SUCESOS
«Ya nos robaron otro barco, así se las gastan esta gente»
El catedrático que forma parte del equipo de investigación sobre la esquilmación de angulas denuncia el acoso que sufren por parte de los furtivos después de que les hayan quemado su buque de rastreo como represalia
La embarcación, que pertenece a un pescador, estaba fondeada en Lebrija, en el brazo este del estuario, «escondido para que no le pasara nada pero ni así lo hemos salvado»
![El barco ha quedado calcinado tras el sabotaje.](https://s2.abcstatics.com/media/provincia/2020/02/06/v/barcobuena-U303314758864dDB--1248x698@abc-Home.jpg)
«Frustración, cabreo, rabia», son las sensaciones que tienen en estos momentos el equipo de investigación al que unos riacheros les ha destrozado el barco con el que hacían los muestreos para diagnosticar el agotamiento de especies en el estuario del Guadalquivir. Especies como la angula, lo que ha significado al parecer la sentencia de muerte para su embarcación.
Tras participar como pieza clave en la 'operación Ave Fénix' , por la que la Guardia Civil ha desmantelado las 54 estructuras ilegales para la pesca ilegal de la angula en la desembocadura del río, este jueves la embarcación que utilizaban los científicos amanecía completamente calcinada. Todo apunta a que tras este sabotaje están las manos de los furtivos, cuya práctica viene denunciando este equipo de expertos desde hace ya dos décadas.
«Ya nos robaron hace diez años otro barco. Está gente se las gasta así. Nunca apareció y creemos que está hundido en el río», denuncia Carlos Fernández, el catedrático de la Universidad de Córdoba que dirige estas investigaciones, en las que también participan el Instituto Español de Oceonografía, el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía e IFAPA.
«Sabiendo lo que podía pasar lo teníamos medio escondido », cuenta. Justo fondeado en el brazo este del estuario del Guadalquivir, a la altura de Lebrija. Sin embargo, «nos tienen localizados» y, aprovechando la noche, prendieron fuego al barco. «Nadie vio nada». La embarcación, valorada en unos 15.000 euros y perfectamente acondicionada para hacer los muestreos, pertenece a un pescador que colabora con los investigadores. «Este hombre no solo se ha quedado sin barco, sino también sin trabajo y además con un serio problema porque tiene un contrato en vigor y ahora, ¿con qué lo va a cumplir?», lamenta.
De momento, y hasta que no encuentren otra embarcación que sustituya a la que utilizaban se quedarán una temporada sin hacer los análisis y estudios. Entre las posibilidades que están barajando se encuentra la de solicitar a las autoridades que se les ceda uno de los barcos que se incautan a los narcos y que permanecen arrumbados en los depósitos judiciales sin ningún uso.
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