Renovables Cádiz

La inversión foránea en placas solares seduce a los agricultores gaditanos

El precio por hectárea se multiplica y cada vez son más los propietarios que arrendan sus tierras para el próximo cuarto de siglo

Planta fotovoltaica en el término municipal de Puerto Real. Antonio Vázquez

Fran M. Galbarro

Algunos hablan de oportunidad para la transición energética y de generar riqueza en la provincia del paro, otros de burbuja que provocará un destacado impacto medioambiental y pocos empleos directos. Inversores, propietarios y ecologistas difieren en los conceptos para explicar el fenómeno, pero todos coinciden ... en que existe una «avalancha de solicitudes» para poner en marcha proyectos fotovoltaicos en Cádiz.

Los propietarios de terrenos aptos para la instalación de placas solares son los principales beneficiados y cada vez son más los que abogan por arrendar sus tierras para este fin. La apuesta, eso sí, es comprometida: la duración de los contratos ofertados por los promotores suele rondar el cuarto de siglo, 25 años .

Este tipo de operaciones no son ninguna novedad y desde hace muchos años se vienen realizando en el campo andaluz. Al principio, los contratos se firmaban por un precio entre 1.000 y 1.200 euros anuales por hectárea durante 25 años o más. El negocio ya era interesante para los propietarios de terrenos con una productividad muy baja.

Desde entonces el crecimiento ha sido sostenido, pero el anuncio de los fondos Next Generation y el compromiso de todas las administraciones por la transición energética ha movilizado a inversores foráneos que buscan «el petróleo» de Andalucía, el sol. La comunidad autónoma es, junto a Extremadura, la que más ha incrementado su producción de energía fotovoltaica en los últimos tiempos.

La administración no ofrece datos por provincias, pero se estima que al menos 80 proyectos están a la espera de la aprobación de la Junta o el Gobierno central, según las solicitudes publicadas en BOJA recogidas por Ecologistas en Acción. Y ese boom se hace notar en los precios: los contratos hoy se firman entre 1.500 y 1.800 anuales euros por hectárea , aseguran los agricultores consultados. En determinados terrenos ha llegado a haber ofertas por 2.000 euros.

División de opiniones entre los empresarios agrarios por las dudas del impacto que pueda generar a medio plazo

Las propuestas son hoy mucho más tentadoras, más aún tras una temporada de precios a la baja que ha empujado a algunos propietarios a renunciar a parte de la producción agrícola durante el próximo cuarto de siglo. El precio varía en función de la cercanía de los terrenos de la subcentral donde hay que volcar la energía y la dificultad de la línea de conexión; influyen, entre otras cuestiones, las carreteras y cañadas y la dificultad de llegar a acuerdos con otros propietarios para poder conducir la energía.

El fenómeno suscita una división de opiniones en la patronal. Algunos empresarios del campo encuentran una oportunidad para obtener más beneficios, pero otros se muestran preocupados por el futuro que dejarán a los herederos. «No quieren dejar ese patrimonio. Si una parcela se queda 25 años sin labrar no va a ser más productiva. Son contratos demasiado largos », explica un propietario del sector.

Hasta ahora los más seducidos son los dueños de tierras de secano, arenosas o cerros. La mayoría de plantas fotovoltaicas están proyectadas en cultivos de cereales o de girasol y de momento, inciden fuentes del sector, no se renuncia una viña para el proyecto fotovoltaico. También acceden cada vez más propietarios deterrenos dedicados a la ganadería, los más perjudicados por la evolución de los precios en los últimos meses.

En cualquier caso, el crecimiento del sector en la provincia está siendo «más sostenido» que en otra zonas de Andalucía como Málaga y Sevilla. Cádiz tiene condiciones meteorológicas que favorecen otro tipo de energías renovables como la eólica . Además, la orografía gaditana, con amplios espacios naturales protegidos, limita la capacidad de expansión. Los terrenos entre Jerez y Alcalá de los Gazules son los más codiciados y desde el sector aseguran que es «la única zona donde de verdad podemos crecer».

Los promotres aseguran que crearán empleos en el entorno pero las voces críticas ponen en duda la duración de los mismos

La Unión Española Fotovoltaica destaca la importancia de este tipo de proyectos no sólo de cara a cumplir los objetivos de transición energética, sino por la creación de empleo. «Una planta solar de tamaño medio requiere un centenar de personas durante la fase intensiva . Además, a ser posible nuestras empresas asociadas buscan el máximo beneficio para contratar a nivel local», explica el director general de la entidad, José Donoso.

La cuestión es qué tipo de empleo. ¿Qué ocurrirá con esos trabajadores cuando se levante la planta y durante los siguientes 25 años? «Es cierto que no se generan muchos empleos de forma directa, pero cuando termina la fase intensiva la empresa constructora suele llevarse a los mejores empleados y consiguen empleos estables en otros proyectos», responde el portavoz.

Las voces más críticas señalan las limitaciones de los empleos de la construcción y temen una nueva burbuja . El sector fotovoltaico es consciente de que, si un alto porcentaje de las solicitudes de proyectos salen adelante, será imposible canalizar toda la energía generada. Por ello, piden al Estado una modernización de la red eléctrica cuanto antes en aras del cumplimiento de los objetivos de la transición energética.

Los ecologistas abogan por la generación de energías renovables, pero prefieren favorecer el autoconsumo . Los propietarios de tierras más críticos también temen hipotecar el futuro a corto plazo a un negocio que, en definitiva, depende de inversores extranjeros y grandes empresas como Repsol, aunque hay andaluzas destacadas como Magtel o Prodiel. «No conocemos a ningún promotor gaditano», plantea un empresario agrícola.

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