A Podemos también le sale una grieta en la Bahía de Cádiz
Un concejal de Puerto Real se niega a entregar el acta y se convierte en un tránsfuga que puede desequilibrar los plenos
Andrés Rodríguez podría decidir cada sesión, incluso un relevo en la Alcaldía, ya que gobierno y oposición quedan ahora con diez ediles
La renuncia de diez dirigentes de Podemos en Madrid es la manifestación más clara de un fenómeno con múltiples consecuencias: el nuevo partido político empieza a vivir sus primeras crisis interna s. Sea consecuencia del rápido crecimiento de una formación que hace dos años no existía y ahora tiene una considerable representación institucional o sea la muestra de distintas corrientes de opinión enfrentadas, las grietas aparecen por todas partes. En la Bahía de Cádiz , también. A una de las franquicias de Podemos en la comarca le ha salido una fisura de tamaño considerable.
El concejal de Fiestas, Deportes y Seguridad Ciudadana de Sí se Puede Puerto Real , Andrés Rodríguez , dimitió de su cargo hace unos dos meses, en los primeros días de enero. Aseguró que tenía problemas de salud y admitió un distanciamiento con sus compañeros del gobierno local. En principio, iba a entregar el acta y a ceder su puesto en el Pleno al siguiente candidato podemista que no logró plaza como edil: Tomás Sánchez.
Sin embargo, Rodríguez se lo ha pensado. Ahora dice que no se va , que no renuncia al acta, que permanecerá como concejal no adscrito, en un figurado grupo mixto, como agente libre, en el limbo político, ya sin disciplina de voto. Con una relación de fuerzas tan delicada como la del Ayuntamiento de Puerto Real (el gobierno sólo tenía un concejal más que toda la oposición), su mano alzada puede ser la que desequilibre cada sesión.
Sí se Puede Puerto Real tacha de traidor y tránsfuga al que fuera su concejal durante seis meses
La configuración actual del Pleno es la siguiente: Podemos y Equo forman gobierno con nueve concejales (seis y tres, respectivamente) al que se suma el único de Izquierda Unida. Teóricamente enfrente, siete andalucistas (con la exalcaldesa Maribel Peinado a la cabeza) más tres socialistas. En la práctica: diez votos contra diez votos. Falta uno, el del concejal que dejó el barco de Podemos. De su voluntad podría depender incluso un cambio de gobierno local.
Sí se Puede Puerto Real, consciente de la trascendencia de ese gesto individual, ha estallado inmediatamente. Tacha de traidor y tránsfuga al que fuera su concejal durante seis meses : «Ha engañado a la ciudadanía: aferrándose al cargo. Incumple el código ético que asumió públicamente contra la corrupción y el transfuguismo», son algunas de las acusaciones públicas de la dirección de Podemos en Puerto Real.
Además, acusa al expodemista de evitar a la formación, de eludir cualquier debate público con sus compañeros: «Hace tiempo que dejó de asistir a la asamblea así como a las reuniones de concejales y otros órganos de la candidatura. En varias ocasiones se le invitó a exponer los conflictos y diferencias que decía tener con otros compañeros. Pero no apareció. Ya no rendía cuentas de lo que hacía ni estaba representando a nadie salvo a sí mismo».
Como suele ser común entre los dirigentes de las distintas marcas de Podemos y Marea, no existe autocrítica y aparece una sospecha de complot externo. La dirección de Puerto Real teme una operación de la oposición para captar el voto de Andrés Rodríguez y desgastar al gobierno municipal puertorrealeño: «No se puede descartar que haya un acuerdo que persiga desgastar la labor de un Ayuntamiento del cambio, ni que a medio plazo se produzca una maniobra al estilo del tamayazo. La evidente incoherencia de puede haberle convertido en presa fácil para terceros».
Como última sentencia de corte populista, los responsables de Podemos en Puerto Real vuelven a pedir el acta de Rodríguez con el siguiente argumento: “Si el pueblo pone los concejales el pueblo debe poder quitarlos”.
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