TURISMO
La playa de El Palmar, la explosión de un paraíso natural
En pocos veranos se ha triplicado el número de escuelas de surf a pie de la costa vejeriega pero los servicios no han aumentado un ápice
La Costa de Cádiz ha ido saturándose rincón a rincón. De las maravillosas vistas de las Tres Piedras en Chipiona hasta la playa de Tarifa todo ha sido descubierto, contado y explotado. Pero el desarrollo turístico de El Palmar ha sido exponencial en los últimos tres años.
Paseando por la pequeña carretra que hace las veces de un paseo marítimo rústico se cuentan ya nueve escuelas de surf. Hace cuatro años apenas había tres. Esta oferta de actividades deportivas trae consigo un aumento de la demanda del destino que apenas ofrece plazas hoteleras oficiales.
Todo queda en ese profundo pozo de la economía sumergida que tanto se trabaja en nuestra cultura. Chalets, cabañas de madera, incluso contenedores reconvertidos en viviendas, todo se alquila en El Palmar. El bar de la asociación de vecinos de Santo Domingo de la Calzada, que era refugio para lugareños en temporada alta se ha convertido en otro punto de moda. Imposible pillar una buena mesa, a pesar de que su carta es bastante básica. Todo está lleno.
Las quejas de los hosteleros se suceden porque no encuentran amparo en servicios ni en seguridad para los impuestos que pagan. En el caso del Bar Restaurante La Ilusión, por ejemplo, sus clientes cenan en su fantástica terraza de césped pero en lugar de tener vistas al mar, al levantar la mirada del plato encuentran a una pareja duchándose junto a su furgoneta tuneada para la acampada libre.
Esto siempre fue así, pero ahora se ha desbordado la cantidad de gente que allí se concentra con diferentes intereses y gustos. Las pequeñas pensiones, refugio para intrépidos que no temían al levante están llenas todo el verano. El antiguo alojamiento La Gallega, por ejemplo, ha pasado de ser un rincón de retiro natural para ser territorio sufero. La única mejora en servicios observable son las duchas en el playa, que están abiertas hasta las ocho de la tarde.