Turismo

La Sierra de Cádiz se ofrece como alternativa a la playa

Ayuntamientos y municipios impulsan la oferta turística de la zona como «destino refugio»

El Área Recreativa Arroyomolinos, conocida como ‘La Playita’ de la Sierra de Cádiz. Antonio Vázquez

Fran M. Galbarro

Las calles están vacías y la banda sonora del calor, originada por las chicharras, rompe el silencio en Zahara de la Sierra. Son las dos del mediodía en pleno mes de julio y tanto los vecinos como los turistas esquivan las altas temperaturas en bares con aire acondicionado, en sus viviendas… o en la playa del interior de la provincia.

Decenas de personas acceden al Área Recreativa Arroyomolinos , donde esta playa de interior genera un microclima que atrae a visitantes del entorno y cada vez a más turistas y extranjeros. Conocida como ‘La playita’, es uno de los grandes atractivos de la zona y un ejemplo de la diversificación en la que trabaja el turismo rural desde hace años. La playita no es la duna de Bolonia ni Los Caños de Meca, pero ofrece la tranquilidad del Cádiz interior y rural, con espacio de sobra para todas las familias y la vegetación típica de la zona junto a la orilla.

Empresas y administraciones trabajan conjuntamente para presentar una oferta lo más completa posible en un verano con menos pastel a repartir. El turismo de sol y playa no cuenta este año con la avalancha de turistas extranjeros y toda la provincia compite por atraer al visitante nacional, del que depende en torno a un 90% de las reservas en la Sierra de Cádiz. «Se nota mucho la falta de turismo internacional en costa porque ahora esas empresas también se disputan el mismo mercado con nosotros; eso nos está costando», explica Antonio Fernández Barrera, presidente de la asociación de Turismo Rural CIT Sierra de Cádiz y propietario del cortijo Huerta Dorotea.

Sin embargo, la oferta alternativa al turismo de sol y playa es cada vez más atractiva para las familias que buscan tranquilidad y evitar aglomeraciones en un verano que sigue marcado por el Covid. La Sierra de Cádiz se presenta como refugio y seduce a muchos turistas nacionales que a última hora cambian el destino. «Hace unos días recibimos llamadas de clientes que habían reservado para pasar el fin de semana en Conil, pero que al ver que se habían disparado los contagios en la zona decidieron suspender la reserva allí y venir para la Sierra », explica Juan Carlos Tamayo, director del Hotel del Carmen, en la entrada a Prado del Rey. “El turismo rural se vuelve a presentar como destino refugio, alternativo a la masificación –el hotel más grande es El Fuerte de Grazalema, con menos de 100 habitaciones-, pero las reservas están siendo muchas de última hora por la situación epidemiológica», plantea el también vicepresidente del Centro de Iniciativas Turísticas.

La piscina del Hotel del Carmen, en Prado del Rey. A. V.

Los Pueblos más Bonitos de España es una asociación española creada en el año 2011 para promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población. Miles de turistas españoles y extranjeros, amantes de la tranquilidad, las actividades en la naturaleza y la desconexión total en verano consultan su ránking cada año para elegir nuevo destino. Hay menos de 100 pueblos promocionados por esta red y cuatro son de la provincia de Cádiz, una de las zonas en alza. Tres de ellos son de la Sierra de Cádiz: Grazalema, Zahara de la Sierra y Setenil de las Bodegas .

Setenil sigue siendo el estandarte del turismo rural gaditano y la estampa de la calle Cuevas del Sol es cada vez más conocida en España y en el mundo. El pueblo atrae a centenares de turistas de la Costa del Sol, muchos de ellos extranjeros. «Ha sido siempre el que tiraba un poco de la zona, igual que Arcos atraía a los turistas que pasaban por Jerez o por la Bahía», plantea Fernández.

Sin embargo, cada vez son más los municipios que mejoran su potencial turístico y se sitúan en el mapa. El Gastor , un destino poco recomendado hacía años, aparece cada vez más en los buscadores y ha vivido un repunte de visitantes en el último lustro: «La administración se ha volcado en embellecer, promocionar y cuidar el turismo, las instalaciones municipales y todo lo que se necesita para atraer visitantes».

Desde la asociación de Turismo Rural CIT Sierra de Cádiz consideran que hay tres claves para convertir a un pueblo en destino turístico de referencia. En primer lugar, tener instalaciones adecuadas para atender a los visitantes en condiciones. Es un aspecto en el que casi todos los municipios se están poniendo al día, pero era una cuenta pendiente hasta hace poco en algunos lugares, cuando «sólo era Tugasa, la empresa pública de Diputación, la que apostaba por esos destinos».

La segunda clave es estar ubicado en una zona atractiva para las actividades en la naturaleza. En este sentido, aunque algunos parten con más ventajas que otros, casi todos pueden exprimir las ventajas de pertenecer a la Ruta de los Pueblos Blancos o a la comarca de la Sierra de Cádiz. Hoy están en alza destinos como Alcalá del Valle o Prado del Rey.

Zahara de la Sierra es uno de los pueblos que más está apostando por el turismo rural en la comarca. Antonio Vázquez

Y la última clave, quizás la más importante, sería dar a conocer el sitio y hacer campaña para fidelizar a los visitantes. Para eso, las nuevas plataformas digitales son fundamentales y Zahara de la Sierra es todo un ejemplo en este sentido. Este pequeño pueblo de menos de 1.500 habitantes ha empezado a utilizar la tecnología del Big Data y los turistas sólo tienen que usar los códigos QR o descargar la app ConnecZahara para recibir notificaciones que harán la visita más fácil y más completa, con recomendaciones, propuestas de ruta, ofertas en los comercios locales, etc.

Zahara de la Sierra vive en los últimos años un repunte del turismo gracias a sus impresionantes vistas y ya se ha situado como uno pueblo más fotografiados de España. «Eso es importantísimo, así como la visibilidad que le va a dar en breve la película que se está grabando allí. Son pequeños detalles que van sumando», apunta Fernández.

La Sierra de Cádiz también ha apostado en los últimos años por el turismo cultural, con destacados enclaves arqueológicos como la ciudad romana de Ocuri, en Ubrique, o la explotación de salinas romanas visitables de Iptuci, en Prado del Rey. Incluso por el turismo gastronómico, con concursos gastronómicos anuales que eligen a los mejores chefs de la Sierra, lo que está promoviendo que muchos jóvenes apuesten por la gastronomía local. «La clave está en diferenciarnos y diversificar», apuntan desde la asociación.

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