Una tonelada de solidaridad viaja desde Cádiz hasta Calais
Dos gaditanas recaban en tiempo récord más de mil kilos de material de ayuda para los refugiados del campamento francés
Carmen González no se imaginaba el pasado verano, cuando estuvo de voluntaria en el campamento de migrantes de Calais (Francia), que la mochila de experiencias con la que regresó a Cádiz iba a tener tanto peso en su vida. Y en la de otras personas. Menos aún, que dos meses después la devolvería a ese lugar transformada en más de una tonelada de solidaridad.
Desde Cádiz pensó cómo seguir ayudando en la distancia, siempre menor que la que separa al inmigrante de su país de origen. Bastó el anuncio oficial de que el campamento se desmantelaría antes del 31 de octubre de este año para ponerse manos a la obra. Contactó con una organización y cooperantes presentes en ‘La jungla’ (nombre coloquial con el que se conoce el asentamiento de Calais) para saber cuáles podrían ser las necesidades más perentorias. «Me comentaron que, aunque las personas que aguardan en el campamento tienen muy pocas pertenencias, les iba a hacer falta con urgencia sobre todo maletas, mochilas y sacos de dormir», cuenta Carmen.
Con el objetivo ya definido, esta profesora de Psicología de la UCA encontró la ayuda incondicional de una compañera de trabajo, María José Ruiz, directora de la biblioteca del campus universitario de Puerto Real, para conseguir el propósito. Enseguida consiguieron comprometer a la universidad y, a través del Vicerrectorado de Responsabilidad Social pusieron en marcha en los cuatro campus (Cádiz, Puerto Real, Jerez y Algeciras) una campaña de recogida de material del 4 al 15 de octubre. No era mucho tiempo «pero no teníamos nada que perder y sí mucho que aportar», reivindica la docente.
A partir de ahí, el boca a boca y las redes sociales de alumnos, profesores y del resto de la comunidad educativa, contribuyeron a la difusión de la iniciativa solidaria. Once días después María José, con la biblioteca atestada de maletas, mochilas, bolsos y sacos de dormir, miraba a su alrededor y valoraba el resultado de la campaña como «una pasada». «No te puedes imaginar la cantidad de cosas que la gente ha traído. La gente se ha implicado y hasta un instituto de El Puerto de Santa María (IES Mar de Cádiz) se enteró casi al final del plazo y aún así nos ha traído casi 200 artículos».
Han recolectado 145 maletas, 159 bolsos de viaje, 448 mochilas, 62 sacos de dormir, 8 tiendas de campaña, 15 colchones hinchables, 32 mantas y decenas de zapatos, abrigos y sábanas. Un total de 111 cajas que enviarán de forma gratuita en los próximos días a la ONG ‘L’Auberge des migrants’ (Calais), a través de la asociación Karaama, gracias al acuerdo de colaboración que ésta tiene suscrito con Seur.
10.000 refugiados e inmigrantes
La profesora de Psicología conoce bien esa organización: «Estuve con ellos trabajando como voluntaria en verano, están muy bien coordinados y dan una cobertura importante a las personas que están allí», unos 10.000 refugiados e inmigrantes procedentes de diversas nacionalidades, entre otras, sirios, eritreos, sudaneses, iraquíes o afganos.
Aún con la presión de tener el tiempo en contra (un tribunal administrativo francés ha rechazado este martes el recurso presentado por once oenegés y ha autorizado el desmantelamiento del campamento de inmigrantes con lo que la evacuación podría comenzar hoy lunes 24 de octubre) Carmen y María José se sienten satisfechas y agradecidas. Subrayan que «nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda desinteresada de 55 voluntarios, del servicio de Mensajería de la UCA, de los compañeros de todas las bibliotecas de la universidad y otros colaboradores como Acnur o los Scouts de Cádiz».
La respuesta a la campaña ha sido muy positiva, más de lo que imaginaban. Conviene recordar que la situación de los inmigrantes en Calais ha tenido menos repercusión mediática en España que otros dramas de perfil similar, como el de Siria, y por tanto el conocimiento y la sensibilidad de los ciudadanos son menores.
A pocas horas de hacerse efectivo su objetivo, Carmen reflexiona y se muestra convencida de que «esto no les cambiará la vida o no les será de mucha ayuda pero no hacer nada, menos. Estamos viviendo la mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial y no podemos mirar a otro lado».
De Calais se queda con un dato: de las 10.000 personas que malviven allí, mil son menores de edad y unos 500 son niños no acompañados.