SUCESOS

La Policía, obligada a abortar una investigación de drogas porque «iban a matar» a uno de los narcos

Agentes de la Udyco de Cádiz interrumpen una operación para salvarle la vida a uno de los narcotraficantes que fue secuestrado, torturado y extorsionado durante veinte días por un ajuste de cuentas

Los captores eran dos hermanos marroquíes «muy violentos» que organizaban alijos desde Madrid a través de sus contactos en la provincia, pero que además «cobraban deudas» para otras organizaciones

Los captores detenidos por la Policía Nacional tenían vínculos con redes de narcos del Campo de Gibraltar. N. Rico

M. Almagro

Dedicarse al narcotráfico puede dar dinero fácil, rápido, es muy tentador pero también puede poner en riesgo la vida de quien se mete en ese oscuro negocio y, además, la de sus familiares. Y cada vez más. La violencia de estos grupos, la competencia al alza entre ellos y las estrictas exigencias que imponen los que mandan son cada vez mayores. Y, por tanto, también lo son los peligros que se corren. Sobre todo si tratas con alguien a quien no le tiembla el pulso en absoluto para ponerte una pistola en la sien.

Y no es ninguna película ni son historias lejanas de mafias sicilianas ni de terroristas. Ocurre aquí, en la provincia de Cádiz, hasta donde se desplazan bandas expertas, no solo en narcotráfico, sino también en extorsión, ajustes de cuentas, secuestros ... maneras de actuar de profesionales del delito donde el escrúpulo no existe, y menos aún, con tantísimo dinero de por medio.

Muestra evidente de que sucede, de que es real, es una de las últimas operaciones que ha realizado la Policía Nacional en la que agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría Provincial de Cádiz tuvieron que interrumpir una investigación de meses para salvarle la vida a uno de los miembros de una organización porque, directamente, «lo iban a matar». Dos miembros de otro grupo con el que había mantenido contactos lo estuvieron amenazando, extorsionando e incluso llegaron a secuestrarlo una noche entera causándole torturas.

Los hechos ocurrieron en diciembre pasado. Dos hermanos residentes en Madrid y de origen marroquí se dedicaban a organizar alijos y darle también cobertura logística a otros narcos de Marruecos, el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol. Pero además, ofrecían otros 'servicios' como cobradores de deudas . En su agenda tenían contactos de Chiclana, La Línea o Barbate, con quienes también trabajaban de manera ocasional subcontratándolos. Pues bien, una de estas bandas asentadas en la provincia con los que tenían esta cierta relación realizó un alijo que fue interceptado por la Gendarmería marroquí.

El problema vino cuando los dos hermanos se percataron de que el barco que habían utilizado era suyo, se lo habían cogido sin permiso y encima lo habían perdido. Entonces, «como expertos cobradores de deudas» pidieron explicaciones. Y fueron a por quien les había servido de enlace con esa organización, un narco de la zona del Campo de Gibraltar.

«Muy violentos» no dudaron en bajar desde Madrid para cumplir su objetivo. «Le exigían el pago del barco sí o sí» , relata uno de los agentes que han llevado este caso. Primero le dieron una paliza, le quitaron el coche y lo retuvieron. Pero no les bastó. Fueron cada vez a más. Localizaron donde vivía y junto a otros dos individuos entraron en su casa. «Con sus hijos y su mujer le amenazaron de que si no les daba el dinero irían a matarlo». Pasaron los días y la tensión crecía. El narcotraficante, desesperado, quedó con el resto de la banda para poder afrontar el pago «pero le dejaron tirado».

Y así, a la semana, los dos hermanos volvieron a por él. En esta ocasión, el asunto se puso mucho más serio todavía. Se lo llevaron a un apartahotel y allí durante una noche entera le estuvieron torturando . De rodillas le amenazaban con una katana y una pistola en la cabeza. «¡O nos traes el dinero o te voy a cortar el cuello a ti, a tu mujer y a tus hijas me las voy a follar delante de ti!», le gritaban y pegaban en la cara y el resto del cuerpo.

Tras esa noche lo dejaron malherido en libertad pero la extorsión siguió. Tanto es así que llegaron a ir con él al registro de la propiedad donde realizaron una reserva de venta de su propia casa a nombre de sus captores para, con ello, saldar la deuda.

Venganza por venganza

«Era ya una venganza por pura venganza». No contentos con esto último, volvieron a aparecer. En esta ocasión le obligaron a que consiguiera en el plazo de tres horas un coche y 10.000 euros y se lo entregara. «Entraron en una espiral muy peligrosa» , cuenta uno de los investigadores que ya les seguían los pasos.

La situación se puso tan complicada que los policías que estaban tras estas organizaciones decidieron pararlo todo cuando tuvieron constancia de que de nuevo iban a volver a por él. De esta manera, el grupo de agentes de la Udyco se desplazó a la zona donde podía producirse el nuevo encuentro. Al narco que estaba siendo extorsionado lo encontraron fuera de sí. «Estaba andando por medio de la carretera, desesperado, llorando...». «Nos dijo que le habíamos salvado la vida» .

A los marroquíes los interceptaron en Algeciras. A dos de ellos en el Llano Amarillo y a otro más saliendo de una mezquita. La detención fue inmediata y muy arriesgada. No sabían si podían ir armados. Ellos se mostraron «muy tranquilos, fríos, sin resistirse».

Los detenidos pasaron a disposición del juzgado número 2 de El Puerto que instruye el caso acusados de los delitos de detención ilegal, extorsión, robo con violencia, pertenencia a organización criminal, salud pública, falsedad documental y falsificación de moneda, entre otros.

La Policía Nacional advierte de que casos como este no son casuales.«Quien juega con fuego se quema». «No solo están participando en un delito por narcotráfico sino que también se ponen en peligro ellos mismos y a sus familias ya que estas organizaciones no entienden de compasiones ni humanidad alguna».

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