El peor ambiente, cuentas pendientes y un ojo en Madrid

Los primeros presupuestos del nuevo gobierno municipal formado por Ganar Cádiz en Común y Por Cádiz sí se Puede llegan en el momento de mayor tensión política. Tanto a nivel local como a escala nacional, las relaciones entre los partidos que deben entenderse para sacar adelante las cuentas están en un periodo de suspensión. A la espera de que llegue el célebre desbloqueo de las negociaciones en Madrid para la formación de un Gobierno, nadie está dispuesto a dar un paso en falso. En tres semanas, todo puede cambiar. Tres semanas equivalen a tres siglos. Cualquier entendimiento en el Congreso de los Diputados –donde se celebran los encuentros– puede condicionar los ánimos y las actitudes casi 700 kilómetros al sur, en la plaza de San Juan de Dios. La opción de nueva convocatoria de elecciones generales agravaría una tensión que, a escala local, ha alcanzado su punto máximo desde que se produjo el cambio en la Alcaldía gaditana.

Cuando el gobierno municipal presente, afinales de este mes, su primer proyecto de presupuestos sólo hay una previsión inamovible: el Partido Popular, el grupo con más concejales en el Pleno, lo rechazará.

La postura de PSOE y Ciudadanos, que puede servir para darle luz verde a las cuentas municipales, está por decidir. Ahora, son más proclives a tumbarlas que a darles el visto bueno.

Los concejales de ambos grupos se muestran prudentes y eluden valorar un documento que, por más que intuyan, no conocen. Hablan de respetar plazos y protocolos, ni se plantean criticar unas cifras que aún están por concretar. Pero formalidades al margen y de forma oficiosa, sin grabaciones de por medio, admiten que el ambiente es «el peor» para establecer alianzas siquiera temporales.

Las acusaciones del alcalde, que insiste en hablar de «una pinza» coordinada entre PP, PSOE y Ciudadanos, ha terminado de complicar las relaciones. Los folklóricos incidentes previos a la Final de Carnaval han sido un síntoma anecdótico de una ruptura con consecuencias.Los socialistas, además, recuerdan con la boca pequeña que «Podemos ha tumbado los presupuestos» de gobiernos autonómicos dirigidos por presidentes socialistas (en Extremadura o Asturias, por ejemplo) así que se sienten legitimados para mostrar su rechazo sin el menor pudor.

Los tres partidos en la oposición, con pinza o sin ella, tienen un temor común: que los primeros presupuestos del Gobierno de José María González tengan un sesgo ideológico absoluto que vuelve todo el gasto en el pago de la deuda y en política sociales, con un abandono total de los servicios y de cualquier proyecto que propicie inversiones. Lo de los peces y enseñar a pescar. Otra vez.