PROVINCIA
Las pruebas de una gaditana para ser reconocida como nieta legítima de un millonario alemán
La mujer lleva tres años luchando en los juzgados para que se reconozca que su abuela fue además de empleada doméstica de este ciudadano, su pareja. Ha aportado testigos que así lo confirman y también correspondencia y otros documentos
Una mujer de 50 años natural de Cádiz ha emprendido una cruzada judicial para que los tribunales reconozcan que es nieta legítima de un ciudadano alemán con el que su abuela, natural de Barbate, mantuvo una relación sentimental.
Según sostiene en su demanda, el hombre se estableció en la provincia a principios del siglo XX con los hijos que había tenido con otra mujer en Alemania de la que se había separado. Se instaló en una casa de Cádiz capital y para tener ayuda decidió contratar los servicios de una empleada doméstica. Así conoció a Pilar y tuvieron una hija, Lucía, madre de la reclamante .
«Vivía parte de su tiempo en España y otra en Alemania», cuenta Fernando Osuna, el abogado que lleva esta demanda. «Cuando estaba aquí nunca ocultó su relación». Sin embargo, este hombre, empresario dedicado al sector de la construcción y la alimentación, se marchó en 1953 y dejó en Cádiz a Pilar y a Lucía a las que nunca reconoció como familia legítima. Ya solo venía a pasar algunas temporadas. En 1964 quiso darles sus apellidos pero falleció.
Ahora, más de cincuenta años después, esta gaditana quiere «por un deber moral y sentimental» que se reconozca que eran parte de su familia.
Por ello ha aportado diversas pruebas a la causa que acreditarían, según mantienen, que esa relación existió y que Lucía fue fruto de ese amor. Como el testimonio de diversos testigos que han asegurado ante notario que conocieron esa relación sentimental. Uno de ellos mantiene que «él la tenía y la trataba más como su mujer que como una empleda del hogar».
Por otro lado, se incluye diferente documentación. Como por ejemplo la correspondencia que este hombre mantuvo con su hija de Cádiz cuando estaba en Hamburgo. Desde allí le enviaba postales, de entre los años 57 y 61, en las que se puede leer: «Querida hija», «Tu padre. Contéstame pronto», «Con abrazos. Tu padre».
También se pone sobre la mesa el hecho de que cuando este ciudadano alemán falleció en 1964 en Hamburgo, el consulado español de esa ciudad comunicó a la mujer gaditana la noticia. Además su cuerpo fue trasladado a Cádiz, al cementerio mancomunado donde, además, comparte panteón con la que supuestamente fue su compañera sentimental y madre de su hija Lucía.
Su supuesta nieta además de los apellidos reclama los dos millones de euros que, según sus cálculos, le correspondería de su cuota de la herencia del empresario alemán. De momento el juzgado, según el abogado, ha acordado que se exhume el cuerpo del alemán y se analice su ADN para confirmar oficialmente que esta historia sucedió tal y como la cuentan.
Por su parte, la familia reconocida legalmente por este señor niega que exista cualquier vínculo.
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