Laboral
La subida del salario mínimo mete más presión a los empresarios gaditanos
Alertan de que no tienen margen de maniobra para asumir en sus negocios otro incremento de costes y dudan de que el decreto sea sinónimo de empleo
En los últimos doce años el Salario Mínimo Interprofesional se ha incrementado en 366,7 euros

La aprobación por decreto de una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) , la cuarta desde 2019, ha puesto en guardia a los empresarios gaditanos, que consideran que se trata de u na vuelta más de tuerca en un año de subida de costes. El presidente de la Cámara de Comercio de Cádiz, Ángel Juan Pascual , has mostrado su «preocupación» ante la nueva medida que, además, tiene efectos retroactivos desde enero de este año.
El SMI pasó de 735,90 euros en 2018 a 900 en 2019. A partir de ese año, la escalada saltó de 950 euros en 2020 a 965 euros al año siguiente. El pasado miércoles, Gobierno y sindicatos acordaron aumentar en 35 euros el salario mínimo hasta situarlo en 14.000 euros brutos anuales repartidos en 14 pagas de 1.000 euros. Los órganos de gobierno de las patronales de CEOE y CEPYME han rechazado la medida, pese al crecimiento económico previsto para este año dado que consideran que el contexto económico está marcado por la «incertidumbre». En el que previsiblemente no se recuperarán los niveles de negocio precrisis hasta 2023, con presiones crecientes en los costes de las empresas y una notable caída acumulada de la productividad», indican las patronales en un comunicado.
Freno a la contratación
En este sentido, Ángel Juan Pascual destaca que «no es viable una subida de este tipo en un año en que los costes de producción se han disparado ». La subida de la electricidad y de los combustibles han puesto en jaque, por ejemplo, a empresas del transporte. Pascual duda de que esta medida sea sinónimo de empleo, ya que lleva pareja también un aumento de los costes laborales del empresario. En su opinión, «será difícil la recuperación y será más dificil aún la contratación» .
La CEOE, por su parte, sostiene que el incremento del SMI «parece responder más a una aspiración política en el seno del Gobierno que a la lógica económica». La organización de empresarios ha recibido fuertes presiones, internas y externas en el último año, por pactar en numerosas ocasiones con el Gobierno de coalición. Por ejemplo, la reforma de pensiones y la laboral.
El presidente de la organización agraria Asaja Cádiz, Pedro Gallardo , también ha mostrado su preocupación con la subida retraoctiva del SMI, ya que el aumento de los costes están fracturando el normal desarrollo de las empresas. Según Pedro Gallardo, «esta medida es una carga más para las empresas y en especial para el sector agrario que negocia en estos momentos algunos de sus convenios colectivos». Insiste en que el campo no está para subidas de costes sino para rebajas fiscales y ayudas.
La asociación de autónomos ATA, que preside el jerezano Lorenzo Amor , también ha criticado con dureza el alza del SMI, que en palabras de su presidente supone «un daño terrible a los autónomos y a las pequeñas empresas.
Los empresarios argumentan que «una nueva subida del SMI contribuirá a aumentar los costes laborales y la presión sobre los márgenes de las empresas lo que, unido a otros riesgos como el encarecimiento de las materias primas o los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro, pueden llevar a un menor dinamismo económico en el futuro y a una menor creación de empleo».
La patronal sostiene que «la propuesta del Gobierno es inasumible para sectores especialmente vulnerables como el agrícola y aquellos intensivos en mano de obra (limpieza, hostelería, etc.), que llevan años soportando sobrecostes de todo tipo». «El SMI no está en las grandes empresas», ha destacado Lorenzo Amor, por lo que un salario mínimo de 1.000 euros al mes «es un planteamiento que daña aún más la situación de las pequeñas empresas y de los autónomos empleadores».
El líder de ATA ha reconocido que «el Gobierno tiene la capacidad de tomar esta decisión», que solo debe consultar con los agentes sociales, pero ha indicado que subir los costes laborales en estos momentos supone « un daño terrible a los autónomos y a las pequeñas empresas».
Amor ha destacado especialmente su crítica al aumento del salario mínimo por las repercusiones que tendrá en los empleadores de trabajadoras del hogar y cuidadoras . En su opinión, el incremento del SMI supone un daño también «para miles de pensionistas» que recurren a estos servicios en sus hogares.
El presidente de los hoteleros gaditanos, Stephan de Clerck , se ha mostrado cauto con la subida y considera que el impacto será menor en aquellos sectores donde el convenio colectivo se encuentre por encima de la subida pactada con los sindicatos. Ha lamentado que una medida de este tipo se haya llevado sin consenso con los empresarios. En esta misma línea se ha pronunciado el responsable de la patronal gaditana de hostelería (Horeca), Antonio de María , que considera que en algunos sectores serán los convenios los que marquen las futuras contrataciones, aunque reconoce que una subida de estas característrica obligará en un futuro a modificar convenios sectoriales.
¿A quién afecta?
Con la subida a los 1.000 euros brutos mensuales, que se aplicará de forma retroactiva desde el 1 de enero, a pesar de que se haya decretado en febrero, cerca de dos millones de trabajadores verán mejorada su remuneración , según las estimaciones de Trabajo. Serán, además, los más jóvenes y las mujeres quienes se beneficien mayoritariamente, como destalla el último estudio elaborado por el gabinete económico de CC OO.
Se trata de 300.000 personas más que las que venían siendo favorecidas últimamente, puesto que la nueva cantidad obligará a modificar más categorías salariales dentro de las empresas, y, por tanto, impactará sobre un mayor número de personas.