INDUSTRIA NAVAL

Tres años del gasero invisible

Aniversario de un anuncio que se hizo a bombo y platillo y que sigue en el aire, pese a que los ingenieros de Navantia trabajan aún en ello

La industria auxiliar de la Bahía y la plantilla de los astilleros no tiran la toalla y confían en que la obra venga después de los petroleros

Astillero coreano de Hyundai donde se fabrican dos gaseros para Gas Natural. La planta de PuertoReal espera construir un quinto buque LA VOZ

JAVIER RODRÍGUEZ

El puente de la Inmaculada del año 2013 fue especialmente largo y complicado para los técnicos de los ministerios de Industria y Hacienda del primer Gobierno de Rajoy. Estaba en juego, por un lado, el honor de nuestra industria naval y, por otro, la posibilidad de que Navantia volviera a construir barcos gaseros tras abandonar esta actividad civil hacía dos décadas.

Durante una semana, festivos incluidos, estuvieron negociando a cara de perro con los gestores de Gas Natural y con los armadores Knutsen y Elcano para reconducir una situación enquistada desde octubre de ese año. Los armadores habían dado su consentimiento a la adjudicación de un contrato multimillonario a dos astilleros asiáticos para la construcción de cuatro barcos gaseros. La decisión había dejado en fuera de juego al Gobierno español y cuestionaba sobremanera la solvencia de Navantia para este tipo de contratos.

Tanto el armador noruego Knutsen como el español Elcano, máximos responsables de la operación , justificaron el acuerdo con los astilleros asiáticos con el argumento de un precio muy competitivo y una alta tecnología que no estaba aún disponible en España . La decisión fue un revés para los intereses españoles y, sobre todo, para las expectativas de Navantia, que necesitaba de un contrato de esa envergadura para remontar el vuelo después de varios años de inactividad. El Colegio de Ingenieros Navales de España se tomó como una ofensa las palabras de los armadores y defendió a ultranza las capacidades de los astilleros de Navantia, la cualificación de su plantilla pero, sobre todo, el poder de la ingeniería española, capaz de competir y mejorar a la asiática.

El acuerdo entre el Gobierno y Gas Natural llegó el 9 de diciembre de 2013 . No fue fácil. La empresa española abrió la mano y adelantó su programa de inversiones confirmando la construcción de un quinto gasero. Esta vez, la obra se llevaría a cabo en los astilleros españoles, concretamente en Puerto Real. A partir de ese instante se puso en marcha la maquinaria para sacar adelante un proyecto industrial y tecnológico con el sello ‘made in Spain’. Sin embargo, la obra sigue en dique seco tres años después de su anuncio.

El presidente de la SEPI visitó Cádiz en mayo de 2015- A. V.

Por su parte, Navantia no ha descartado en ningún momento el contrato con Gas Natural. Un equipo de ingenieros sigue trabajando en el diseño del barco. No hay que olvidar que la constructora naval centró sus esfuerzos en 2014 en esta importante obra.

Los ingenieros de la empresa naval presentaron en 2014 una oferta tecnológica sin competencias, mientras que la Sociedad Española Participaciones Industriales (SEPI), a la que pertenece Navantia, se encargó de ajustar los números para ofrecer un presupuesto en sintonía con las propuestas asiáticas. De momento, todo sigue a la espera, pese a que Navantia llegó a licitar algunas secciones del barco.

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