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¿Problemas con una empresa de servicios? Primero paga y luego reclama

L.V.

Todos conocemos a alguien, si no lo hemos sufrido en nuestras propias carnes, que haya tenido problemas con una compañía de servicios como un banco, una eléctrica o una compañía telefónica.

Uno de los problemas habituales es que traten de cobrar recibos que no proceden. Hay de todos los tipos, desde cuentas cerradas hace años que de pronto han generado un saldo negativo acumulado del que nunca hasta ahora habíamos recibido notificación, hasta cargos por errores incomprensibles que si cometieses tú, te costarían una buena tarifa asociada. Quizá lo que más nos enfada es que estos errores suelen ser a su favor y no al nuestro.

Cuando esto ocurre la primera reacción suele ser llamar a la compañía para informarnos. Si las cosas no se solucionan, muchos consumidores se ven tentados a ignorar ese recibo. Cambian de compañía y dejan la factura sin pagar, esperando no tener un problema similar con la nueva empresa.

Una decisión que no suele funcionar como se espera, ya que se puede acabar en un registro de morosos, lo que impedirá al consumidor acceder a muchos servicios, cuyas compañías no estarán dispuestas a trabajar con él, incluyendo la financiación, que por lo general quedará limitada a entidades como Matchbanker que ofrecen préstamos con ASNEF que suelen ser de cantidades relativamente pequeñas. Además, las empresas pueden iniciar acciones de recuperación de la deuda, que pueden terminar en embargos, retenciones de sueldo, etc.

Por eso, habitualmente la mejor solución es pagar el recibo y posteriormente reclamar la devolución. Sin embargo, no está demás que el consumidor busque asesoramiento en asociaciones de consumidores o abogados, ya que cada acción que realice puede tener consecuencias.

Algunos consejos generales para afrontar estas situaciones son:

Entablar las conversaciones con la compañía para que todo quede registrado por escrito.

Si quieres cambiar de compañía, hazlo, pero siempre con todas las deudas pagadas.

Guardar todos los justificantes de cierres de cuentas, pagos, etc.

Tras el cese de la relación con la empresa, puede ser buena idea pedirles, por escrito y guardando el justificante, que borren todos los datos personales que tienen de ti según los derechos que te otorga la Ley Orgánica de Protección de Datos.

Revisar los movimientos de la cuenta bancaria regularmente, sin dejar pasar varios días sin comprobar su estado. De hecho, esto es algo que deberíamos hacer siempre, no solo en situaciones especialmente sensibles.

Actuar de buena fe aunque la situación se injusta.

En otras palabras, tomarse la justicia por tu mano no suele ser la mejor opción. Las leyes de consumo favorecen a los consumidores, por lo que si se actúa de forma lícita y la reclamación tiene razón de ser, es muy posible que acabemos consiguiendo recuperar lo que nos pertenece. Por mucho que nos guste pintarlos como los malos de la película, lo cierto es que generalmente se debe a errores totalmente involuntario que si demostramos que lo son, no tendrán problema en solventar.

La precipitación y las muestras de orgullo no suelen llevarse bien con los asuntos legales. Así que antes de nada, infórmate y actúa de forma racional.

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