Día Internacional del CAMBIO CLIMÁTICO
Los secretos que las aguas de Cádiz esconden sobre el cambio climático
Científicos del CSIC abren diversas líneas de investigación considerando las especies marinas, las corrientes y, sobre todo, el Estrecho de Gibraltar como puntos clave
El reciente informe 'Cambio Climático 2021: Bases físicas' elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ( IPCC ) resalta que algunas de las modificaciones que ya se están produciendo en el planeta, como el aumento del nivel del mar , no se podrán revertir «hasta dentro de varios siglos o milenios». No obstante, una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar los efectos del cambio climático.
Las investigaciones del IPCC se fundamentan en estudios y colaboraciones de diversos grupos científicos repartidos por todo el mundo. Algunas de sus líneas objeto de análisis han sido abordadas por el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía ( ICMAN ) perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC ), hasta el extremo de que la organización ya considera «puntos clave» muchos de los secretos que guardaban las aguas del Estrecho de Gibraltar .
La clave está en el Estrecho
Uno de los efectos más devastadores del cambio climático es la subida de las temperaturas . Las estimaciones del IPCC consideran que «a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento a cerca de 1,5ºC será un objetivo inalcanzable ».
«El deshielo de los glaciales o cómo afecta a los organismos vivir en un agua más caliente tiene mucho interés. También afecta a la concentración de CO2 en el agua . Cada vez hay mayor cantidad de este gas en la atmósfera por la quema de combustibles fósiles. La atmosfera debe estar en equilibrio con la capa superficial del océano por lo que cada vez entra más CO2 en el océano y se reduce el nivel de pH », detalla Laura Prieto , oceanógrafa e investigadora del ICMAN.
Cualquier mínima variación de pH acarrea consecuencias para todos los organismos que viven en el mar. «En el caso de los corales, esto provoca que no puedan construir sus esqueletos de carbonato cálcico y mueran», ejemplifica Prieto.
En Cádiz no hay corales, pero sí bivalvos. «Una especie perteneciente a estos moluscos podrían ser las coquinas que aquí abundan. Las coquinas necesitan precipitar el carbonato cálcico para poder crear sus conchas ».
Existe una línea de investigación que estudia la biogeoquímica del océano en diferentes zonas de Cádiz como las zonas de humedales, los esteros, marismas y el Estrecho de Gibraltar, que está considerado como uno de los principales puntos de interés para realizar estos análisis.
La importancia de este enclave radica en que «las aguas atlánticas entran en superficie y las mediterráneas salen en profundidad. El Mediterráneo es un mar cerrado, el agua que sale de él es la misma es la misma que entró 100 años antes . Por lo tanto, se puede estudiar el estado de la columna de agua, desde la superficie hasta el fondo, en el Estrecho», explica la investigadora del CSIC de Cádiz.
«Es como realizar un viaje en el tiempo. Sabemos cómo está el océano ahora y cómo estaba hace un siglo» . La relevancia de esta investigación es tal que incluso IPCC, encargado de elaborar los diferentes informes sobre la evolución y situación del cambio climático, ya considera la línea del CSIC de Cádiz como uno de los «puntos clave».
Control de las especies invasoras
Algunos investigadores del CSIC en Cádiz participan en estudios sobre los cambios en la Antártida . Asimismo, un equipo del ICMAN logró desarrollar un sistema digital que permite detectar las mareas rojas de forma remota mediante satélites y drones y su relación con el cambio climático.
Otra de las consecuencias es el ensanche de los trópicos . «Esto permite que las especies tropicales puedan invadir o colonizar zonas que antes eran templadas y que no pertenecían a su nicho ecológico en cuanto a temperatura. Mucha de la responsabilidad la tenemos nosotros», indica Laura Prieto.
Concretamente, Prieto se especializa en el estudio de medusas tanto del Atlántico como del Mediterráneo. Gracias a su base de datos puede registrar las apariciones de especies tropicales que llegan a las costas por el cambio climático.
«Debido a que la temperatura del agua es más alta, algunas especies comienzan a colonizar zonas templadas del océano , empiezan a aparecer especies que antes no existían», comenta.
Su labor parte de dos líneas; el trabajo de campo para observar cómo el cambio del clima afecta a la aparición de diferentes especies en zonas donde anteriormente no se habían detectado y experimentos en el laboratorio con cultivos vivos para proyectar cómo el cambio climático podría afectar a estas medusas en el año 2100 .
En este sentido, «hemos visto que, aun siendo muy plásticas y que no van a desparecer, las medusas sí se verán afectadas ». Por su parte, la cantidad de dinoflagelados (organismos unicelulares), que viven en simbiosis con algunas de estas especies, van a disminuir con el aumento de la temperatura y la concentración de CO2.
Una de las especies objeto de estudio es la Rhizostoma luteum , medusa que ha protagonizado el verano gaditano de 2021 dado su imponente tamaño y su frecuente presencia en las playas del litoral.
Con mayor recelo se controla la presencia de especies tropicales que pueden llegar a climas templados tras haberse escapado de acuarios o viajan transportados en el agua de lastre de los barcos , como es el caso de Mnemiopsis leidyi , un ctenóforo procedente de la costa este atlántica de Estados Unidos que ahora está en todos los mares de Europa.
«Nosotros hemos detectado dos. Una en el Mar de Alborán y otra en Cádiz» , revela Prieto. Gracias a los estudios de genética, los investigadores del ICMAN podrán determinar la procedencia de estas dos especies de medusas tropicales.
Una sociedad más concienciada
«Ya no hay ninguna duda de que existe el cambio climático y que ha sido desembocado por la revolución industrial o por la quema de combustibles fósiles», defiende Laura Prieto quien considera que « las nuevas generaciones están más concienciadas y conocen muchos de los términos relacionados con este fenómeno».
Para la oceanógrafa «todo lo que hacemos tiene escala planetaria. Aunque una persona sea vecina de Villamartín, sus actos tienen consecuencia en el mar y el mar es lo más importante para mitigar el cambio climático».
En su opinión, aunque no desmerece en absoluto el valor de las actuaciones individuales que ayudan en la lucha contra el cambio climático, «estas acciones deben ir acompañadas de compromisos alcanzados a nivel mundial como el Protocolo de Kioto o el Acuerdo de París».
Entre otras iniciativas aparece el proyecto de la Comisión Europea EU4OCEAN (Europa por el Océano) en la que Laura Prieto es la representante del CSIC de Cádiz. Ésta se construye sobre distintas temáticas y actividades llevadas a cabo por científicos de todo el continente, ONGs y sociedades vinculadas con el medioambiente a distintos niveles de la sociedad: colegios de primaria, secundaria, jóvenes y eventos para acercar la ciencia a todos los ámbitos y aumentar la divulgación.
Entre sus objetivos se encuentra contribuir a mejorar la conciencia y el compromiso de todas las partes involucradas en la gestión sostenible de océanos y mares; ayudar a los miembros de la coalición a convertirse en defensores de los océanos en su propio campo, función o región, así como en agentes de transición que apoyen los cambios en la percepción, los valores, las actitudes y el comportamiento hacia prácticas más sostenibles, la gestión del océano y las oportunidades de la economía azul ; y colocar la alfabetización oceánica en un lugar destacado de la agenda política, contribuyendo a la implementación de las políticas marinas y marítimas de la UE y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 .