detectó nada hasta que no le llegó el aviso judicial porque tampoco el sistema informático le alertó. Cuando fue citada se encontraba por asuntos familiares en Sudamérica pero, como reiteró, se puso «en manos de la justicia para aclarar lo sucedido».
Una de las cabecillas, una ciudadana china, ya cumple seis años de prisión por estafa y pertenencia a organización criminal
El momento más relevante de la mañana se produjo cuando declaró una de las testigos y principales acusadas. Considerada una de las cabecillas de la banda, esta ciudadana de origen chino cuyo nombre aparece como beneficiaria de esos billetes de avión y que participó de manera activa en la compra de la agencia de San Fernando, cumple ya seis años de prisión por sentencia condenatoria desde febrero. Otros de sus colaboradores no han sido identificados ya que usaron nombres falsos y otra pareja, un matrimonio pakistaní, se encuentran en busca y captura. Pues bien, la ciudadana china no reconoció tampoco a la acusada que se sentaba ayer en el banquillo. Aunque no quiso responder a ninguna de las preguntas de las partes, sí fue bastante expresiva en un primero momento en sus gestos a la hora de asegurar que no conocía de «nada» a la persona que supuestamente les ayudó a conseguir su objetivo. Por otro lado, el policía que dirigió la instrucción tampoco pudo señalar de manera concreta la actuación de la acusada citada ayer, asegurando que no supieron de su implicación.
Tras las declaraciones, el fiscal y una de las acusaciones particulares se remitieron a sus informes previos como conclusiones finales mientras que el letrado de las compañías aéreas sí volvía a pedir una sentencia condenatoria para la acusada. Sin embargo, su defensa repetía que no existe «la más mínima conexión» entre el resto de procesados en la causa y su representada y tachaba de «temeridad» el haberla sentado en el banquillo por lo que solicitó la condena en costas de la acusación particular. El juicio quedaba así visto para sentencia.