Mi rincón favorito
La provincia como inspiración y la gastronomía como perdición
Basilio Iglesias. Arquitecto, pintor y profesional del croquet | La cocina de la tierra, su producto, es lo que «siempre recomiendo a los amigos y no solo en verano. Es incluso mejor el resto del año»
Basilio Iglesias es un jerezano que a los seis años se mudó con su familia a vivir a El Puerto de Santa María, y desde entonces no se ha movido de allí. Bueno, eso de que no se ha movido es un decir, porque ha recorrido prácticamente el mundo. Es un gran amante de los viajes, entre sus múltiples aficiones. De hecho, se puede decir que empezó a jugar al croquet para viajar y ahora se encuentra en el top 5 de España.
Iglesias es un reconocido arquitecto de profesión, y de la que cuando habla transmite cuanto le gusta y disfruta. Su día a día es hacer proyectos de viviendas y construirlas, aunque, le atrae hacer cosas distintas que potencien su creatividad, que sean retos y proyectos singulares. Entre sus trabajos más especiales están la zona de recepción de visitas de las Bodegas de González Byass, el restaurante Aponiente de Ángel León en un molino con dos siglos de antigüedad o el Restaurante Plato al Centro en Vista Hermosa, donde incluso se atrevió a pintar por primera vez e hizo un mural con un atún, especialidad del local.
Además de su profesión, Basilio tiene dos grandes pasiones: el croquet y la pintura . Del primero, puede presumir de ser uno de los mejores jugadores de España. Empezó a jugar hace unos ocho años. Él tenía un equipo de fútbol con varios amigos, y un día vieron que a un grupo de señores del club en el que jugaban se los llevaban a gastos pagados a Egipto por jugar a eso que llamaban croquet. Viendo que con el nivel que tenían en el fútbol no se los iban a llevar ni a Chipiona , decidieron probar ese deporte que llevaba dos o tres años en el club y que, tan de moda se empezaba a poner.
Poco a poco, con mucho entrenamiento y seguro que con un toque muy habilidoso ha llegado a estar donde está. Ahora viaja, y el próximo torneo que tiene fuera es el europeo que se juega en Inglaterra. Su mujer, que también es una gran jugadora de croquet, la 16 en el ranking español y tercera en su género le dice que se ha vuelto una persona muy sociable gracias al este deporte. Basilio juega en la Casa Grande, para el Real Club de Vista Hermosa. Allí han salido un gran grupo de jugadores, al que el mismo define como la familia del croquet, somos amigos y nos encanta compartir charlas y momentos tras los partidos. Y no solo eso, sino que a veces se ha convertido hasta en oportunidades de trabajos. Los jóvenes piensan que es un «deporte para viejos» pero Basilio tiene una respuesta para ellos: «Está claro que es un deporte que se puede practicar con 90 años, y hay mucha gente aquí en el club que lo hace. Eso es una maravilla poder seguir practicando un deporte tan divertido y estratega como este con esa edad, pero a esos jóvenes les digo que yo he llegado hacer 24 kilómetros en un día de torneo. Además, es un deporte para cualquier edad, ya que se trabaja todo, no solo es darle con un mazo a la bola y meterla por un aro, que es el fin. Pero hay que pensar, conocer a rival, tener estrategia, calcular distancias, y después, está el saber darle».
La otra gran afición de Iglesias, y que surgió de casualidad es la pintura. Aprendió de forma autodidacta. Todo fue porque hace unos diez años les hizo un restaurante a unos amigos, quedaba una pared que estaba pidiendo a gritos un mural y como todo se atreve a todo, se lanzó a hacerlo. No le gusta pintar por obligación o de forma constante, porque dice que le quita demasiado tiempo: «La pintura es un aderezo de mi profesión, pero solo lo hago para integrar una obra arquitectónica o cuando el encargo me ilusiona».
Y eso es lo que le ha debido pasar con el cartel de las carreras de Sanlúcar que presenta mañana, y con el que busca transmitir eso que pudo observar cuando el año pasado le invitaron a disfrutar desde dentro del evento sanluqueño por excelencia. Del cartel dice que este año es especial porque representará el 175 aniversario de las carreras, y que en él se pretende integrar toda la historia de la ciudad y de las carreras. «Va dedicado a los sanluqueños, he intentado plasmar lo que es Sanlúcar para que les guste a ellos. He pedido muchas opiniones, incluso hasta a José Manuel Soto. Mi mayor intención es que les guste a los anfitriones locales».
De sus veranos nos cuenta algunas anécdotas: «Los recuerdo en El Puerto , donde nos quedamos a vivir después de varios años viniendo», y es que a su madre le encantaba la tranquilidad que tenía. Su padre iba y venía a trabajar a Jerez. «De niños, esto era un lujo, volvíamos del colegio y nos íbamos con un bocata a pasar toda la tarde a la playa que estaba desierta. Nos movíamos en bici de lado a lado sin ningún tipo de peligros». En su adolescencia recuerda como sus padres le llevaban todos los sábados a comer a Joselito Huerta en Sanlúcar, les encantaba el plan. «Echo de menos que la gente que viene a veranear aquí no haga más vida fuera de las urbanizaciones y conozcan un poco más el centro de El Puerto, donde cuando éramos niños íbamos mucho más que lo que van ahora».
Nacido en Jerez, residente en El Puerto de Santa María, pero enamorado de la provincia, y por eso le gusta considerarse de ella. «Soy de todas las ciudades y pueblos. Soy de la provincia porque me encanta todo lo que la engloba, su cultura, su arquitectura, pero sobretodo su gastronomía, que es lo que siempre recomiendo a mis amigos de fuera. Siempre digo que no se limiten solo a venir en verano, porque esto es incluso mejor el resto del año». Sus pinturas están inspiradas en eso, con los atunes de Barbate, los pescados de la Bahía, la figura del toro bravo o las carreras de Sanlúcar. Basilio un polifacético jerezano que todo lo que toca lo hace bien.
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