Arte y Covid-19
«Hay quienes están empeñando sus guitarras y dejando sus casas»
El sector del flamenco aprovecha la pandemia y se ata los machos para cuando llegue la nueva normalidad.
Galas suspendidas, actuaciones canceladas, espectáculos de pequeño formato, clases on line, nuevos discos y espectáculos... Así han vivido este último año los artistas y quienes trabajan con ellos
Una de las actuaciones en la Guarida del Ángel, en Jerez.
Incertidumbre. Esa es la palabra más utilizada por todos aquellos que hacen posible el flamenco en nuestra provincia. El desamparo al que se ha visto sometido la cultura a causa de la pandemia les ha dado de lleno y son muchos ... los artistas afectados . «Algunos están teniendo que dejar sus casas, hay quienes están empeñando sus guitarras... Los artistas, en general, lo están pasando muy mal porque las ayudas no llegan y estamos sobreviviendo con lo que nos pagan a algunos por autónomos», contaba a La Voz Mario González , empresario, promotor de La Guarida del Ángel , director de la Segunda Bienal del Cante de Jerez y los Puertos y director y creador del Off Festival Jerez . Las deudas no son las de hoy sino las generadas durante todos estos meses y aunque es una profesión donde se debe ser un «pelín hormiguita», cada uno tiene circunstancias diferentes.
Pero, ¿cuál es otro de los hándicaps del sector? Pues que hay muchos artistas flamencos que ni siquiera estaban dados de alta como autónomos . «Los que somos autónomos podemos acogernos a algo, pero la gran mayoría del sector no lo es por la precariedad, porque no hay volumen de trabajo suficiente para pagar la cuota, que es una bestialidad . Tenemos que pelear para que se le baje la cuota de autónomos a los artistas». Así describía la situación el guitarrista Santiago Lara .
En casa de este músico todos los ingresos llegan a través del flamenco. Está casado con Mercedes Ruiz, bailaora que tiene su propia compañía, y tiene una hija. Trabajan a nivel internacional y estos meses en los que ha tocado convivir con el Covid-19 «el tema de cancelaciones ha sido brutal. Prácticamente se ha cancelado el cien por cien de nuestra presencia en todo el circuito». Tenían actuaciones en Estados Unidos (Nueva York, Boston, Miami), en Canadá (Vancouver), Francia, Italia... En ese sentido, «nos ha destrozado la continuidad artística, teníamos más de 20 representaciones a nivel internacional que se cancelaron, y a nivel económico también te resientes».
Estos meses se han dedicado a ofertar clases on line y a « planificar mucho». Santiago se encuentra produciendo su quinto disco que saldrá en junio . «Nos hemos dedicado a pensar en el futuro».
En el caso del cantaor flamenco David Lagos , «lo que llevamos peor es la incertidumbre . Te encuentras de pronto con tantas galas y reservas que se van cayendo; otras que se mantienen y al poco tiempo te vuelven a llamar para posponerlas o suspenderlas». No saber cuándo se volverá a la normalidad genera angustia y lo que «queremos, después de todo este tiempo sin trabajar, es volver a tener ingresos y rehacer nuestras carreras ».
David está casado con otra cantaora flamenca de Jerez, Melchora Ortega , que pensaba que esta situación iba a ser para corto plazo, pero «se está alargando de manera increíble». Estos meses ha aprovechado para prepararse de cara al futuro. « Estamos muy liados preparando el espectáculo que estrenamos en el Festival de Jerez: «Flamencas de película», dirigida en escena por Paco López. Nos hinchamos de trabajar pero sin cobrar».
David Lagos trabaja con compañías que actúan en teatro , donde las temporadas fuertes son de septiembre a junio. «Este año aún no he podido trabajar» y lo primero que tiene asegurado es en el Festival de Jerez en mayo, y lo último que ha hecho fue la Bienal de Sevilla , «donde tuvimos la suerte de que el espectáculo que presenté con David Coria fue premiado », y aunque salieron de ahí muchas galas, por el momento no han podido actuar en ninguna.
Estos meses han aprovechado para hacer esas cosas que «nunca tienes tiempo en el ámbito profesional, más allá de poder estar con la familia, que también es un lujo». Han decidido prepararse para cuando vuelva la normalidad. A nivel económico y personal no se queja pero sabe que «globalmente el sector está muy desprotegido y los flamencos debemos empezar a pensar que es una profesión y que no estamos aquí por amor al arte . Ahora en situaciones como esta uno se da cuenta, como se dice vulgarmente, que tenemos menos papeles que un conejo de campo».
Tienen tres hijos: una estudiando en Granada, otro opositando y la pequeña de diez años en el colegio. Esa incertidumbre pasa porque «hay letras y los gastos son los mismos que cuando se trabaja».
El futuro
Melchora Ortega confía en que cuando «estemos todos vacunaditos la gente se conciencie que hay que vivir de otra manera, que hay que llevar las mascarillas, pero llevarlas con «aje»». Tiene claro que se va a entrar en « otra normalidad distinta , pero también sé que el artista se alimenta del público y que el on line se puede aprovechar por un tiempo, pero esta no es la cultura y menos el flamenco ».
Mientras tanto Santiago Lara y Mercedes Ruiz ya están pensando en el año que viene y «por el momento tenemos un buen pronóstico».
No obstante, son conscientes que es necesario apostar por la creación de asociaciones profesionales o sindicatos . Santiago cuenta que se ha creado la Unión Flamenca , que «está funcionando muy bien para dignificar nuestra profesión y tener más presencia ante la administración y en los presupuestos culturales».
Mario González también cree necesario que haya un colectivo que represente a los artistas flamencos. «Ahora nos estamos dando cuenta de que s ería necesario tener una patronal , una representación a nivel administrativo. Creo que es el momento de sentar las bases para que algún día se cuente con un formato legal para poder comunicarse con la dministración ».
Flamenco en directo
Pero no sólo los artistas han tenido que hacer frente a esta pandemia. También las salas de fiestas y espectáculos han tenido que hacer un esfuerzo para seguir adelante. Ese es el caso de La Guarida del Ángel en Jerez. «Se han podido hacer cosas de pequeño formato : un bailaor, una cantaora, un guitarrista y por supuesto para el público local, con una entrada gratuita y muy poca gente . El objetivo era salir de casa, de la monotonía e ilusionarte con hacer cosas después de estar cerrados de marzo a noviembre», explica el empresario jerezano.
En diciembre cuando abrieron el horario hasta las diez y media, aunque no pudieron montar zambombas, ofrecieron espectáculos con aforo muy reducido y entrada gratuita. Nadie gana dinero ni el sector, ni el artista, ni la sala.
El artista se mantiene en activo por promocionar su nombre. Tanto es así que « trabaja por un dinero que a veces, cuando me lo comentan los artistas, me parece humillante, lo que pagan algunos bares por actuaciones en directo. Les pagan una miseria ». Mario González es consciente que la llegada de la nueva normalidad se está postergando y teme que para el verano no se pueda trabajar como «quisiéramos».
No cree en la reinvención del sector porque «cuando llevas toda la vida haciendo lo mismo, un guitarrista con 50 años que lleva desde niño tocando la guitarra, es complicado. No se está preparado para emprender nuevas vías cuando lo que has hecho toda la vida es cantar, bailar o tocar».
La vida ha cambiado y no se paga el caché como antes . Mientras que antes las compañías eran de 15-20 personas, ahora con las crisis son cada vez más reducidas de tres a ocho personas.
El Covid-19 ha hecho daño a la salud pero también a la economía, al futuro, a la cultura, y por ende, al flamenco. Una situación que no se había vivido con anterioridad y que seguramente va a servir para subsanar todos aquellos puntos débiles que se han puesto de manifiesto en estos meses. Horizonte hay y ganas también, pero sobre todo mucho arte.
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