REFUGIADOS AFGANOS
Refugiados afganos en Rota: dos semanas de campamento, solidaridad y agradecimiento a España
Gracias al altruismo del pueblo roteño, que ha traspasado fronteras, se han suministrado bienes de primera necesidad para proceder a prestar asistencia a unas 2.500 personas evacuadas
El trabajo desarrollado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es imprescindible para ejercer la labor logística y de Extranjería en el interior de la Base Naval
Se le atribuye a Heráclito de Éfeso la autoría de la cita «lo único constante en la vida es el cambio». No les falta razón a estas palabras. En abril de 2021 Estados Unidos ponía fin a su presencia en Afganistán después de 20 años. El 31 de agosto se fijaba como fecha límite para abandonar el país de Oriente Medio. Pocos podían aventurar que el repliegue significaría devolver el poder a los talibanes .
Tras tomar el control de Kabul, los distintos gobiernos que contaban con colaboradores desplegados en Afganistán negociaron una salida para su contingente. Diferentes países comienzan una evacuación masiva que recuerda en tiempo y forma a la Caída de Saigón (Vietnam) o al más reciente traslado de poblaciones sitiadas en Siria.
Centenares de miles de personas corrían peligro. Es entonces cuando un municipio gaditano de menos de 30.000 habitantes se convierte en el refugio y hogar provisional para aquellas personas que han perdido familiares, propiedades y hasta su propia patria.
Dos semanas de campamento en Rota
El domingo 22 de agosto se hace público el acuerdo alcanzado por España y Estados Unidos con el que las bases militares de Rota y Morón se comprometen a acoger a un máximo de 4.000 evacuados de Afganistán durante periodos de 14 días.
El atentado suicida perpetrado el 26 de agosto, bajo autoría manifiesta del Estado Islámico y que segó las vidas de al menos 183 personas incluyendo 13 militares estadounidenses, puso en riesgo esta operación conocida como 'Allies Refuge' .
Hubo que esperar hasta el viernes 27 para que se produjeran las llegadas a la Base Naval gaditana . Por tanto, se cumplen los primeros 14 días del plazo fijado para que el contingente refugiado abandone las instalaciones y se instale en su residencia definitiva en los Estados Unidos.
En estas dos semanas más de 2.500 personas han sido atendidas en el campamento de Rota. Una tarea intensa que ha involucrado a cerca de un millar de personas incluyendo militares españoles y estadounidenses, sanitarios y voluntarios de la propia base.
Pese a que la estancia en Rota se reduzca a menos de 14 días, el amplio dispositivo se centra en que este lugar sea recordado por los afganos «como un espacio en el que fueron tratados con dignidad y respeto , en el que se sentían cómodos y seguros mientras esperaban un viaje hacia su nuevo hogar», expresa Ben Reynolds , director de jefatura marítima de las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa y África.
Para ello, lo primero que se garantizó en la Base Naval, española y de uso compartido con los norteamericanos, fue que se dispusiera de los recursos suficientes para dar cabida al amplio contingente . Del mismo modo, comprendiendo su procedencia, cultura y religión, estos espacios debían ser readaptados para las personas que iban a habitar en ellos.
La parte de esparcimiento estadounidense , con grandes áreas recreativas, campos de béisbol y fútbol, bolera, piscina, gimnasio y centro comercial, fue desocupada y puesta a disposición de los refugiados afganos.
En estas dependencias se instalaron hasta 53 tiendas de campaña, 20 donadas y montadas por el Tercio de Armada (TEAR) de San Fernando, con capacidad inicial para unas 1.600 personas y ampliables hasta cerca de 3.000 .
El centro comercial Liberty Field se ha transformado temporalmente en el comedor Halal . También cuenta con zonas recreativas y religiosas . Asimismo, el Hospital Naval de Rota restringió sus horarios al público para prestar asistencia médica a los evacuados.
La capilla es centro de operaciones desde donde se coordinan las actuaciones de las principales asociaciones colaboradoras que han participado en el auxilio altruista: Cruz Roja Americana , Navy-Marine Corps Relief Society ( NMCRS ), United Services Organization (USO) y Rota Animal Welfare League (RAMWL).
En Rota se calcula que viven unos 6.500 norteamericanos , por lo que está siendo una ardua tarea dar cobertura a los 2.500 evacuados que han llegado a sumar en las instalaciones militares.
« L a comunidad de Rota puede ser pequeña, pero en momentos de necesidad siempre se puede contar con ella para unir su apoyo», narra Courtney Pollock , perteneciente a la oficina de asuntos públicos de la base.
Unos 400 voluntarios , repartidos en cuatro turnos intensivos durante todas las jornadas, se organizan para recolectar, clasificar y distribuir las distintas donaciones que llegan para apoyar a los refugiados.
Para resolver las distintas demandas, que aparecían conforme se produjeron las llegadas a Rota, se determinó crear una sala de lactancia completa con artículos esenciales para bebés como pañales, toallitas húmedas o biberones. El personal de la US Navy, sin precisar en el número exacto, constató que la mayoría de los evacuados son familias compuestas por varios menores, muchos de ellos recién nacidos.
A medida que la misión pasó de la fase inicial a la de implementación, las funciones de los voluntarios variaron con el fin de satisfacer las nuevas necesidades. « Hemos estado sirviendo comidas , saludando a los pasajeros en la terminal, ayudando a preparar las camas y repartiendo juguetes a los niños », relata Paul Butler , gerente del programa regional de la Cruz Roja Americana en Rota.
Una de las principales funciones de estos 400 colaboradores altruistas es proporcionar hasta tres turnos de comidas diarios. Los voluntarios se reparten en grupos de 10 para este cometido. Del mismo modo, la base garantiza bebida y alimentos refrigerados para los refugiados durante las 24 horas .
La comunidad estadounidense en Rota se ha implicado en la misión hasta el punto de verlo como algo personal: «mis nietos tienen la edad de esos niños pequeños que bajan de los aviones. Puedo imaginarme a mis hijos y nietos como cualquiera de los aterrizan» , asegura Butler.
Rumbo a los Estados Unidos
En la actualidad, la Embajada norteamericana en España confirma que la Base Naval de Rota alberga todavía a unos 1.200 refugiados a la espera de ser trasladados hacia los Estados Unidos.
Más de la mitad del contingente ya ha abandonado las instalaciones militares, el resto de los refugiados –ciudadanos estadounidenses, colaboradores de EE. UU. y afganos en situación de riesgo que no tienen filiación previa con los Estados Unidos– permanecen en tierras gaditanas a la espera de finalizar las tediosas tareas consulares .
Nada más aterrizar, los acogidos son sometidos a pruebas biométricas de huellas, también deben aportar cualquier documento biográfico que ayude a su identificación . Para quienes no dispongan de ningún tipo de dato, el proceso durará más tiempo y se alargará su estancia en Rota.
Se tardan días en solucionar los problemas en aquellos supuestos de individuos sin relación previa con Estados Unidos y que no consigan demostrar su identidad. «Por ello nos damos 14 días de plazo para cursar peticiones» , explican.
El primer traslado desde Rota hasta Norteamérica se efectuó el 31 de agosto, Unos 350 refugiados afganos pusieron rumbo al Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles. Una de las 27 instalaciones militares del estado de Virginia se ha convertido en el nuevo hogar de esta población.
Durante la última semana, los viajes hacia Estados Unidos no han cesado. A diferencia de las llegadas, llevadas a cabo en aviones militares, las salidas de Rota han sido posibles gracias a la colaboración de aerolíneas comerciales como AirEuropa o GullivAir.
Por otro lado, el último de los aterrizajes notificados a la base se produjo el 2 de septiembre. De no variar la situación , reconsiderando el plazo máximo de dos semanas para su reubicación, esto significaría que el 16 de dicho mes será el último día operativo de la misión 'Allies Refuge' en Rota.
En Morón el dispositivo nunca llegó a ponerse en funcionamiento , pese a haberse activado en similares plazos que el de Rota. Rafael Fernández , asesor de Alcaldía, afirma que « no nos consta oficialmente que se haya acogido a refugiados afganos».
Anteriormente, la Embajada de Estados Unidos manifestó que acometer el operativo implicaba «muchas complejidades y la confluencia de numerosos factores». En este sentido, conviene recordar que la propia base aérea está pendiente de ser mejorada gracias a una inversión de unos 10 millones de euros, así como su ampliación en 24.185 metros cuadrados. Estas acciones podrían haber inclinado la balanza en favor de Rota.
El indispensable papel de las FFCCSE y el pueblo roteño
Sin restar ningún mérito a las diferentes organizaciones estadounidenses activas en la misión, como el Departamento de Estado, el Departamento de Seguridad Nacional, el FBI y las Fuerzas Militares, con el paso de los días se ha ido reconociendo el papel que han obrado en el operativo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado .
Eclipsados por el amplio dispositivo mediático desplegado por Estados Unidos, Armada, Infantería de Marina y Policía Nacional han prestado un servicio tan invisible –en apariencia– como indispensable para el correcto funcionamiento de la operación.
Tanto la Armada, como la Infantería de Marina prestan apoyo logístico en la misión , además de haber participado en el montaje de las 53 tiendas de campaña que componen el campamento de los refugiados, una labor que ha sido felicitada por la US Navy destacando «el esfuerzo y compromiso de nuestros socios españoles».
Asimismo, la Policía Nacional , por petición de la Armada, se encarga de las tareas propias del departamento de Extranjería . En este sentido, los agentes realizan tareas administrativas para que, en caso de que alguno de los evacuados precisase de atención fuera de los límites de la base, se respetase el marco legal.
Del mismo modo, a pesar de los 400 voluntarios norteamericanos que se han encargado de atender personalmente al contingente, «la población de Rota es mucho más numerosa fuera que dentro de la base», recuerda Elisa García , perteneciente a la comisión de la Hermandad del Amor de Rota .
Fue precisamente su cofradía, la más joven y humilde del municipio, la que comenzó a organizar las campañas de recogida de bienes de primera necesidad en el interior de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
Todo se movilizó a través de un mensaje escrito por Leticia Armstrong , una estadounidense residente en la base de Rota que solicitó colaboración a otras entidades locales y conocidos.
Lo que se inició por un simple texto de WhatsApp ha derivado en la participación de diferentes c onsistorios gaditanos como El Puerto o Benalup, donaciones llegadas de Sevilla, Córdoba o Granada, interés de gallegos o catalanes y hasta la fundación del Betis , quien han regalado material deportivo, mascarillas, juguetes y leche en polvo.
«Todos querían aportar su granito en esta causa», aclara Elisa. «Hemos tenido contacto con los refugiados y es muy duro lo que te cuentan. Llegan desorientados, con miedo . Para muchos, es la primera vez que salen de España y no saben la situación de nuestro país . Piensan que abandonan su hogar para llegar a un destino en guerra o peligroso. Por eso debíamos ayudar».
La masiva participación ha desbordado cualquier previsión. «Tengo mensajes de Nieves Dauzat (voluntaria de la NMCRS) pidiéndome que por favor no mandemos más cosas , que de momento no necesitan nada más y que no dan abasto», cuenta Luisa Fernández , delegada de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Rota.
El Consistorio se ha encargado de coordinar todas estas acciones durante casi tres semanas. El agotamiento y los quebraderos de cabeza nunca han sido una excusa «han sido jornadas muy emocionantes, Rota ha vuelto a demostrar la solidaridad y la calidad humana que nos caracteriza . También se han superado fronteras. Nos llegan mensajes de todas partes».
Con las donaciones pausadas, tras haberse recaudado más de 6.000 objetos de primera necesidad, las hermandades siguen recibiendo ropa, comida, juguetes y productos de aseo personal que, inmediatamente, ya están redistribuyendo a otras asociaciones , comunidades, familias o personas que las precisan.
«Es muy bonito y gratificante todo lo que se está haciendo. Esto evidencia el valor que tienen las hermandades. Somos mucho más que procesionar en Semana Santa », se enorgullece Elisa.