REPORTAJE
La Policía en Cádiz, a la caza de los mentirosos
Se dispara el número de personas que presentan denuncias falsas por robos con violencia para cobrar seguros a pesar de que este engaño es un delito y conlleva multas cuantiosas e incluso la cárcel
Solo en Cádiz capital en el último medio año los agentes han logrado destapar una veintena de estas farsas
Los ciudadanos presentan las denuncias en la Comisaría y la Policía inicia las investigaciones oportunas para esclarecer los hechos.
Repiten una y otra vez el mismo patrón. Cambian los engaños pero la base es más o menos la misma siempre. Una persona se presenta en la oficina de denuncias de la Comisaría de Cádiz por ejemplo y cuenta que le han robado el móvil. Que un chico ha llegado por detrás corriendo y se lo ha quitado de un tirón o que incluso le ha amenazado con una navaja y se ha dado a la fuga. Da la dirección del lugar de los hechos, aporta incluso la descripción del ladrón y, por supuesto, detalla las excelentes características del valioso aparato que le han sustraído.
La denuncia se procesa y ya puede presentársela a la compañía aseguradora que cubre este tipo de robos de terminales con pólizas que pueden llegar a indemnizarle con hasta unos 1.500 euros. Pero, todo es una farsa. No le han robado el móvil. Lo ha perdido o lo ha roto y ha pensado que una denuncia falsa es la mejor opción para salir del apuro económico. Sin embargo, la mentira le puede costar mucho más cara. Si la Policía descubre que está simulando un delito de robo con violencia pasará de supuesta víctima a denunciado y tendrá que enfrentarse a multas de hasta 3.000 euros o, incluso, si lleva aparejado un delito de estafa a la compañía, una pena de prisión de hasta tres años.
«Cada vez hay más simulaciones de delitos por robos de este tipo en Cádiz», cuenta uno de los agentes expertos en pillar a estos farsantes. Por eso, la Policía Nacional está en alerta constante. El 'delito del mentiroso' se está convirtiendo casi en algo habitual en todas las comisarías del país . También en la provincia. Sobre todo desde la irrupción de los modernos terminales y sus aseguradoras.
«Mucha gente no sabe que está incurriendo en un delito, pero lo es. Y no solo es un engaño, sino que también estas denuncias falsas perjudican la labor de investigación de otros asuntos que pueden ser más importantes y serios», comenta este policía de la Unidad de Delincuencia Urbana que maneja a la perfección estas situaciones. Solo la pasada semana tuvieron tres de estos casos en la comisaría gaditana y, en medio año, han esclarecido una veintena de estos delitos.
Por ello es importante ir paso a paso. En primer lugar, al recibir la denuncia, como siempre, la obligación del policía es verificar esos hechos, así como realizar la posterior investigación. «A veces, aunque desde el primer momento sepas que es mentira, siempre hay que hacerlo». En caso de ser veraz se encaminan las gestiones hacia la detención de los presuntos autores. Pero, si los hechos denunciados son falsos se imputa, y en ocasiones se detiene, a los denunciantes , poniéndolos a disposición de la justicia.
Pérdida de tiempo y recursos
Y hay otra consecuencia muy peligrosa. Estas falsas manifestaciones provocan que se inviertan recursos humanos y materiales en una falsedad, restando esa dedicación a la investigación de los ilícitos efectivamente cometidos sobre las víctimas reales.
No es fácil comprobar que todo ha ocurrido tal y como dice una supuesta víctima. Hay que atar todo bien, sobre todo cuando además hay que encaminarse a detener a un supuesto responsable. Tienen por tanto que hacer todo tipo de gestiones.Desde la toma de declaración del afectado, hasta la revisión de posibles cámaras que hayan captado alguna imagen del momento del robo, al rastreo de los móviles, entre otras. «Se pierde mucho tiempo» , advierten.
En Cádiz un 90% de los casos detectados tienen que ver con temas económicos por los móviles
«En un 90 por ciento de los casos las denuncias falsas que estamos detectando están relacionadas con temas económicos, con los móviles, para que les cubra el seguro un posible extravío». «Un delito que inicialmente no es grave puede convertirse en un serio problema». Cuando, por ejemplo, esa persona insiste en no dar ni un paso atrás y obliga a que los policías tengan que seguir investigando algo que no ha ocurrido. Sin embargo, hay veces que al tener sospechas de que se trata de un engaño y ver que ya lo han pillado, el infractor decide dar marcha atrás, arrepentirse y contar la verdad. Aún así puede acabar delante de un juez para responder por lo que ha hecho.
Dos posibles delitos
La simulación de delito está recogida en el artículo 457 del Código Penal y se le imputa a aquella persona que finge ante la justicia o las fuerzas policiales haber sido víctima de una infracción penal provocando que se inicie una investigación y las actuaciones procesales correspondientes. Además, si es indemnizado por una compañía aseguradora, podría incurrir en un delito de estafa porque usa un engaño con ánimo de lucro en detrimento de otro perjudicado.
¿Y cómo se les puede cazar? Pues en esto, como en todo, es importante que quien asuma el caso sepa lo que está haciendo. La experiencia de los agentes es fundamental . El olfato policial es en la mayoría de las ocasiones determinante. Por ejemplo, notar que el denunciante se muestra incómodo, que da explicaciones que no cuadran o incluso saber percibir su lenguaje no verbal. Y cuando se le toma declaración, pues encaminar bien las preguntas para saber si realmente los hechos han sucedido como se relata o, si por el contrario, todo forma parte de un artificio.
También se ha dado el caso de personas que no solo han presentado denuncias falsas para conseguir estafar a sus aseguradoras. «Hay quien lo ha hecho por miedo a que le cojan por haberse gastado ese dinero en el bingo» (en el caso que denuncie un robo de la cartera por ejemplo) . O incluso por vergüenza. Porque todo haya ocurrido en un contexto que le causa pudor que trascienda.
Otra de las consecuencias más graves de estos engaños es poder llegar a meter en problemas a gente que no ha tenido nada que ver. Como por ejemplo dar la descripción de un posible sospechoso y que coincida en tiempo y lugar con alguien con esas cualidades que es inocente o que simplemente se encontró ese móvil.
Los agentes especializados tienen herramientas para detectar si alguien les está mintiendo
De ahí que estas investigaciones tengan que ser lo más exactas posibles. Por eso desde la DirecciónGeneral de la Policía se está poniendo especial hincapié en poder desenmascarar y perseguir a quien denuncie falsamente. La Policía ha puesto incluso en marcha varios cursos de especialización sobre este asunto para los agentes, y además, recientemente les ha dotado de un apoyo informático que les sirve de mucha ayuda.
Se trata de una aplicación que detecta las denuncias falsas interpuestas en casos de robos con violencia e intimidación o tirones. La herramienta, cuyo acceso se ha habilitado en todas las comisarías de España, identifica el delito basándose en el texto de la denuncia, por lo que no necesita ninguna información por parte del usuario, y es completamente automática. Se trata de la primera herramienta de este tipo en el mundo y diversos experimentos empíricos demuestran que tiene una precisión superior al 90%, mientras que policías expertos alcanzan una precisión del 75%.
El modelo fue probado en 2015 en un conjunto de más de 1.000 denuncias presentadas en toda España. Posteriormente, un estudio piloto llevado a cabo en junio de 2017 en Málaga y Murcia permitió a la Policía Nacional mejorar su índice de casos resueltos en un 80 por ciento.
La puesta en marcha de este sistema tiene un doble objetivo. Por un lado, tiene como misión desalentar a los ciudadanos de presentar denuncias falsas y, por lo tanto, prevenir la comisión de delitos. Por otro, pretende evitar el uso innecesario de recursos policiales, optimizando así el esfuerzo y el tiempo tan valioso que necesitan para esclarecer delitos de verdad.
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