RENOVABLES
La resurrección de un proyecto eólico-marino faraónico en el mar de Trafalgar
Acciona lideró entre 2004 y 2007 la apertura en Cádiz de uno de los mayores parques de Europa, que ahora puede resurgir
La inversión asciende a 3.000 millones de euros y la construcción daría empleo a 6.400 personas
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Molinos en el mar de Cádiz. Esta fue la tarjeta de presentación en 2003 de la entonces Agrupación de Interés Económico para el Desarrollo Mar de Trafalgar . Era el inicio de un macroproyecto de energía renovable en nuestro entorno y pionero en Europa . Sin embargo, la presión vecinal, el rechazo del sector almadrabero y el miedo de las flotas pesqueras de Barbate y Conil f renaron en seco una inversión de 3.000 millones de euros con capacidad para generar 6.400 empleos durante la construcción del complejo.
La conferencia que pronunció este miércoles la experta en renovables Alexandra de Maríchalar en el foro Neon Cádiz Bay, bajo el amparo de Cadiz-Port, ha devuelto a la primera línea de batalla este proyecto eólico-marino y no es descartable su resurrección a corto plazo. El que fuera gerente de esta iniciativa, César del Campo , reconoce que es Acciona quien tiene que mover ficha para sacar adelante el proyecto con la nueva legislación que se prevé en 2021. No obstante, Del Campo aclara que el proyecto que se presentó en 2004 al entonces Gobierno del PP y el que se presentó en 2006 al Gobierno socialista «cumplía escrupulosamente con todas las directrices legales y requisitos medioambientales». Sin embargo, el Gobierno de Zapatero optó por no dar luz verde a esta inversión.
La situación normativa que regula la instalación de complejos eólicos marinos en España puede cambiar a partir de ahora. Se trata de un decreto de 2007 , totalmente obsoleto, que será revisado en 2021 para que nuestro país pueda jugar también la liga de las renovables marinas. Se da la circunstancia de que empresas españolas como Navantia, Dragados y Iberdrola son claves en el plano internacional de la eólica-marina y, sin embargo, en España no pueden competir por un tema administrativo.
Movimiento de Acciona
La apertura de complejos eólicos marinos en el litoral gaditano ha sido siempre un tema muy delicado desde que en el año 2003 se presentara la primera iniciativa. Un grupo de empresarios, ingenieros y profesores universitarios desarrollaron sobre el papel un parque eólico en el Golfo de Cádiz. Fue el primero en ver la luz desde el punto de vista técnico, pero no salió adelante. La agrupación de empresas que lo respaldaba tenía a la compañía Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN) como socio mayoritario, pero posteriormente fue Acciona la que se hizo con el 68%, mientras que el 25% lo asumió INR (Ingeniería de Recursos Naturales y el 7% restante, Cupimar. El primer proyecto contemplaba clavar 272 molinos a unos 18 kilómetros del Cabo de Trafalgar, entre Barbate y Conil. El segundo proyecto que se presentó subió el número de molinos a 278 con capacidad para generar 1.080 MW.
La inversión rondaba los 3.000 millones de euros. El proyecto, incluía la instalación de jaulas de acuicultura en la base de los molinos, que fue muy bien acogida por las organizaciones ecologistas, pero no por las autoridades locales. César del Campo destaca a LA VOZ que el proyecto está redactado y «es perfectamente viable».
De hecho, el proyecto cuenta con el visto bueno del Instituto Nacional de Oceanografía , «que no veía problema a la ruta del atún rojo». No hay que olvidar que el espacio que ocupa el parque es de 22 kilómetros cuadrados y la distancia entre cada molino era de una milla, ocupando 700 metros cuadrados por aerogenerador. Tampoco afectaba a la autopista naval de los barcos. Además logró el beneplácito de Europa en materia de sostenibilidad con la pesca. Sin embargo, en 2009, el Gobierno del PSOE no apostó por la eólica-marina como sector estratégico .
A este proyecto se sumaron luego otros cuatro liderados por Acciona, Iberdrola Renovables, Capital Energy y Endesa, junto con Grupo Elenor.
La génesis del proyecto
Una de las debilidades del actual plan nacional es que no hay un objetivo definido para la eólica-marina. Hay iniciativas para conseguir que el sector despegue en España. Se favorecen proyectos a corto plazo. En 2021 se lanzarán iniciativas generales y se prevé la modificación del decreto , que es obsoleto, por ello, asegura la experta, es necesario que los puertos estén preparadas para esta revolución, ya que funcionarán también como espacio para albergar la infraestructura que necesitarán estos complejos.
César del Campo recuerda a LA VOZ la génesis del proyecto Mar de Trafalgar, que arrancó en 2003 de la mano de Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN). Los ejecutivos de Acciona adelantaron entonces que se trataba de una iniciativa energética que mientras que en otros países iba en auge, caso de Alemania y Reino Unido, en España se había estancado por la complejidad burocrática y el rechazo ciudadano . La compañía energética tenía intención en 2008 de construir en la costa gaditana un parque eólico marino frente a Barbate, Vejer y Conil. Sin embargo, el rechazo social fue una de las causas que dejaron en dique seco a esta iniciativa
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Al final, en 2013, los proyectos de parques eólicos marinos se quedaron en un cajón. España quedó fuera de la carrera europea por la eólica marina a causa del desinterés del Gobierno , la falta de una normativa para el sector, la oposición de los municipios y las dificultades técnicas que presenta la costa peninsular.
Industria tenía bloqueados hasta treinta proyectos, la mayor parte de ellos, en Andalucía, y se alejó del objetivo de alcanzar los 750 megavatios de potencia instalada en 2020 que se fijó en el Plan de Energías Renovables. Ahora puede resucitar la eólica-marina en Cádiz
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