INDUSTRIA

La pérdida del último contrato eólico de Navantia pone al límite a la industria auxiliar

La patronal reconoce que la carga de trabajo es mínima y resulta imposible mantener a la plantilla en estas condiciones

Plataforma de la subestación eléctrica construida en Puerto Real para el complejo eólico marno Wikinger A. V.

Javier Rodríguez

La industria auxiliar naval no aguanta más. La carga de trabajo es mínima, menos del 30%, y no hay expectativas a corto plazo de una mejora de la actividad industrial que evite posibles despidos . La pérdida de un nuevo contrato de Navantia ha dado la puntilla al sector. Los astilleros públicos llevan más de dos años sin firmar un acuerdo de construcción naval capaz de ilusionar y arrastrar hacia el empleo a las empresas auxiliares de la Bahía. El presidente de la patronal del metal de Cádiz y máximo responsable del Clúster Marítimo Naval, Diego Chaves , ha reconocido a LA VOZ que «la industria auxiliar ha entrado en una grave crisis». La confirmación de que el astillero de Puerto Real ha perdido la opción de fabricar la tercera subestación eléctrica para Iberdrola ha dado la puntilla al sector.

Iberdrola y Navantia realizarán este jueves un acto simbólico en el astillero de Ferrol para celebrar la firma del contrato que permitirá a la planta gallega de Fene la construcción de 62 jackets para el nuevo complejo eólico-marino que la eléctrica española promueve en aguas de la bretaña francesa. Se trata del nuevo parque de Saint Brieuc. Sin embargo, la celebración de este contrato es un tanto agridulce para Navantia, ya que no ha sido posible la adjudicación al astillero de Puerto Real de la obra de la subestación eléctrica que necesita el citado complejo para transformar la energía eólica en eléctrica y proceder a su distribución. Esta obra ha recaído en empresas francesas como adelantó este lunes LA VOZ. Navantia pierde así la posibilidad de ejecutar la tercera subestación para Iberdrola.

La eléctrica española ha intentado barrer para casa, pero en esta ocasión, a diferencia del parque alemán Wikinger y del East Anglia One, en Reino Unido, donde Iberdrola lideraba ambos proyectos, en el de Saint Brieuc, forma parte de un consorcio con participación de empresas galas. Se trata del Ailes Marine. Esta situación ha obligado a repartir la carga de trabajo entre ambos países y Francia ha sido, en cierto modo, quien ha impuesto algunas condiciones. De hecho, buena parte de la obra tendrá como epicentro el puerto francés de Brest.

Diego Chaves ha comentado que son varios contratos perdidos en muy poco tiempo . Así, en abril, Navantia perdió la posibilidad de construir 12 fragatas por transferencia tecnológica para la US-Navy norteamericana, además, la crisis del coronavirus ha aplazado la reforma prevista de los grandes cruceros y ahora se ha recibido el último revés con la pérdida del contrato offshore. Chaves insiste en que la obra de las cinco corbetas saudíes que se desarrolla en el astillero de San Fernando, los dos encargos eólicos que siguen en pie en el astillero de Puerto Real y el goteo de pequeñas varadas técnicas de barcos en el astillero de Cádiz no son suficientes para mantener vivo a todo un sector de la Bahía. Chaves aclara que el departamento comercial de Navantia puede estar haciendo bien su trabajo, «pero falta un apoyo político más decidido que traiga los contratos a la Bahía».

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