Cádiz

¿Son peligrosas las bolas de fuego que sobrevuelan Andalucía?

El científico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), José María Madiedo, explica que para que una bola de fuego sea peligrosa debe ser del tamaño de un edificio de cinco plantas

Nuria Agrafojo

Con el miedo infundado por el cometa apocalíptico que protagoniza la última película de Adam McKay, 'No mires arriba' , muchos son los ciudadanos que comienzan a ver con respeto las llamadas bolas de fuego que con tanta asiduidad sobrevuelan nuestros cielos dejando imágenes impresionantes.

Uno de los últimos fenómenos de este tipo se pudo contemplar en la provincia de Cádiz y el resto de España este domingo 24 de enero en torno a las 23:00 horas, cuando los detectores del proyecto SMART registraron la aparición de un bola de fuego con una luminosidad que terminó desintegrándose sobre el mar Cantábrico.

Precisamente, esta luminosidad es la que destaca José María Madiedo , investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). «Fue tan luminosa que pudo contemplarse desde Tarrragona» , explica el experto, que pone de relieve las características de una bola de fuego que irrumpió en la atmósfera terrestre a una velocidad de 150.000 kilómetros por hora, que para hacerse una idea de su rapidez, equivaldría a atravesar la provincia de Cádiz en dos segundos.

Pero, ¿qué es realmente una bola de fuego? . Según el investigador, una bola de fuego no es más que un fenómeno que se genera cuando entra en la atmósfera terrestre una roca a gran velocidad. A consecuencia de esa alta velocidad, esta roca roza con el aire y se calienta, volviéndose incandescente . Y eso es lo que vemos, una bola de fuego.

¿Son peligrosas las bolas de fuego?

Y, en vista de lo que la cinematografía estadounidense nos muestra en cada estreno, ¿nos tenemos que preocupar por ello?. Madiedo es tajante. «En los próximos cien años no tenemos por qué preocuparnos de estas bolas de fuego porque las grandes rocas que podrían llegar a ser peligrosas, están controladas», aunque asegura que sí hay ciertos tipos de rocas que son peligrosas .

«Para que una roca que entra en la atmósfera empiece a ser peligrosa tendría que tener un tamaño igual al de un edificio de cinco plantas de altura », explica el experto, que asegura que cuando las rocas son de menor tamaño, quedan reducidas a la nada a consecuencia del roce con el aire y la incandescencia. Sólo en el caso de rocas de gran tamaño, no daría tiempo a que éstas se consuman antes de chocar con el suelo.

De hecho, en el caso de la bola de fuego que sobrevoló las localidades gaditanas de Setenil de las Bodegas y El Gastor el pasado 9 de enero, se diluyó cuando estaba a 31 kilómetros de altitud.

Las bolas de fuego parece que son cada vez más habituales. Sin embargo, el investigador rechaza esta hipótesis. «Puede parecer que ahora hay más, pero son las mismas que antes , la diferencia es que cada vez hay más sistemas que las detectan. Parece que está ocurriendo más pero no es así», responde José María Madiedo.

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